Cómo Piñera se convenció de que esta vez había que oponerse a Trump en las elecciones del BID
La decisión del gobierno de respaldar la idea de aplazar las elecciones en el Banco Interamericano de Desarrollo busca impedir que se nomine en la cabeza del organismo al principal asesor para Latinoamérica de Donald Trump, Mauricio Claver-Carone. La decisión, anunciada por el nuevo canciller Andrés Allamand, ha sido aplaudida por la oposición agrupada en el Foro Permanente de Política Exterior.
No fue una. Fueron varias las reuniones que desde marzo el presidente Sebastián Piñera tuvo por separado con el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, y con el entonces canciller, Teodoro Ribera, para evaluar qué haría Chile frente a la elección del nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fijada para septiembre.
El presidente y sus ministros estaban mirando el mapa de los candidatos que iban surgiendo en la región cuando a mediados de junio el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, movió el tablero al nominar a Mauricio Claver-Carone como su candidato a la presidencia del BID, rompiendo con la tradición no escrita de que el cargo recaiga en un latinoamericano.
Teniendo el control del 30% de las acciones de la institución, la administración de Trump se aseguraba la presidencia casi sin contrapesos, lo que generó una ola de inquietud en la región. La instalación de un alfil del presidente norteamericano permitiría -a través del BID- un control sobre la región y, además, podría poner en riesgo el acceso de los países a los préstamos de la institución en un momento tan delicado como la crisis por el coronavirus.
La primera preocupación del Presidente Piñera fue la división que la jugada de Trump provocó entre los socios del Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur), que él mismo inauguró en 2019. Brasil fue el primer país que se cuadró con el candidato de Trump. Luego lo hicieron Colombia, Ecuador y Paraguay que bajó su propia candidatura. Chile y Perú no manifestaron postura de inmediato y Argentina tenía su propio candidato.
La Alianza del Pacífico y el Mercosur también quedaron divididos por la decisión del gobierno norteamericano.
En ese contexto, Piñera transmitió internamente a sus ministros que la decisión de Trump rompía la tradición de que la presidencia del organismo estuviera en manos de un latinoamericano y, en definitiva, era un problema. Pero hasta entonces el Presidente Piñera se abstuvo de emitir una opinión pública.
El 19 de junio, se hizo pública una carta de los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso de Brasil , Julio María Sanguinetti de Uruguay, Juan Manuel Santos de Colombia, Ernesto Zedillo de México y Ricardo Lagos de Chile en la que exhortaban a los otros socios del BID a “oponerse a la acción emprendida por el gobierno de los Estados Unidos”. El presidente entonces tomó contacto con varios ex mandatarios y presidentes de la región para discutir del tema.
Posteriormente se conocieron las cartas públicas de los excancilleres y de los exministros de Hacienda, incluido el ex ministro de Piñera, Felipe Larraín. Todas las opiniones recogidas por el Presidente confluían en que el camino no era facilitar la llegada de Claver-Carone a la presidencia del BID.
Además de recoger la opinión de mandatarios y expresidentes y de sus ministros, el Presidente Piñera quiso escuchar el análisis del actual presidente del BID, Luis Alberto Moreno, con quien tiene una fluida relación desde hace tiempo. Piñera lo apoyó en su elección a la presidencia del BID y Moreno ha facilitado el acercamiento del mandatario a líderes empresariales.
El aplazamiento y la irrupción de Allamand
En paralelo, el canciller Teodoro Ribera encargó un análisis sobre el tema. La conclusión fue que el aplazamiento de la elección para marzo -que ya habían planteado Argentina y la Unión Europea- era el mejor camino. La vía se planteaba como un paso previo antes que rechazar la posición norteamericana y que daba un aire hasta las elecciones norteamericanas.
La decisión seguía ya se había tomado pero aún no se hacía pública para cuando -a fines de julio- llegó el ministro Andrés Allamand a la Cancillería, que planteó que Chile debía tomar una actitud proactiva frente al tema y no esperar plegarse a una postura mayoritaria.
De ahí que esta semana el nuevo canciller anunciara finalmente la posición de Chile. “Pensamos que bajo ninguna circunstancia es razonable tensionar la gestión que tiene que hacer el banco en la región con motivo del recambio de autoridades, eso no es conveniente. Y en consecuencia vamos a apoyar esta idea de la postergación precisamente en la lógica de evitar tensiones que se pueden producir por factores externos al banco y para que el banco pueda volcar toda su energía en los procesos de reactivación en la región que son tan importantes”, dijo Allamand ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
A las palabras del canciller se sumó una declaración del ministro Briones que añadió que “una postergación contribuiría a una mejor definición del rol del Banco Interamericano de Desarrollo en la ayuda a los países miembros para enfrentar la recuperación post COVID-19, incluyendo las conversaciones relacionadas a un aumento de capital de la institución”.
Esta mañana, el exsenador se reunió con el consejo de excancilleres, donde expuso su plan para los próximos 20 meses. En la cita -aseguró uno de los asistentes- se manifestó “satisfacción porque los elementos de ese plan responden a una voluntad de reemprender una política exterior de Estado”. En la oportunidad los ex ministros felicitaron la decisión del gobierno sobre el BID.
La decisión de Piñera, efectivamente, logró un alto al fuego con la oposición, con la que ha habido diversos enfrentamientos durante su segundo gobierno. Ejemplo son la suspensión de la firma del Acuerdo de Escazú y el abstenerse, el año pasado, en la votación del Consejo de DD.HH. de las Naciones Unidas sobre una resolución en contra de los excesos del gobierno de Filipinas.
La oposición también está agrupada Foro Permanente de Política Exterior (FPPE), que encabeza Juan Somavía y que integran senadores, exembajadores, y dirigentes políticos de partidos como el PS, el PPD y la DC. Esta mañana esa instancia emitió una declaración valorando la determinación del Ejecutivo.
“Esta convergencia es muy importante para la proyección internacional de esta iniciativa. Chile es el primer país latinoamericano en anunciar su decisión de postergar la elección. Ello lo sitúa en posición de ayudar a articular los apoyos necesarios para que la postergación se logre en el marco de las normas del BID, aplicables a esta elección. De igual manera, en el diálogo con los países de fuera de la región, miembros del Banco. El Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrel, abrió el camino a la postergación con una propuesta al respecto en su ámbito regional”, dice la declaración.
Consultado sobre los efectos que puede tener el camino elegido por Chile en la relación con el gobierno de Trump, Somavía plantea una amenaza inexistente.
“Este no es un candidato de Estados unidos, sino del gobierno de Trump. Las elecciones del presidente del BID se han transformado en un tema de política interna en Estados Unidos”, asegura.
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