Enemistado con Nicolás Maduro y la U. San Sebastián: el caso del juez venezolano que demandó al plantel chileno

marcano estudio
Luis Manuel Marcano está refugiado en Chile desde 2017.

Luis Manuel Marcano, quien fuera magistrado del Tribunal Supremo de Justicia del país caribeño, llegó a Chile en 2017 y trabajó hasta abril en esa casa de estudios. Ahora, sin embargo, le exige una indemnización de $127 millones por "hostigamiento y discriminación".


En los últimos años, Luis Manuel Marcano (53) se ha transformado en un exiliado, en varios sentidos. No solo porque en 2017 salió su país, Venezuela, donde era magistrado suplente del Tribunal Supremo de Justicia, sino porque ahora fue despedido del empleo que encontró en la Universidad San Sebastián cuando llegó a Chile.

Marcano arribó a nuestro país el 10 de octubre de 2017, en calidad de asilado político, y en diciembre de ese año fue contratado por dicha casa de estudios como docente investigador, en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. La vida del juez desterrado parecía estabilizarse, pero pronto volvieron los problemas.

Según el relato del propio Marcano, estampado en una demanda que la justicia chilena revisará el 17 de junio, desde su llegada a la U. San Sebastián hubo un grupo de profesores que iniciaron "una campaña de hostigamiento y discriminación hacia mi persona, dadas mis calidades de venezolano, refugiado político, magistrado suplente de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de la República de Venezuela y por mis múltiples competencias académicas". Esa, al menos, es su versión.

Afirma que desde el inicio sintió "hostigamiento y discriminación". Y en su recurso judicial menciona especialmente a dos profesores. Uno de ellos es Iván Navas, quien recientemente fue nombrado decano de la facultad. Marcano afirma que Navas, al revisar un trabajo de metodología jurídica que le encomendó, le pidió como única corrección, "que quitara la dedicatoria que le hacía a 'mi Señor Jesús, Dios de mi alma, creador de mi destino', porque, según sus palabras, a las autoridades de la universidad eso no les iba a gustar por ser "religioso e inconveniente'".

El académico dice que también fue molestado porque "siempre he tenido la costumbre de bendecir todas las mañanas a los colegas que encuentro en los pasillos y a mis espaldas el señor Iván Navas hacía mofas y ridiculizaba mis bendiciones". Agrega que "cada vez que yo intervenía en las reuniones a las que era citado, trataba de silenciarme y a mis espaldas me llamaba despectivamente 'el venezolano', a pesar de que como ser humano y en respeto a mi dignidad, tengo nombre y apellido".

Daño moral y estrés severo

El hostigamiento, agrega Marcano, "alcanzó ribetes insospechados" en marzo pasado, cuando el anterior decano renunció y Navas asumió en su reemplazo. El 3 de abril la facultad notificó al magistrado venezolano de su despido a través de una carta.

De estar enemistado con el gobierno de Nicolás Maduro, ahora dio paso a una batalla legal con la U. San Sebastián, a la que demandó y le exige una indemnización de $127 millones, por supuesto daño moral y los perjuicios que sufrió, que, según su relato, derivaron en un estrés severo y un trastorno del sueño, entre otros males.

La Tercera PM habló con el abogado de Marcano, Gonzalo Canales, quien explicó que el 17 de junio el 1° Juzgado Laboral de Santiago revisará la causa.

Al respecto, La Tercera se contactó con el departamento de comunicaciones de la U. San Sebastián, en donde se señaló que por el momento se prefería no hacer comentarios, al tratarse de una materia judicial en curso.

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