Chancho en Piedra en el adiós: “Logramos sobrevivir y mantenernos unidos a pesar de todo”

CHANCHO EN PIEDRA
Chancho en Piedra: Felipe Ilabaca, Toño Corvalán, Lalo Ibeas y Cristián Moraga (C-Funk). Foto: Juan Farias /La Tercera

Este miércoles 12 y el domingo 16, la banda chilena cerrará su larga trayectoria con dos shows en el Movistar Arena. En charla con Culto, los músicos anticipan esos espectáculos finales, con sorpresas, además de adelantar sus planes individuales a futuro. También abordar algunos de los momentos más difíciles de su carrera, como la irrupción de la piratería a comienzos del nuevo milenio. “Nosotros nos bajábamos discos, pero veíamos que nos pirateaban”.


La despedida de una banda pareciera ser un momento álgido. Pero entre los músicos de Chancho en Piedra, banda chilena de larga trayectoria desde su irrupción a mediados de los 90′, campea la templanza. Saben que están a dos shows de cerrar su carrera (este miércoles 12 y el domingo 16 en Movistar Arena), tras anunciar su separación en marzo pasado. Pero entre ellos se ven como si estuvieran preparando una fecha especial. La ruta final se ve despejada.

“Nosotros estamos muy tranquilos -dice el baterista Toño Corvalán-. La gente está como desesperada, nos piden fotos. Pero yo digo ‘oye, si no nos vamos a morir’. O sea, se entiende, pero nosotros todavía no le tomamos el peso. Yo creo que nos vamos a extrañar después”.

CHANCHO EN PIEDRA
Chancho en Piedra Foto: Juan Farias /La Tercera

Sobre despedidas, el músico recuerda una anécdota con Flavio Cianciarulo, el Señor Flavio de Los Fabulosos Cadillacs (una banda que ha tenido idas y vueltas), quien trabajó como productor con ellos en el álbum Desde el batiscafo (2005). “ Fuimos teloneros de ellos para su última gira antes que se separaran por primera vez. Luego él trabajó con nosotros en un disco. Le comentamos eso, porque cachamos que en ese momento como que no se hablaban entre ellos, entonces le decíamos ‘oye Flavio, ¿y estaban tristes, lloraron o algo así?’ nos dijo: ‘No, ahora lloramos”. Eso me hizo click”.

La banda recibe a Culto una fría mañana mientras se alistan para preparar los shows. Además de ellos, cuentan con músicos de apoyo para bronces y un coro que comienza a vocalizar desde temprano. El grupo lleva algo más de un mes con ensayos en una gran casa de la comuna de Providencia, la misma que hace un tiempo fue usada por Los Bunkers para preparar sus shows de regreso.

El cuarteto viene de realizar una gira por regiones (pasaron por Antofagasta, La Serena, Viña del Mar, Valdivia, Temuco, Punta Arenas, etc), donde desplegaron un repertorio cargado a temas que pocas veces tocaban en vivo. Una fórmula que se podrá ver en los shows finales en el Movistar, aunque con cambios. “Es un show distinto, es más largo, otras canciones, otros arreglos y con más sorpresas, de hecho hay mucho más artistas sobre el escenario que que en la gira”, cuenta el cantante Lalo Ibeas.

En los shows de regiones, por ejemplo, sonaron temas como Mampato o Funky tu madre, poco habituales en sus sets. “Ahora nos basamos más en temas más extraños y dejamos los famosos como al final nomás, no es como en los festivales donde la gente va a conocerte -dice Ibeas-. Entonces nos dimos cuenta que que la mitad del show la gente escucha temas que no está acostumbrado, fue como súper rara esta experiencia porque la gente se lo sabía, lo disfrutaba y fue como redescubrir nuestros lados B”.

chancho en piedra
Chancho en Piedra

Pese a todo, los músicos ya palpitan la vida post Chancho en piedra. “Yo voy a seguir en la música -asegura el bajista Felipe Ilabaca, quien junto a Corvalán también son parte de la banda de apoyo de 31 Minutos-. Tengo un proyecto musical que voy a sacar con mi hermano el Pablo, quiero hacer un disco solista más adelante. Quiero ir a probar suerte a otros países, me encantaría ir a radicarme a México un tiempo. No sé si me va a resultar, pero le voy a hacer empeño. Creo que es el momento de de probar las cosas que por estar militando en Chancho, por el compromiso que implica, muchas veces eran proyectos que quedaban postergados”.

