El piñerómetro de los candidatos de Chile Vamos: Cómo sus cinco exministros han marcado (o no) distancia del Presidente

Piñera

Si entre ellos sale el nombre que irá a la papeleta de noviembre, Piñera tendrá que cuadrarse y cuadrar a todo el gobierno detrás. Tal vez no le dé lo mismo si es Briones, que dijo que no iba a ser desleal con él, o Matthei, con quien sigue hablando y lo ha defendido. Pero con Lavín nunca fue lo mismo después del retiro del 10%, con Desbordes la relación nunca fue tan cercana, y con Sichel es en parte una incógnita.


Tendrá que hacerlo después que una o uno solo de los cinco pase el colador de la primaria legal del 4 de julio y su nombre quede inscrito para la final. Difícil que lo diga antes, pero siempre los presidentes le ponen fichas a un aspirante a sucederlo. La vez pasada quiso que fuera Rodrigo Hinzpeter, pero no le funcionó. Su gente comenzó a mirar mejor a Laurence Golborne; tampoco llegó a la primaria 2013. Esa se la ganó el UDI Pablo Longueira al RN Andrés Allamand, pero se bajó. Al final Sebastián Piñera aplicó dedazo a favor de su entonces ministra Evelyn Matthei (UDI) en un matinal.

El Presidente tiene otra vez solo a exministros suyos en el partidor (como Michelle Bachelet), y antes de que se despeje la duda de quién es su favorito, entre él y los cinco han ido desperdigando varias pistas. Dejado fuera las frases hechas de apoyaremos a quién garantice un triunfo y al candidato de toda la coalición, hay que mirar entre los hechos públicos y la trastienda, en qué ha dicho quién respecto de quién y qué hitos los han acercado o alejado de su exjefe.

Lavín y Desbordes, unidos por el 10%

Con Joaquín Lavín (UDI), que al comienzo corría como favorito, es vox populi que la relación con el Presidente se enfrió. Fue su ministro dos veces en Piñera Parte I (Educación, 2010-2011; Mideplan/Desarrollo Social, 2011-2013). Su gente no aclara cuándo fue la última vez que conversaron, pero nada fue lo mismo desde que el gobierno se desangró con la saga del retiro anticipado de pensiones a contar de junio del año pasado.

Ese mes, el RN Mario Desbordes (Defensa, julio a diciembre de 2020, el más fugaz de la lista con 4 meses y 17 días) era aún diputado y al apoyar la idea abrió una brecha para que su partido se plegara. El gobierno y la mayoría de la coalición se oponían con todo. Ignacio Briones (Hacienda, 28 octubre 2019 - 26 de enero de este año) se había reunido el 24 de junio con Hernán Larraín Matte y Evelyn Matthei (Trabajo, 16 de enero de 2011 - 22 de julio de 2013) y de ahí salió diciendo que “uno no está acá para ganar un concurso de popularidad”. La alcaldesa esa vez también se puso de parte del Presidente y las emprendió contra el RN: “Pensé que él iba a ser, de alguna manera, un freno a otros populistas que hay en su partido, pero pareciera que ha sido al revés y él se está subiendo”.

Al mes siguiente, Lavín comenzó a abrirse con un “prefiero que esto sea como al final, al final, al final, sin cerrarse, pero busquemos un instrumento rápido con los 12 mil millones de dólares que sea mejor que ese”. Luego criticó los $500 mil del llamado plan de clase media reforzado anunciado por Piñera, que era para personas con ingresos formales de entre $500 mil y $1,5 millones y que hubiesen disminuido entre 30% o más: “Lo encuentro malo porque efectivamente deja gente fuera. Entonces mientras no me expliquen cómo metemos a esa gente no me gusta. No lo puedo votar a favor así (15 de julio, Canal 13).

