Contacto con parlamentarios y monitoreo desde Cerro Castillo: el rol de Boric en la recta final de la reforma de pensiones

Boric Cerro Castillo

Desde el lunes en la noche el Presidente está en Viña del Mar siguiendo de cerca los últimos pasos de la tramitación de la iniciativa que, esperan, se convierta en uno de los "legados" del gobierno. Por lo mismo, este jueves el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde, confirmó que el Mandatario hizo uso de sus facultades para que el proyecto se despache en enero.


Desde el lunes en la noche, el Presidente Gabriel Boric ha usado las dependencias del Palacio Presidencial de Cerro Castillo, en Viña del Mar, como lugar de trabajo, con la intención de darle un seguimiento más próximo a la recta final de la tramitación de la reforma de pensiones.

De esto dio cuenta Presidencia, donde afirmaron que “el Presidente de la República ha estado trabajando en Cerro Castillo precisamente para estar monitoreando la reforma previsional con sus ministros y ministras”.

En la Región de Valparaíso, donde se sitúan Cerro Castillo y el Congreso Nacional, el Mandatario ha podido sostener distintas coordinaciones con ministros y ministras de su comité político, el espacio más íntimo de secretarios de Estado que participan en las tomas de decisiones del Ejecutivo, que integran los principales negociadores de la reforma: Jeannette Jara (Trabajo), Mario Marcel (Hacienda) y Álvaro Elizalde (Segpres).

Hasta el palacio presidencial también ha ido la vocera de gobierno subrogante, Aisén Etcheverry, a quien le han pedido un tono moderado en sus alocuciones, al considerar que cualquier traspié se puede convertir en una excusa de personeros del oficialismo y la oposición para pronunciarse en contra de la reforma de pensiones.

Y es que hoy La Moneda camina sobre piedras respecto de la tramitación de la iniciativa, que se encuentra en su recta final luego de que el Ejecutivo y Chile Vamos llegara a un acuerdo en la comisión de Trabajo del Senado. Ahora, la reforma se debe votar en la sala de la Cámara Alta, para luego pasar por la Cámara de Diputados, zona que se avizora como más compleja dentro de los últimos días de la tramitación.

Allí, en Palacio se han sorprendido con que, más allá del Partido Republicano, el principal flanco está en los descuelgues que puedan existir dentro de la propia coalición de gobierno, quienes no quedaron satisfechos con el resultado de la negociación que se hizo en el Senado.

En ese sentido, el Jefe de Estado ha tomado la iniciativa y, por medio de conversaciones a través de su teléfono, se ha contactado con algunos altos dirigentes del oficialismo, como el senador y presidente del Partido Por la Democracia, Jaime Quintana. La colectividad que lidera este último uno de los espacios donde más se ha incubado el descontento con cómo resultó la negociación.

Sin ir más lejos, el senador Pedro Araya ha mostrado públicamente sus dudas en torno a si aprobar o no la reforma. Lo mismo ocurre en la Cámara, donde la propia jefe de bancada, Camila Musante (Independiente- PPD), ha manifestado sus reparos.

En esa misma bancada está el diputado Héctor Ulloa, quien será clave en la recta final de la reforma, al integrar la comisión de Trabajo de la Cámara, y con quien se reunió este miércoles la ministra Jeannette Jara.

La misma secretaria de Estado también se reunió con el diputado del Frente Amplio, Andrés Giordano -también de la comisión de Trabajo-, pues el partido del Presidente Boric fue el principal foco de atención de La Moneda en la jornada de ayer. Con ellos también se tuvo que reunir la ministra de la Mujer -e integrante del comité político de Boric-, Antonia Orellana.

Todas las gestiones de los ministros tuvieron sus frutos, pues al término del día la bancada frenteamplista dio una declaración conjunta en el Congreso, donde informaron su respaldo a la reforma del gobierno.

A primera hora de este jueves el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde, confirmó en Cooperativa que Boric haría uso de su facultad presidencial para obligar a que la Cámara de Diputados sesione la última semana de enero, para así alcanzar el deseo de La Moneda de despachar el proyecto antes de que termine el primer mes del 2025 y previo al receso legislativo del Congreso.

En Palacio tienen conocimiento de que si no se consiguen los plazos la reforma tendría que terminar su tramitación en marzo, época donde oficialistas y opositores endurecen el tono al encontrarse en la antesala de la discusión por las elecciones presidenciales.

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