Los proyectos musicales también aparecen en el horizonte del baterista Toño Corvalán. “Estoy con 31 Minutos, estoy viviendo otras cosas también, toco con Los Morton, también hago reemplazo con Los Mox. Pero también disfrutar a mi familia. Mi hija ya salió del colegio, así que igual creo que es el momento de hacer proyectos familiares, disfrutar a mi hija todo lo que no lo pude hacerlo en los años que estuve de gira y que me perdí hartas cosas. Entonces para mí es súper importante también eso, afianzar un poco la familia”.

Mientras, el cantante Lalo Ibeas también apunta a los proyectos familiares. “Nosotros tocábamos en fechas como Año Nuevo, Día del padre, cosas así, entonces no alcanzábamos a llegar. Yo creo que todos tenemos una deuda con la familia y proyectos personales que la única forma de hacerlos era parar esto por un tiempo o para siempre. En mi caso yo soy informático también, me gustan los videojuegos, la programación, quiero indagar en esa área. Pero la música no se puede dejar de lado”.

Hace un tiempo tú también tenías shows de stand up comedy ¿te ves desarrollando más esa faceta?

No. Siempre lo he hecho paralelo, como un infiltrado, no me siento un standupero, pero como tengo hartos amigos, entonces me invitaban. Siempre fui telonero, una sola vez lo hice solo, pero no lo considero como mi norte.

De toda su carrera, ¿qué es lo que los tiene más orgullosos?

Felipe Ilabaca: El vértigo creo que es lo más excitante. Es como estar en una vida soñada y al mismo tiempo súper irreal, por así decirlo, porque iba a contra, a contramarcha de todo, cómo iba la máquina, cómo iba la gente. No se pos, mis papás tenían sus preocupaciones económicas, aprehensiones, mis amigos igual, y nosotros estábamos tomando un avión para ir a tocar a Buenos Aires en el Luna Park lleno. Después volvíamos y dábamos un un show en Puerto Montt, estaba todo como en una velocidad distinta, nosotros íbamos muy rápido por la vida. Eso es lo embriagante y adictivo de esta pega que tenemos. Entonces yo creo que es una cosa increíble haber sobrevivido eso, eso es lo que yo creo que es lo que me da más orgullo, haber sobrevivido eso, habernos mantenido unidos a pesar de todas las vicisitudes. A pesar de que el Pablo (Ilabaca) se fue hace un tiempo atrás, igual nos mantuvimos unidos en la formación original por 25 años y aquí estamos de nuevo.

Entre la piratería e internet

Los Chancho emergieron a mediados de los 90′s, como parte de una generación de bandas chilenas que pudieron dar el salto al manistream, e incluso firmar con discográficas importantes. Una época, dicen, en que todo se hacía a pulso. “Habían varios artistas que estaban desarrollando una industria que no existía entonces -dice Felipe Ilabaca-. Nosotros armamos un circuito también recorriendo Arica a Punta Arenas, tocando en Discotecas. Así se pudo armar una escena que estaba toda totalmente apolillada, que no existía”.

En esos días, los músicos sus cargaban equipos y debían recorrer largos trechos en bus para tocar. “Subíamos todos los parlantes al mismo bus donde íbamos nosotros y no eran como los parlantes de ahora, eran enormes, pesaban toneladas -recuerda Ibeas-. Una vez casi se le cayeron al sonidista encima que iba durmiendo con el suelo. Llegábamos a las discotecas, nuestro manager nos decía, ya nos dan tal porcentaje la puerta y nos armábamos. Era así porque tampoco habían teatros habilitados para tocar, todo era en las discos, porque después la gente se quedaba así a que ellos les servía también. Y así se fue armando el circuito, poco a poco”.

