¿Dónde trasladar un recinto militar de 1927?: el dilema que se abre en el Ejército por la construcción de nueva cárcel para crimen organizado

En el denominado “barrio penitenciario”, en la comuna de Santiago, hay un vecino especial. Y es que en la manzana en la que se encuentran las cárceles Santiago Uno, de Alta Seguridad, el Anexo Capitán Yaber y Santiago Sur también está el Instituto de Investigaciones y Control del Ejército (IDIC), el cual se ubica en la Avenida Pedro Montt, precisamente a un costado de la ex-Penitenciaría.

Ese es el lugar exacto escogido por el gobierno para construir la nueva cárcel de alta seguridad para los líderes del crimen organizado, tal y como lo anunció el Presidente Gabriel Boric la semana pasada como parte de una batería de medidas en materia de seguridad ante el recrudecimiento de los hechos delictuales en la Región Metropolitana.

Pero más allá de la discusión política que generó entre el gobierno y la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler (PC), quien se opone a la construcción del nuevo recinto, el tema también es algo que involucra al Ejército, ya que el organismo que se encarga de realizar los controles y certificaciones de calidad de las municiones y explosivos del país es el que tendría que dejar la zona para dar paso a la nueva cárcel.

Por lo mismo, y ante la urgencia del anuncio y de la rapidez con la que se busca construir el nuevo recinto penitenciario, es que en el Ejército surge la pregunta ¿dónde instalar el IDIC?

Si bien entre las calles Pedro Montt, Club Hípico y Centenario actualmente solo el IDIC no corresponde a un inmueble del sistema de justicia, esto no siempre fue así. El origen de ese barrio se remonta a la época entre 1840 y 1850, cuando el entonces gobierno de Manuel Bulnes adquirió la zona, a cargo del Ejército, para la construcción de los “Arsenales de Guerra” y de una cárcel, la Penitenciaría -ahora Santiago Sur-. En ese lugar también se construiría después una estación de trenes.

En 1911, y ante la necesidad de modernización de las capacidades del Ejército, según cuenta el libro “Instituto de Investigaciones y Control del Ejército: Cien años de historia 1911-2011″, la institución castrense creó la Comisión de Ensayos, Revisión y Experimentación de Material de Guerra, que sería el organismo predecesor del IDIC y que se instalaría en las cercanías del Parque O’Higgins, no el mismo lugar donde está actualmente.

Sin embargo, en 1923 una explosión en ese recinto militar llevaría a que el Ejército trasladara su organismo encargado de la certificación de calidad de las municiones hasta el ahora denominado “barrio penitenciario”. En 1927 comenzó la construcción del lugar que ahora alberga al IDIC.

Años más tarde, y sucesivamente, este lugar también iría creciendo con el levantamiento de instalaciones para las pruebas de gases, elementos químicos, laboratorios balísticos, entre otros. Lo que además llevaría a cambiarle el nombre a la institución tras la expansión de sus rubros de certificación.

Por otro lado, la zona también crecería con la construcción de Santiago Uno, el propio Centro de Justicia o un recinto de Gendarmería a un costado del IDIC hacia el poniente (Ver mapa).

Si bien el IDIC, que depende del Comando de Industria Militar e Ingeniería del Ejército, corresponde a una repartición definida como “pequeña” al interior de la institución castrense, fuentes de La Tercera destacan la importancia que tiene el recinto al ser el único organismo en el país que se encarga de certificar la calidad de explosivos, químicos, municiones y hasta herramientas militares, ya sea de la misma institución, de otras reparticiones públicas, o incluso del mundo privado como las mineras.

Es precisamente esa importancia la que abre, de cierta forma, una complicación para el Ejército, ya que el ceder este espacio con la rapidez que ha planteado el gobierno para este proyecto resulta un desafío.

Y es que el instituto, encabezado por el coronel Héctor Inostroza, cuenta en esa zona con un edificio donde se emplazan pabellones acondicionados para las pruebas de armas, así como también de laboratorios de análisis de químicos y una serie de otras instalaciones que resultan complejas de mover o cambiar.

Si bien el Ejército, destacan fuentes de esta institución, tiene dependencias para realizar cambios así, en este caso no resulta tan sencillo precisamente por lo especial de las instalaciones que ocupa el organismo desde 1927. Esto, porque preparar algún edificio con la especialidad que se requiere tomaría tiempo, algo que en el proyecto de la nueva cárcel apremia.

El hecho de que el Ejército entregue los terrenos que ocupa el IDIC para la construcción o expansión de los recintos penitenciarios de la zona, no es una discusión nueva. Según fuentes conocedores de aquello, otros gobiernos, incluido el actual, también habían planteado esa idea anteriormente.

Negociaciones que han debido apresurarse durante los últimos días por parte del Ejército y el gobierno, las que incluso durante este miércoles -señalan fuentes del Ejecutivo- habrían llevado a la propia dirección del IDIC a reunirse con personeros de gobierno para tratar la situación.

Si bien aún no se conoce el mecanismo con el que se entregará el recinto, este podría corresponder a una venta de parte del Ejército. Aunque también hay algunos que plantean la tesis de que en las tratativas la institución castrense podría solicitar un recinto a cambio de ceder el ubicado en la Avenida Pedro Montt, lo que facilitaría el cambio del IDIC.

Sin importar el resultado de las tratativas, y ante la contundencia del anuncio del gobierno, ya hay una realidad asumida en el Ejército: ¿Dónde mover un histórico recinto?