Fue rápido porque cinco días más tarde se cuadró con la idea opositora explicando que “en situaciones excepcionales hay que tomar medidas que uno jamás haría en circunstancias normales” y que se debía avanzar “en el plan clase media del gobierno, que a su vez hay que mejorarlo, y en el retiro del 10% de las AFP que también hay que mejorarlo” (20 de julio 2020, Chilevisión).

Repitió la idea varias veces (más tarde, cuando la ley estaba por salir del horno, hasta haría tutoriales por Instagram y matinales de cómo retirarlo). Apenas declaró su apoyo se supo que el Presidente se había molestado en grado sumo y eso llegó casi de inmediato a oídos del alcalde. El mismo día de una de esas votaciones en la Cámara, algunos de sus entonces ministros le oyeron al Presidente decir que Lavín había cruzado una línea.

Desde entonces, los aliados del alcalde UDI comenzaron a comentar que temían que Piñera interviniera para hacerle más difícil la presidencial: de ahí viene el cuento de si operó o no junto con Matthei para que ella más tarde se lanzara -cosa que en Providencia y en La Moneda han negado-, tal como lo había hecho contra Allamand el 2013. Y los desde entonces el lavinismo pasó aviso de que su campaña correría bien lejos de los intereses del Presidente, a menos que cambiara demasiado el mapa: un candidato pegado a un gobierno con bajo apoyo no llega muy lejos.

Si a Desbordes los cuadros más duros de la derecha y sectores del piñerismo lo apuntaron de abrirle la puerta al 10%, a Lavín algunos lo responsabilizaron en parte de alentar con sus palabras -al igual que el entonces timonel RN- lo que terminó pasando: el retiro anticipado fue aprobado en el Congreso con un apoyo masivo de Chile Vamos salvo excepciones. Eso alimentó otra crisis en Palacio, sus partidos y aceleró la caída del gabinete Blumel.

Matthei y sus avisos al Presidente

“Los candidatos se comportan como candidatos y los presidentes se comportan como presidentes”, dijo Piñera cuando le consultaron sobre el caso en una entrevista después de su cuenta pública (1 de agosto 2020, Teletrece). Ese mismo mes, Lavín volvió a hacer crujir el armazón derechista al poner en duda la regla sacra del Estado subsidiario, reafirmar que iba por el Apruebo y declararse socialdemócrata. Esa semana le escucharon al Presidente decir que apostaba que el UDI no sería el único candidato presidencial.

Ese mismo mes Matthei se juntó a tomar un café con el mandatario para avisarle que había decidido lanzarse también como candidata. Debutó criticando enérgicamente a Lavín. En una de sus entrevistas dijo que “claramente dejó al Presidente en la cuerda floja con el proyecto de la clase media. La verdad, no quiero hacer una lista de los errores de Lavín” (30 de agosto 2020, Las Últimas Noticias). Se volvió a juntar con Piñera mucho más tarde, para avisarle que iba a la reelección en Providencia.

Que se sepa, ella y él no han roto contacto y lo ha defendido varias veces, tanto para remarcar que le ha tocado muy difícil como para describir que Piñera “escucha y muchísimo, mucho, mucho, mucho. Le quedas cosas dando vueltas, y después te llama”, aunque también -lo sabe- reconociendo que ”la mayoría de los presidentes hacen lo que quieren” (5 de julio 2020, ciclo En Persona de Icare).

Matthei había dicho que no cuando la sondearon de La Moneda buscando un reemplazante de Blumel en Interior: le dijo esa vez a Piñera que le “costaría mucho” trabajar con el jefe del Segundo Piso Cristián Larroulet; él le habría respondido que si se iba a La Moneda, tenían que trabajar entre todos.

Con los dos UDI disputándose apoyos en el sector, hace un par de meses Lavín dejó clara una cosa de qué piensa de lo complicado de ser Jefe de Estado: “Cuando se buscó un papá como fue Ricardo Lagos, la imagen de la mamá como fue Michelle Bachelet. Al Presidente Piñera lo veo más como un gerente. Entonces depende lo que el país necesita en ese momento, no lo sabemos” (Agricultura, 15 de diciembre).

