El silencioso rol de Rodrigo Ubilla en la búsqueda de apoderados por el Rechazo
Luego que despertaran críticas en Chile Vamos a raíz del trabajo de los encargados de los partidos en el tema, el exsubsecretario del Interior ofreció ayuda para lograr la meta de 46 mil "defensores del voto". Sin embargo, su acercamiento generó tensión en el sector, entre otras materias, a su vinculación con el píñerismo.
En una oficina en la calle Suecia -frente a la sede de la UDI- es donde durante los últimos días ha estado funcionando un equipo operativo del Rechazo. Y es que durante esta semana hay un tema que comenzó a preocupar: el número de apoderados de mesa que estén disponibles para el plebiscito del 4 de septiembre, los cuales son un grupo de personas que fiscalizan para evitar eventuales irregularidades en los sufragios y que, en la práctica, son los “defensores del voto”.
Hasta esa oficina, han llegado un grupo de dirigentes disponibles a ayudar, todos liderados por un hombre que ha sido clave en las elecciones de la derecha: el exsubsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla (RN), quien mantiene un sigiloso rol.
Fue el martes de esta semana cuando los presidentes de Chile Vamos, Javier Macaya (UDI), Francisco Chahuán (RN), y Luz Poblete (Evópoli), sinceraron en un punto de prensa en común un problema para la campaña: no se estaba alcanzando la meta de 46 mil apoderados y, según los timoneles, iban en un 60%, una cifra que en los partidos reconocen que en realidad es menor.
Por lo mismo, Ubilla ofreció ayuda al equipo de los partidos encargado del tema de apoderados: Alejandro Irarrázaval (Partido Republiano), Mónica Risopatrón y Hernán Lecaros de RN, Paulette Guiloff (Evópoli), y Pía Margarit (UDI). En Chile Vamos en general hay un mal diagnóstico al trabajo que están haciendo los cuatro encargados, quienes, sin embargo, defienden su gestión. De hecho, ayer a las 16.00 tuvieron una reunión con los secretarios generales del bloque por el tema de apoderados, y argumentaron que era normal que la meta se alcanzara los últimos días antes de la elección.
Pese a ello, Ubilla ha manifestado su disposición a ayudar, y para ello ha tenido un grupo de dirigentes políticos que colaboran con él, entre ellos el exdirector nacional del Senda, Carlos Charme (RN) y la exsubsecretaria Andrea Balladares (RN). Sin embargo no ha sido involucrarse en el tema, pues quienes conocen de las gestiones afirman que los encargados no han querido dejar que tengan un rol y no comparten material, como bases de datos con los contactos de posibles apoderados. El involucramiento de Ubilla, dicen las mismas fuentes, ha tensionado la búsqueda de apoderados.
Quienes saben del rol de Ubilla lo reconocen muy en privado porque saben que, si aparece en primera línea, podría generar un efecto no deseado en la ciudadanía por su vinculación con el denominado piñerismo. De hecho, hay en los partidos ha algunos que niegan su participación, pero lo cierto que se han producido reuniones habituales en la oficina de Suecia, incluso con los encargados oficiales de las colectividades. El lugar, en todo caso, ha funcionado más con el equipo paralelo de Ubilla.
La Tercera se intentó contactar con el exsubsecretario, no obstante, no hubo respuesta.
El historial de Ubilla
En Chile Vamos reconocen que el exsubsecretario ha tenido roles importantes en campañas pasadas. De hecho, recuerdan que el 2017, después de la primera vuelta durante la presidencial de Sebastián Piñera, también hubo problemas con los apoderados.
En aquella oportunidad, también se le pidió ayuda a Ubilla, quien llegó como una especie de interventor al comando. Desde ahí que la historia se repite, dicen en Chile Vamos. Dentro de sus características, se destaca que tiene capacidades operativas para resolver los temas, especialmente en situaciones de crisis. Por eso, también se recuerda cuando se involucró en las negociaciones parlamentarias de la derecha con el objetivo de intentar disipar las tensiones. Su presencia, sin embargo, también terminó incomodando a algunos.
Sin embargo, su presencia para algunos molesta en la campaña, pues se le liga con el gobierno de Sebastián Piñera, el cual luego del estallido social de octubre del 2019 tuvo una baja aprobación presidencial. En ese sentido, es que, de acuerdo a las mismas versiones, no han querido ligar la campaña del Rechazo con su figura, por miedo a que afecte en términos de votación.
Por estos días, el sector aumentará las gestiones por la recolección de apoderados. Desde el Partido Republicano, su excandidato presidencial, José Antonio Kast está juntando gente para que ayude, mientras que en RN habrá un equipo de abogados liderados por Marcelo Brunet que esperan hacer un call center con denuncias el día de la elección.
Además que en los partidos han comenzado a ver números por zona y han identificado a lugares débiles en cuanto a cantidad de apoderados. Allí, por ejemplo, se menciona a comunas como Maipú y Pedro Aguirre Cerda, entre otras. En ese sentido, en el sector creen que hay un problema de “exitismo” de que la mayoría de su electorado piensan que ya ganó el Rechazo y no están haciendo mayores esfuerzos por continuar la campaña.
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