Del gabinete al Congreso: la decisión pendiente de Maya Fernández y los cálculos de Ricardo Montero
En la mesa del PS ya se ha transparentado la posibilidad de que la ministra de Defensa compita en 2025 por un cupo en el Senado, idea que debería tomar vuelo estos días con una esperada conversación con la presidenta del partido. Esto podría dar lugar al ascenso del subsecretario y exconvencional a la cartera.
“Qué gusto verla por acá, ministra”.
El comentario se lo hizo hace dos semanas el diputado Tomás de Rementería (PS) a la ministra de Defensa, Maya Fernández (PS), en medio de la promulgación de ley que fortalece a la Policía Marítima, en San Antonio. Sus palabras no fueron al azar, sino que tenían una intención clara: el parlamentario le ha planteado que sea candidata a senadora por Valparaíso, para lo que tendría que renunciar antes de octubre, es decir, de que quede un año para las siguientes elecciones.
Fernández aún no ha tomado formalmente la decisión, pese a que en su partido dicen que va encaminada a hacerlo y que ya ha transmitido que está decidida. En esa línea, la senadora Paulina Vodanovic, presidenta del PS, ha abordado en reiteradas oportunidades el tema con Fernández y ella le ha planteado que aún no ha tomado una postura.
Lo cierto es que la secretaria de Estado podría comunicar dicha decisión durante estas semanas, ya que tiene una nueva conversación pendiente sobre el tema con Vodanovic.
La discusión ya llegó a la mesa del Partido Socialista y también a La Moneda. Hace tres semanas la directiva abordó la posible renuncia de autoridades para ser candidatos al Parlamento y conversaron sobre la posibilidad de que la ministra Fernández deje su cargo. También se discutió sobre las alternativas de que el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, y la subsecretaria de Gobierno, Nicole Cardoch, renuncien a final de año para postular al Congreso.
De hecho, en las reuniones de directivas incluso se ha planteado la posibilidad de que sea candidata a diputada ante la difícil contienda que podría enfrentar en la región con candidatos al Senado como el diputado Diego Ibáñez (Convergencia Social); Karol Cariola (PC), presidenta de la Cámara de Diputados, y el actual alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp (Transformar), quien aún no ha descartado una carrera por la Cámara Alta luego de bajar su repostulación al sillón municipal..
Mientras que en el Ejecutivo han transmitido a las autoridades que es importante tener claridades con respecto a posibles candidaturas.
En ese escenario, varios miran con suspicacia la intensa agenda de la ministra Fernández en Valparaíso, la que se intensificó cuando fue designada como ministra enlace tras los incendios, rol que fue interrumpido cuando el Presidente nombró en su reemplazo a la vocera Camila Vallejo.
Pero luego la agenda de Fernández en la región se mantuvo: el 18 de abril estuvo en el anuncio del Presidente de un nuevo aeropuerto en Valparaíso, el 21 de mayo en el Día de las Glorias Navales, el 24 de mayo en Quillota entregando un terreno, el 28 de mayo en San Antonio y el 29 de mayo tuvo una actividad en el Museo Marítimo en Valparaíso.
“Sería la mejor candidata del partido, condiciones le sobran. Pero la decisión la tiene que tomar ella, y cada cosa tiene su tiempo”, dice De Rementería.
La directiva regional del PS también ha abordado con la ministra la opción de que asuma como candidata, pero por ahora prefieren solo advertir que ya decidieron competir por la zona ante la salida de la senadora Isabel Allende (PS), por cumplir su periodo. De hecho, ella misma le ha planteado a su sobrina la intención de que sea su sucesora.
El senador Fidel Espinoza (PS) criticó esa posibilidad y obligó a la mesa del PS a salir a respaldar a la secretaria de Estado. “La senaduría no puede ser una monarquía hereditaria”, dijo hace unas semanas.
En los sondeos que ha hecho la oposición en la región también figura la titular de Defensa. Así al menos fue en una encuesta que hizo Evópoli, donde Fernández aparece como una de las candidatas mejores aspectadas para el Senado.
¿Ministro Montero?
En la madrugada del sábado 27 de abril, a los ministros y funcionarios de gobierno que llegaron a La Moneda les llamó la atención la premura con que el subsecretario de Defensa, Ricardo Montero (PS), llegó al palacio de gobierno y que Fernández recién apareció más de 30 minutos después.
Pese a que ambos explicaron que la llegada fue fortuita -el subsecretario se encontraba cerca de La Moneda y la ministra cuidando a su hija-, el hecho sí simboliza algo que para todos resulta evidente en el gabinete: que Montero tienen una ascendencia inusual para los subsecretarios en el Presidente y que su cercana relación lo hace mantener un peso especial.
Eso mismo ha generado algunas desconfianzas en el equipo de la ministra Fernández. Es más, algunos funcionarios que han salido del gabinete de la secretaria de Estado le han comentado que desconfían de las aspiraciones de Montero y en su excesivo protagonismo. En ese sentido, hay quienes en el ministerio se refieren al exconvencional como “el ministro”.
Montero, además, tiene un vínculo estrecho con la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), ya que fue su jefe de gabinete hasta dar el salto a la Subsecretaría. En ese momento el Presidente optó por nombrarlo en lugar de Víctor Barrueto (PPD), lo que generó molestia en el Socialismo Democrático dado el polémico rol que asumió Montero en la Convención Constitucional.
El subsecretario ya tiene claro que existe la posibilidad de ascender en el ministerio, ya que la decisión de Fernández no es un tema tabú en el PS. Y según quienes han conversado con él, dicen que le interesa más trabajar en el “Ejecutivo que en el Congreso”. Esto porque también en el regional del PS en el Maule han abordado la posibilidad de que Montero pueda ser candidato a diputado por la zona.
En esa región la tienda de París 873 está representada en el Congreso por la senadora Paulina Vodanovic -quien asumió el cargo luego de que Álvaro Elizalde aceptara ser ministro de la Segpres- y por el diputado Jaime Naranjo.
Eso sí, la posible asunción de Montero tiene un grado de complejidad: en el partido no le tienen mucha simpatía al considerarlo más cercano al Frente Amplio, y en el Congreso menos, porque lo consideran uno de los artífices de la propuesta del primer proceso constitucional que contemplaba eliminar el Senado.
De hecho, en la mesa socialista bromean con que Montero no está “loteado”, es decir, que no integra de forma activa ninguna de las tendencias internas de la colectividad.
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