Briones, el leal. ¿Sichel?

Si Matthei es o no la favorita, es algo por resolver ahora que se sumó un Briones resuelto a no darle la espalda a su rechazo al 10% y todo lo que ha hecho Piñera. El domingo pasado le preguntaron en La Tercera quién es el más oficialista “No sé si es ser el más oficialista, pero voy a defender lo que hemos hecho; nunca me va a ver ser desleal con el gobierno”.

Poco antes se había medido algo diciendo que “como candidato presidencial no me costaría nada darme vuelta la chaqueta y empezar a criticar una gestión de la cual me tocó participar, eso no lo voy a hacer” y que “no voy a ser escudero de nadie, lo que voy a hacer es hablar con honestidad”. (31 de enero, Tolerancia Cero).

Pero al menos el Presidente lo despidió con harto cariño pese a los tironeos por su salida. Además de decir que fue un “gran ministro” que “alcanzó importantes logros y dejó profundas huellas”, que “hoy se prepara para asumir nuevos desafíos de servicio público” y que tiene “cualidades humanas y profesionales”, hasta le celebró que haya participado en las conversaciones que llevaron al pacto del 15/N: “También hizo un aporte muy valioso para lograr un acuerdo” (26 de enero).

Fue comentada la diferencia con la salida de Desbordes, quien también tuvo un rol en noviembre 2019 y un éxodo tenso del gabinete. Dijo que “agradezco muy sinceramente”, que “reconozco y agradezco su capacidad, dedicación, compromiso y vocación de servicio público”, pero sobre su futuro solo mencionó en genérico que los ministros que salen -lo dijo en plural; solo salió él- “asumen otros desafíos”. (18 de diciembre 2020).

Sebastián Sichel (Desarrollo Social,13 de junio 2019 - 4 junio de 2020) lo conoce menos que el resto. Una vez lo invitó a la Universidad San Sebastián para la primaria 2017, pero también a sus contendores. Se comenzaron a tratar cuando el Presidente -a través de la amistad que mantiene Sichel con Andrés Chadwick- lo llamó a La Moneda para ofrecerle la vicepresidencia de la Corfo y ahí les tocaron varias bilaterales. Después vino el ministerio, se empinó en las encuestas y comenzó el comidillo de las rivalidades de los Evópoli Briones y Blumel con él.

Entremedio tuvieron algunos desacuerdos. Cuando estalló el 18/O del 2019, Sichel se desmarcó del discurso oficial diciendo que “no podemos poner la carreta delante de los bueyes” y que “el problema es la inequidad que tiene Chile”. Se llevó un rápido reto presidencial telefónico advirtiéndole que los voceros eran otros. Hubo un par más, pero otras voces dicen que ambos no se llevaban mal y que Piñera valoraba su trabajo.

El Presidente no intervino en la tensión entre Blumel y Sichel, recuerdan algunas ex autoridades, pero el hilo se cortó por el entonces ministro de Desarrollo Social y Piñera lo sacó. Tal vez consciente del costo de desterrar a su entonces ministro más popular, le ofreció otro puesto en el gabinete y la Intendencia Metropolitana, pero el exDC y exCiudadanos se negó. Le insistió y él aceptó BancoEstado. El resto es conocido: cuando se encendió la cuestión de la salida de Desbordes y la candidatura de Sichel, el mandatario se molestó y los sacó a los dos.

La gente de Sichel anticipa que las propuestas que está lanzando para su campaña no estarán apegadas al sello piñerista. Ambos no han vuelto a conversar desde que salió de BancoEstado. Planea acentuar más medidas de ayuda económica y transferencia directa a las personas antes que el rigor técnico que, observan, ha dominado la gestión de este gobierno.

¿Quién es la o el favorito?

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