Enrique Correa y aplazar el plebiscito: “Imaginar que el Presidente puede no honrar los acuerdos que lo salvaron, es la peor idea que se le podría ocurrir”

Entrevista Enrique Correa
Foto: NADIA PEREZ/AGENCIAUNO

“Entiendo el ánimo de quien estaba sometido a una desaprobación sin remedio y ahora tiene una aprobación interesante. Esto, si bien lo hace más poderoso, no lo hace omnipotente para hacer lo imposible. Normalización para comprar y no normalización para votar, eso no es viable, no vale”, dijo el exministro en un conversatorio que sostuvo el lunes con la Academia RN.


Fue una hora de exposición, preguntas y respuestas que el lunes -a eso de las ocho de la noche- protagonizó vía Zoom el exministro Enrique Correa ante la Academia RN, la unidad de formación política del partido que dirige Mario Desbordes.

Se conectaron unas 120 personas. Entre ellas, la ministra (s) de la Mujer, Carolina Cuevas; la diputada Karin Luck; el coordinador de la Academia RN, Roberto Munita; algunos seremis y concejales de la tienda. Y lo que hizo Correa fue un agudo análisis de la cambiante contingencia nacional, que en sólo seis meses vivió dos empellones: la crisis derivada del 18 de octubre y, luego, la pandemia por el coronavirus.

Si a mediados de febrero el exministro había planteado -en medio de la crisis social- que “el país no tiene garantizado su futuro mientras no se restablezca el orden público”, esta vez su análisis se centró en el manejo del gobierno de la pandemia y en las voces que, desde La Moneda, han levantado la opción de volver a cambiar el plebiscito constitucional fijado para el 25 de octubre. Para ello tuvo duras críticas.

Así, antes de entrar a las preguntas de los auditores -moderadas por Claudio Anabalón, miembro de la comisión política RN-, el también presidente de Imaginaccion se dio el tiempo para leer unas “notas”, en las que resumió su análisis de los telúricos últimos seis meses que ha vivido el país. También realizó un reconocimiento al exsenador Sergio Onofre Jarpa, muerto la semana pasada.

“El país había cambiado el 18 de octubre en 48 horas. Y del mismo modo, volvió a cambiar en marzo, en un mes. Entramos en marzo con un Presidente debilitado, con las ciudades encendidas por las protestas y las fuerzas políticas tratando de salvar el acuerdo (constitucional) y mantenerlo vigente. Cuando el mes terminó, todo lo anterior era pasado, casi pasado remoto. El sentido común de la gente común se trastornó: donde había rabia, molestia, protestas, se reemplazó por el miedo a la enfermedad, a la muerte, a la propia y la de los seres queridos. Esa se transformó en la música de fondo”, comenzó diciendo.

Junto con ello, especificó Correa, se dieron otros fenómenos. “Hace dos meses, todo lo que era elite era denostado (...) Antes las elites debían hacer sus maletas y desaparecer, hoy la autoridad es la constructora de la realidad”, afirmó, precisando -eso sí- que “todo esto es transitorio y sería una aventura augurar lo que pueda ocurrir cuando pase esta crisis”.

Un segundo fenómeno es, a juicio del exministro, “el valor que ha adquirido el Estado, como el que organiza la batalla contra el virus, el que atenúa el desastre económico producido por la pandemia, y como el que confiamos en que conduzca a mejorar y recuperar nuestra economía”.

En este punto, Correa afirmó que le parece un “grave error” el que la autoridad y empresarios den “la impresión de que estamos ante una crisis en dos frentes que debemos atacar casi del mismo modo y con igual importancia: por un lado, el sanitario y, por otro, el económico”. ¿Por qué? “En verdad estamos ante una crisis principal que es la sanitaria, porque amenaza la vida de la gente. Las medidas para salvarlos de esa crisis tienen consecuencias económicas que pueden ser catastróficas. Poner en el mismo nivel la salud, la vida y la economía no es una buena idea. El principal deber de quien nos gobierna es salvar la vida de los gobernados, sea una guerra, una epidemia o una catástrofe”, aseguró.

Aunque dijo que “nadie nos va a salvar este año de una recesión" económica, aseguró que “la economía chilena está en condiciones de resistir el embate. No la derrumbó el estallido social y sus consecuencias y no la derrumbará la crisis sanitaria. Tenemos fortalezas fiscales e instituciones económicas sólidas, construidas en estos 30 años tan denostados (...) la obra que se realizó del 90 en adelante es duradera, sigue siendo sólida”.

“Errores políticos inexplicables”

Correa luego realizó un análisis a fondo de cómo el gobierno ha manejado la crisis sanitaria y de los errores cometidos en el camino. “El gobierno ha ganado terreno y la oposición no. El gobierno, porque dirige la agenda en la medida en que dirige la estrategia para enfrentar el problema principal, la epidemia. Pero acompaña esta mayor fuerza con errores políticos inexplicables”, afirmó, apuntando a las “múltiples polémicas y excesos verbales” del ministro de Salud, Jaime Mañalich.

“El Presidente, que anuncia antes de tiempo la nueva normalidad, cuando aun no ha llegado el peak. ¿Por qué lo digo? Porque cuando haya llegado el peak estaremos más seguros para planear el futuro, pero por ahora hay que actuar con extremo cuidado (...) esto tiene otra lectura que puede ser más complicada: tanto apuro en anunciar la reanudación de actividades puede ser interpretada por algunos como que se da igual importancia a la vida o a la economía, y eso tiene un error conceptual muy de fondo”.

