Cómo La Moneda lidera la elección del “primer vacunado”: Inoculación comenzaría en Navidad y se prepara puesta en escena

Piñera

Mañana el ISP aprobaría el uso en Chile de la vacuna de Pfizer, y las primeras dosis -menos de 30 mil- podrían llegar en ocho días más, el miércoles 23. Si eso resulta, el inicio de la vacunación sería justo en plenas fiestas, el 24 y 25 de diciembre. Mientras el Minsal vela por los detalles logísticos y técnicos, Palacio está a cargo del diseño de la puesta en escena mediática de la primera vacunación: eso incluye elegir quiénes la recibirán, muy probablemente personal de salud expuesto a contagios y adultos mayores, pero también la crucial imagen. Entre las alternativas se maneja que tenga un rol el Presidente o su ministro de Salud.


La cuenta atrás comienza mañana entre las 8:30 y las 10:30, cuando el panel de expertos convocado por el Instituto de Salud Pública (ISP) analice y probablemente autorice el uso en Chile de la vacuna producida por Pfizer. Serán 22 médicos de distintas especialidades y químicos farmacéuticos los que resolverán por una votación que se transmitirá en vivo, tal como lo hizo la estadounidense Food and Drug Administration (FDA) hace pocos días. A partir de ahí se desencadenará un proceso que tendrá la próxima semana -si todo el plan de La Moneda se cumple- uno de los hitos sanitarios más relevantes de la pandemia, con el inicio de la vacunación contra el COVID-19.

Pero también será un punto político prioritario para el Presidente, según recalcan en la Casa de Gobierno. El exigente operativo logístico para recibir las primeras dosis, distribuirlas y comenzar a aplicarlas -que ya está sujeto a la incertidumbre y riesgo por la carrera mundial por los nuevos fármacos- corre en paralelo a otro. El de localizar y escoger a los primeros vacunados o vacunadas y armar una puesta en escena que seguro contará con un alto rating. Eso no solo busca dar señales de confianza y de salud pública a la población, sino que además relevar el rol del gobierno en esto, justo en momentos en que Piñera encara una aprobación de un solo dígito (7% según la última Criteria).

Aunque los detalles más minuciosos de este plan se manejan bajo reserva, sus principales ejes están claros, según recalcan autoridades del Ejecutivo. Y todo está sujeto a la llegada del primer cargamento de vacunas fabricadas por Pfizer, pero siempre y cuando -insisten casi como mantra las voces consultadas- a que estas arriben efectivamente y no sufran contratiempos, porque se siguen temiendo imprevistos luego de que la Interpol advirtiera de “alerta naranja” ante el peligro de “falsificación, el robo y la publicidad ilegal de Covid-19″.

En el gobierno tienen proyectado que la primera partida de dosis llegue al país alrededor del próximo miércoles 23, en ocho días más. Si eso se cumple -reiteran estas versiones extraoficiales-, el inicio de la vacunación sería justo en plena temporada navideña, los días jueves 24 y viernes 25 de diciembre. Las estimaciones hablan de una cantidad inferior a las 30 mil vacunas, lo que quiere decir que alcanzarían para 15 mil personas que necesitarán dos dosis.

El plan de la autoridad considera un inicio simultáneo en cuatro regiones. Tres de la zona sur, Biobio, Araucanía y Magallanes, y además la Metropolitana. Son territorios donde hay brotes al alza, aunque la cuestión de si las dosis ayudarán o no a contenerlos tiene el obstáculo de que son fármacos que se están aplicando por primera vez. Todos estos detalles, reiteran en La Moneda, son tentativos.

Las tres regiones del sur han acusado brotes activos y la gran densidad de población del Gran Santiago podría colocar a la capital nuevamente bajo cuarentena total, régimen que ya está aplicándose durante los fines de semana.

Tal como se ha definido y reiterado en público, la vacunación tendrá como grupo prioritario al personal de salud bajo peligro de contagio por estar en contacto directo con pacientes de COVID-19, es decir, médicos, enfermeras, técnicos y especialistas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y otras dependencias. La meta es blindarles para que no sufran bajas y que éstas a su vez no minen la capacidad de atención y operar respiradores ante la segunda ola. Después de este segmento le tocará a los adultos mayores en situación de riesgo. La planificación considera vacunar a los primeros y primeras en los hospitales base de dichas regiones.

El gran punto acá es que mientras los detalles logísticos y técnicos están a cargo del Ministerio de Salud, es La Moneda la que está a cargo del diseño de la puesta en escena mediática, que incluye la selección de la primera o primeras personas en ser inoculadas, y también el formato en que esto se concretará. Según distintas versiones, en esto tienen carta tanto la Secretaría de Comunicaciones (Secom) como equipos de Presidencia, y se agrega que Piñera ha estado personalmente encima de todo el proceso.

Hasta hoy en la mañana no fue posible despejar si ya se habían escogido a los primeros receptores del fármaco. Sí dicen tener absolutamente claro en el gobierno que se quiere comenzar dando una señal, un símbolo a la población de riesgo y a aquella más expuesta al virus, y que por eso partirán haciendo pública la vacunación inicial. El perfil es el mismo descrito antes, agregan: personal de la salud de primera línea, y tal vez también un adulto mayor. En el Minsal se inclinan por alguna técnica en enfermería.

