El polvorín que siempre rodea a Messi: Otro fuego en el Barça justo cuando Vidal se afianza

Crisis Barcelona

Los desplantes del argentino lideran la rebelión contra Setién y su cuerpo técnico, que encuentran otro frente de guerra en Griezmann. Una crisis que tiene al chileno como actor importante de un equipo nuevamente a la deriva.


El Barcelona estalla. Y si todavía no, bastaría una chispa para que lo hiciera. La liga se le fue entre los dedos y, para colmo, queda en manos del archirrival, el Real Madrid. Y, como suele pasar en los equipos grandes, la ausencia de éxitos deportivos destapa los problemas internos. En el club azulgrana los dardos apuntan al eterno depositario de los aplausos: Lionel Messi es señalado como el culpable de la rebelión del vestuario en torno al técnico Quique Setién, quien había llegado para reencantar al equipo culé después del paso de Ernesto Valverde. Sus desaires son públicos y demasiado llamativos. Una vez más.

El desplante de La Pulga a Eder Sarabia, el colaborador más estrecho de Setién que se le acercó a darle una instrucción en el partido frente al Celta, que terminó 2-2, en un resultado que alargó la distancia merengue, terminó siendo el síntoma más visible del quiebre. De hecho, es a Sarabia a quien el plantel catalán, o al menos sus referentes más significativos, como Messi y Luis Suárez, ya no tolera. En España apuntan que las formas del asistente son el motivo de la discordia. Que su exaltada forma de seguir los partidos, que incluye expresiones groseras al borde del campo, hartó a sus pupilos. Y que los principales referentes del equipo azulgrana prefieren saltarse a quien debería ser el nexo con Setién para entenderse directamente con el técnico.

“Es cierto que siempre hay controversias. Es normal que existan diferencias. Yo tampoco era un jugador fácil en su momento. Lo importante es convencer a todos de que la idea es la que debemos desarrollar. Hay una buena comunicación buena con los jugadores y no le doy importancia a posibles discrepancias”, declaró Setién antes del partido ante el Atlético de Madrid, maniatado e imposibilitado de evadir el conflicto que lo pone en la disyuntiva entre conservar el respaldo de los jugadores o apuntalar a su asistente. “Cuando no hay victorias y no ganas, todo el mundo saca punto. Este es el circo en el que estamos montados. La relación que tenemos con la plantilla es buena. Es verdad que en momentos puntuales no estemos de acuerdo, pero no para hacer mención”, dijo el técnico, molesto. “No pasó nada entre Messi y Sarabia. Una indicación, que quieres que conteste...”, agregó el estratega.

Sin embargo las versiones provenientes del Viejo Continente establecen que la calma ha estado lejos. Y que el domingo, después del traspié ante los gallegos, hubo un duro ‘cara a cara’ entre el equipo y el cuerpo técnico barcelonista.

Griezmann se irrita

El francés Antoine Griezmann es otro de los íconos del quiebre. En el partido ante el Atlético de Madrid, el equipo al que dejó siendo una estrella para terminar transformado en un actor secundario en la Ciudad Condal, el delantero galo apenas jugó los descuentos. La medida del entrenador fue considerada como una afrenta por el círculo íntimo del delantero galo. El hermano y el padre del excolchonero explotaron contra Setién. “Quiero llorar en serio. Dos minutos”, escribió Theo minutos después del duelo ante el Aleti, aunque luego borró el posteo. Alain, el progenitor del delantero, reaccionó ante las declaraciones de Setién en el sentido de que hablaría con su hijo, pero no se disculparía por la decisión que tomó. “Para poder hablar debes tener las llaves del camión, y tú simplemente eres un pasajero”, disparó.

El cuestionamiento no es el primero que sale desde las familias de los jugadores. Antes, Lucia D Mello, la madre de Arthur, reaccionó ante las críticas de Setién por el rendimiento de su hijo. “Dios mío. Ahora empiezan a ponerle defectos al jugador”, espetó. Arthur dejó el club esta semana: se transformó en el flamante refuerzo de la Juventus. En el Barcelona no tenía cabida, pese a que llegó como una de las principales apuestas.

Vidal, en el medio

La disputa encuentra a Arturo Vidal justo en el medio de la línea de fuego. Por un lado, el volante chileno logró ganarse la confianza de Messi y Suárez y, con ello, facilitar su más permanente presencia en el equipo titular. Por otro, el Rey se enfrenta a la disyuntiva de restarle el apoyo al técnico que, finalmente, le terminó asignando un rol mucho más protagónico que el que le asignaba su antecesor, Ernesto Valverde.

La crisis no es la primera en el año. De hecho, antes hubo otra ruptura, también comandada por los pesos pesados del camarín blaugrana. En abril, ya había quedado al descubierto la tensa relación entre el equipo y la dirigencia que comanda Josep Bartomeu, después de que la regencia contratara una empresa para potenciar su imagen pública y desmejorar la de algunos jugadores, como Messi y Piqué, e incluso de viejas glorias como Carles Puyol. En el intertanto, y como para enrarecer aún más el clima. Bartomeu recibía acusaciones de corrupción.

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