El no gol de Jimmy-Henríquez y Quinteros: los señalados en el peor Superclásico de los últimos años

Colo Colo, Universidad de Chile, Superclásico
Foto: Agencia Uno.

El pobre espectáculo brindado por Colo Colo y Universidad de Chile deja varios señalados. Rafael Dudamel se lleva las principales críticas por la falta de ambición de sus jugadores, mientras que Gustavo Quinteros tampoco se salva, ya que su equipo continúa comprometido con el descenso directo.


El de ayer fue uno de los Superclásicos más aburridos del último tiempo. La versión número 188 del duelo mayor del fútbol chileno, entre Colo Colo y Universidad de Chile, brindó un pobre espectáculo, digno de bostezos, aunque levemente “mejor” que el 0-0 de marzo de 2016, en el Estadio Nacional, con José Luis Sierra y Sebastián Beccacece, en las bancas.

Se esperaba mucha emoción, goles, a dos equipos atrevidos, dispuestos a dejar la vida en la cancha. Había demasiado en juego. Por ejemplo, los albos necesitaban ganar para alejarse de los puestos de descenso, para confirmar que están en alza, para hacerse respetar en casa y estirar la paternidad frente al archirrival. Los azules también estaban urgidos de un triunfo, sobre todo su técnico, Rafael Dudamel, que solo ha sabido vencer a Audax Italiano. Además, el fantasma de la promoción está muy presente y asusta a las huestes estudiantiles. Y cómo no, para terminar también con la humillante y vergonzosa marca de 20 años sin ganar en Pedreros y para afianzar su aspiración a clasificar a la próxima Copa Libertadores.

Tal vez era demasiado pedir lucidez y perfección en la elaboración, pero sí un trámite de ida y vuelta, al menos. No hubo nada de eso. Nada que invitara a quedarse sentado en el sillón a disfrutar del que se supone es el mejor partido del Torneo Nacional, en el papel. Ni los jugadores estuvieron a la altura, ni tampoco los técnicos. Fue un encuentro para el olvido. Uno de los peores que se recuerde. Con pocas situaciones de gol, con decisiones equivocadas, donde primó el miedo a perder por sobre el hambre de triunfo, el temor por sobre la valentía.

Un Superclásico que será recordado por siempre por la increíble farra de Jimmy Martínez a los 86′. Un buen contragolpe iniciado por Gonzalo Espinoza encontró bien ubicado a Ángelo Henríquez, que aguantó la marca de Julio Barroso y cedió inteligentemente para el joven volante proveniente de Huachipato. La defensa del Cacique estaba mal parada, a contrapié, incluido el arquero Brayan Cortés.

Sin embargo, para el 30 de la U fue demasiada la presión de tener en sus pies el fin de esa “maldita racha”, como la calificó después Pablo Aránguiz. Cuando tuvo que matar, fusilar y romper el arco sur del estadio Monumental, porque era más fácil hacer el gol que perdérselo, increíblemente decidió devolverle la responsabilidad a Henríquez, quien ya no estaba bien ubicado. Además, el pase de Martínez ni siquiera fue preciso, por lo que el remate del ex Manchester United terminó siendo una galleta para el meta local. Una farra.

Quedó demostrado que los universitarios no solo tienen miedo de visitar el recinto de Macul y de perder con un rival al que no derrotan desde 2013, sino que también de ganarle y de romper con la paternidad alba. No hay otra explicación para no querer patear al arco cuando las probabilidades son tan claras.

Como nunca, Colo Colo le dio todas las facilidades a los azules para poder arrimarse y llevarse los tres puntos desde su casa, por primera vez en dos décadas. Seguramente, pasarán varios años para que los estudiantiles vuelvan a tener una oportunidad tan buena como la ayer de salir victoriosos de Macul, ante el peor Cacique de la historia, urgido por no perder y sumar otra carga pesada a la que ya lleva a cuestas: la de no descender a la B por primera vez en su historia. Y además sin Esteban Paredes en buena forma, el gran verdugo albo que ha sufrido la U desde su existencia.

Por eso, las principales críticas apuntan a Dudamel. El técnico venezolano de Universidad de Chile guardó jugadores ante Palestino, a mitad de semana, apostando a dar el golpe en el Superclásico. No ganó ninguno de los dos partidos y se tuvo que conformar con empates. Hoy, el tempranero triunfo de los árabes sobre Cobresal, en el Municipal de La Cisterna, desplazó a los azules del cuarto lugar, que entrega el último cupo a la Libertadores 2021. Por ahora, se tienen que corformar con la Sudamericana, que entrega premios mucho menores.

“Hemos dejado pasar una oportunidad importante de ganar tres puntos. Era una linda ocasión para romper esa estadística, pero lo importante eran los tres puntos y la ubicación en la tabla”, sostuvo el técnico, que además se mandó una frase para el bronce. “Me quedo con la sensación de que fue un clásico bien entretenido y disputado”, aseguró el entrenador, muy alejado de la realidad.

Hasta ahora, Dudamel no ha sido capaz de mostrar más que lo que mostraba el conjunto de Hernán Caputto. Para más remate, tras su llegada se concretó el adiós de Walter Montillo, debido a una negociación que se manejó desprolijamente por el club. La Ardilla desapareció desde ese momento.

Gustavo Quinteros tampoco se va limpio. La apuesta por Ignacio Jara no le resultó al argentino nacionalizado boliviano. El exCobreloa entró temeroso, dubitativo, feble ante la marca y muy inocente. Salvo una habilitación a Gabriel Costa cuando empezaba el partido, no hizo nada más. Pudo haber provocado la expulsión de Osvaldo González en el segundo lapso, pero le faltó fuerza y autoridad para exigir la roja.

Sin un armador, Colo Colo es otro equipo, menos peligroso y totalmente ganable. Cada partido que pasa queda más demostrada la importancia que tenía Matías Fernández. Desde que salió lesionado en el partido ante Deportes Antofagasta que los albos bajaron mucho su nivel, lo que incluye una paliza táctica y futbolística entremedio propinada por Santiago Wanderers, en Valparaíso.

Otra vez Cortés tuvo que salvarle la vida tras un remate de Aránguiz en el segundo lapso. Ni el ingreso de Paredes fue un acierto. El delantero de 40 años por más empeño que le ponga ya no tiene la velocidad, la potencia ni la fuerza de antes. Apenas tocó la pelota. Su acción más destacada fueron los gritos y reclamos que dirigió hacia Costa, luego que este decidiera probar a Fernando de Paul en vez de centrar atrás. Al menos, en esa tenía razón el Tanque, porque el uruguayo nacionalizado peruano tenía muy poco ángulo para marcar.

Tampoco puede salir airoso Pablo Mouche. La gran carta ofensiva de la escuadra de Macul estuvo desaparecida ayer. Participó muy poco y prácticamente no generó peligro. Se espera mucho más de un futbolista de renombre y que llegó a ser titular en Boca Juniors. El argentino no fue factor como sí lo había sido en los tres últimos clásicos, convirtiendo o asistiendo.

Un Superclásico que deja señalados a técnicos y jugadores, pero sobre todo a dos equipos que vienen a los tumbos, que tenían la responsabilidad de jugarse la vida, porque lo necesitaban, pero que fueron vencidos por el miedo a perder e, incluso, a ganar.

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