Pero, según su intervención, las mayores equivocaciones del Ejecutivo se dieron al abrir la puerta a la opción de postergar el plebiscito con las intervenciones de Piñera, el exministro Andrés Chadwick y el titular de Interior, Gonzalo Blumel -quien afirmó a La Tercera que “hace todo sentido racionalizar el cronograma electoral”- en ese sentido. Ahí -dijo Correa- se cometió “un error descomunal”.

“No es consistente afirmar que podemos normalizar ahora, y sin embargo no podemos votar en octubre. Ambas afirmaciones no caben en una misma caja de zapatos. Las señales contradictorias generan desconfianza y esto es lo último y lo peor que puede ocurrir, cuando más confianza necesitamos y el Presidente está fuerte para suscitar la confianza”, enfatizó Correa.

“Entiendo el ánimo de quien estaba sometido a una desaprobación sin remedio y ahora tiene una aprobación interesante. Esto, si bien lo hace más poderoso, no lo hace omnipotente para hacer lo imposible. Normalización para comprar y no normalización para votar, eso no es viable, no vale”, insistió.

“Por otro lado, el plebiscito fue un acuerdo político en un momento en que el Presidente pudo caer, con un daño muy grave para el país. Al país le conviene la estabilidad del Presidente. Imaginar que eso ahora puede olvidarlo y no honrar los acuerdos que lo salvaron, es la peor idea que se le podría ocurrir”, recalcó.

Por el lado de la oposición, destacó el “debate interesante” que suscitó la intervención del expresidente Ricardo Lagos, quien la semana pasada planteó que “no daba el ancho”. “No tienen un proyecto, ni siquiera un vocero en común. Mal momento para una fuerza política que gobernó el país con tanta fortaleza”, se lamentó Correa. Aunque también alertó que ve que en el sector “crece el riesgo de que se lleven a cabo iniciativas y proyectos de ley que si bien buscan resolver problemas urgentes, lo buscan con soluciones que no son sustentables en el tiempo. Esto se llama populismo aquí y en cualquier parte”.

¿Volverán las protestas?

Aunque hizo una evaluación positiva de la contención de la pandemia en el país, el presidente de Imaginaccion advirtió que “saldremos de la crisis más pobres y con más pobres. En especial, hay que mirar con mucha atención a la clase media en su segmento más bajo: ellos vienen de la pobreza ahora último y ahora están de retorno (...) ese es probablemente (el problema) política y socialmente significativo al que tenemos que atender”.

¿Ello se traducirá en si vuelven o no las protestas tras la pandemia? “No lo sabemos, no sabemos si más desocupación, más pobreza, producen un nuevo estallido o más desazón... o búsqueda de protección (...) no sabemos si mas desocupación y pobreza produce estallido o desazón".

Y advirtió que uno de los principales desafíos políticos es reformar las pensiones, “uno de los elementos más delicados presentes en el estallido social (...) Si esto no se resuelve, las consecuencias políticas y sociales pueden ser muy negativas”.

Jarpa y la transición: “Dio un paso trascendental”

Por último, ante la pregunta de uno de los presentes, recordó a Sergio Onofre Jarpa, quien fue presidente de RN durante la transición, y luego senador cuando Correa era ministro Secretario General de Gobierno durante la presidencia de Patricio Aylwin. Según dijo, el fallecido político fue “constructor de esos momentos originarios” que dieron lugar a la primera administración democrática post Pinochet.

“Para ser franco, tenía una opinión bien mala (de Jarpa) porque había sido muy opositor al gobierno del Presidente Allende y yo fui parte de ese gobierno”, confesó. Y contó que la primera vez que lo vio, fue en días acaecidos entre el plebiscito de 1988 y la elección presidencial de 1989, cuando los partidos negociaban con el gobierno una reforma constitucional para allanar el camino a la democracia.

“Se había creado una comisión para negociar con el gobierno, que estaba constituida por constitucionalistas de la Concertación y de RN, que a su vez negociaban con el gobierno. La negociación por el gobierno la dirigía Carlos Cáceres. En un momento dado, vaya uno a saber por qué, Pinochet suspendió estas negociaciones, lo que generó un ambiente muy grande de inestabilidad: teníamos el plebiscito ganado, la elección presidencial al frente y teníamos que dar certidumbre al país”, relató.

“Don Sergio Onofre llamó a Patricio Aylwin y le dijo que por qué no se juntaban en público a decir que había que continuar con las negociaciones. Pinochet seguía siendo lo que era, acababa de suspender esto, y él tuvo un conducta que salvó un situación muy delicada. Partimos, acompañé al Presidente Aylwin al local de RN, y don Sergio Onofre estaba acompañado de Andrés Allamand. Dijera lo que dijera el ministro Cáceres o Pinochet, el diálogo por reformas constitucionales se reanudó. El dio un paso que en mi opinión fue trascendental", agregó.

"Hay mucha gente que piensa que era automático que, como habíamos ganado el plebiscito, íbamos a tener una elección presidencial. Eso no era automático. Eso hubo que construirlo, y uno de los constructores de esos momentos originarios fue don Sergio Onofre Jarpa”, remató Correa.

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