En el Reino Unido comenzaron con una mujer de 90 años y con un adulto llamado William Shakespeare, ícono escogido -nadie cree que al azar, sino que muy estudiado- para hablarle directamente al pueblo británico. En Estados Unidos lanzaron el operativo anteayer con una enfermera afroamericana de Nueva York, en una transmisión a pantalla dividida con Andrew Cuomo, gobernador de ese Estado.

Ante la consulta sobre cómo se hará acá, en Palacio precisaron que si bien no se han ultimado detalles, “el gobierno no va y no puede quedar al margen” de esta puesta en escena. Explican que el punto político es muy relevante para Piñera, ya que -recalcan, desde su visión- el gobernante ha estado encima de la saga de las vacunas desde hace mucho, tanto pidiéndole a embajadores que se mantuvieran en contacto con los fabricantes como urgiendo para que Chile no se quedara rezagado en la carrera por las vacunas.

“El concepto político es que este gobierno se adelanta a las cosas y las planifica con anticipación para que resulten”, recalcan los allegados al Presidente. Sobre esta base, aclaran que se estudia que el mismo mandatario tenga una participación en la puesta en escena de la primera vacunación. También se piensa en su ministro de Salud, Enrique Paris. La decisión no está tomada, entre otras cosas, porque primero se quiere tener certeza del volumen de vacunas que llegue y que en proporción a eso se zanje la envergadura de la imagen final.

Lo otro que está claro -y acá valga el punto para despejar confusiones- es que la mayoría de las voces que saben de esto advierten que no es la idea comenzar con una celebridad (ni menos con un político) como primer vacunado. Precisan que el nombre de Mario Kreuztberger es uno de los tantos que figuran en un listado tentativo, pero pensado para algo que vendrá después: una campaña educativa e informativa de vacunación, que busque neutralizar bolsones de desconfianza, escepticismo o ignorancia, como pasó ayer con el diputado RN Gonzalo Fuenzalida.

Dicha campaña vendrá después y no ahora; apurarla -explican- solo conseguiría que la población vaya en demanda de vacunas que aún no han llegado. Además, agregan en el gobierno, comenzar con un vacunado de dicho perfil entraña varios riesgos, partiendo porque la noticia sería el escogido (le preguntarían todos los días cómo se siente) e incluso la posibilidad, en el peor escenario, de que acuse algún efecto secundario.

Enfermeras, tens o todo el equipo de salud de intensivo

La infectóloga UC y experta en inmunizaciones, doctora Marcela Potin, señala que a nivel mediático y como una forma de persuadir, la elegida debiese ser “una enfermera que trabaja en equipos de intensivo. Ellas se han llevado la parte más difícil junto con los técnicos (tens), personal de salud de los equipos intensivos en general. Y a continuación, el personal de urgencia, ellos también muy encima de los pacientes, son la primera barrera”.

Y es que la doctora advierte que el fenómeno “antivacunas” se va a ir diluyendo si se entrega la confianza de que estas inoculaciones son seguras. Para aquello, deben vacunarse quienes entreguen durante estos meses han entregado mayor seguridad a la población. “Los antivacunas se van a ir difuminando a medida que mucha gente se vacuna. Es normal tener temor por lo nuevo desconocido, pero debemos transmitir que las sociedades científicas no tenemos ninguna duda en que es necesario vacunarse”.

Desde el Cavei, su presidenta, la infectóloga Jeannette Dabanch sugiere que aunque se piense en una campaña con rostros, lo correcto es apegarse a la priorización que ya se ha elaborado para un escenario de suministro limitado de vacunas. “La recomendación es vacunar personal de salud. Ahí está nuestro objetivo. Si hemos priorizado un grupo definido, ¿por qué no ponerlo el inicio de la campaña? Si uno tiene un programa de campaña, con respaldo del consejo asesor en vacunas, ahí deben estar los primeros en vacunar, que le generen confianza a la población”.

Dabanch plantea que la evidencia científica debe ser lo primordial, en contraposición a tener rostros asociados. “Las vacunas por si solas tienen el antecedente de ser un elemento fundamental en el manejo de las enfermedades infecciosas, no necesitan estrellas, ellas son la estrella”.

Desde un análisis más sociológico y de la audiencia a persuadir, el director de la Escuela de Publicidad de la Universidad Diego Portales, Cristián Leporati, advierte que “la identidad de este país es conservadora en términos de autoridad, y en ese contexto los primeros vacunados deberían ser el Presidente de la República, el Ministro de Salud, porque ellos representan el Estado”.

El publicista señala que la vacunación contra el Covid-19 ya está investida de cierta seriedad al ser una medida bajo la emergencia sanitaria y no recomienda asociarlo a una figura mediática. “Esto es una política pública y yo lo sacaría de la performance del espectáculo”. A su juicio, hay riesgos, pues nadie asegura que sea un proceso logísticamente exitoso -por ejemplo, las personas pueden acudir en masa a los centros de salud por una vacuna- y la imagen de “facilitador”, como ocurrió con el exfutbolista Iván Zamorano en el Transantiago, puede entorpecer el proceso.

“Si tú usas un rostro radial, de televisión, un líder de opinión, es lo mismo: esa persona también es parte de la elite”, concluye. En paralelo a la vacunación de autoridades, señala que en otros países “los rostros de las campañas son básicamente los protagonistas de la historia, los funcionarios de salud”.

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