Chancho en piedra

Para los Chancho esos años fueron claves. “Más que nosotros, fue nuestra generación entera la que logró parar la industria de la música chilena, porque si bien existían Los Prisioneros, ellos tocaban súper poco, porque no habían lugares para tocar; estaban los Festivales de colegio, el Café del Cerro. Solo los metaleros y los punkies, que me saco el sombrero por ellos, sí mantuvieron la música en vivo -dice Ibeas-. Cuando salió nuestra generación empezamos a tocar en Bellavista, en La Batuta, la Laberinto. Entonces como que nuestra generación fue la que logró profesionalizar el circuito. Porque ahí los lugares empezaron a tener luces, empezaron a tener sonido, empezaron a tener un escenario y empezaron a existir más lugares donde tocar. La radio comenzó a tocar música chilena”.

Ustedes vivieron un momento bien particular además, la irrupción de internet y la piratería ¿cómo fue vivir eso?¿fue el momento más difícil de su carrera?

Felipe Ilabaca: Fue súper raro, había sentimientos encontrados. Empezamos a sentir embriagante esta posibilidad de poder conseguir todo el material pirata, de hecho entre nosotros nos pasábamos discos que bajábamos, pero al mismo tiempo, a nosotros nos estaban pirateando. A mí me daba rabia. Lo veía como una afrenta. Pero ahora que lo pienso en perspectiva, nosotros le estábamos cuidando el negocio a la compañía, porque en realidad ellos eran los más preocupados de que les estuvieran pirateando los discos de los Chancho en piedra. Al mismo tiempo empezó a bajar nuestra popularidad en esa época, surgió otro movimiento, el indie, que tenía otro sonido por el hecho de que los músicos podían grabar en sus casas, entonces los dinosaurios como nosotros lo empezamos a resentir, lo empezamos a ver en los conciertos. La compañía también estaba más inquieta porque nuestros discos ya no se vendían tanto como otros. Fue una época bien turbulenta como Chancho en Piedra. Ahora, la revolución de lo digital, fue interesante atravesarlo, sobrevivimos a eso.

Chancho en Piedra
FOTO: LUIS SEVILLA FAJARDO

Toño Corvalán: Sobrevivimos, fue adaptarse un poco, cosa que lo las grandes multinacionales no lo no lo pudieran hacer tan fácilmente. Porque al final, lo mismo que antes se descueraban tuvieron que unirse como la MG con la Sony. Nosotros ya no éramos prioridad en realidad, porque la prioridad eran los grandes artistas que vendían más. O sea, llegaba Chayanne o llegaba Arjona y corría un séquito de 20 tipos de la Sony detrás de ellos. Y cuando nosotros queremos promoción para un disco nos dejaban en la sala de espera.

Lalo Ibeas: En esa época yo escribía el Timón, de El Mercurio. Mi pega era hacer una columna como si fuera un niño. Entonces escribía que sale un disco y me imaginaba que en el futuro va a haber un gran computador en donde va a estar toda la música y en cualquier dispositivo vas a poder escuchar cualquier grupo, lo que es el streaming hoy día. Yo pienso positivo más que ir en contra y en día siento que toda la tecnología hay que aprovecharla de la misma manera. Hoy con la IA, es una oportunidad. Cómo no vamos a desarrollar esto para que sea útil para el resto de nosotros, creo que esa es la actitud que hay que tener con cualquier tecnología. Si algo cambia siempre es para mejor.

¿Les pasó ver sus discos pirateados en la calle?

Lalo Ibeas: Siii, pero yo creo que lo que más nos impactó fue una vez que vimos un cancionero nuestro, lo compramos...¡y estaba todo malo! las canciones estaban mal sacadas, todo era mula ajajaja (ríe) al final los cancioneros eran pura mentira, antes uno no se cuestionaba, pero ahí te das cuenta. También vimos poleras pirateadas y hartas cosas.

Todavía quedan entradas vía Puntoticket para el show de los Chancho en Piedra de este miércoles 12 de julio en Movistar Arena.

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