Escuelas Abiertas: las acciones que prepara el movimiento chileno apoyado en la experiencia de Buenos Aires

CLASES
Alumnos de la Región Metropolitana durante su primera semana de retorno presencial a clases. Foto: AP

La agrupación, en contacto con sus pares en Argentina y que lograron por vía judicial el retorno a las aulas, ha desplegado una estrategia con el mismo móvil: están juntando adherentes, han pedido reuniones formales y evalúan salidas administrativas y legales. Todo, para normalizar la educación presencial.


“Que la educación presencial sea una prioridad nacional” es la consigna del movimiento ciudadano Escuelas Abiertas, que los primeros días de abril comenzó a recolectar apoyo en distintas redes sociales para promover la apertura de los colegios.

Lo que este movimiento busca es que el funcionamiento de los colegios se determine de manera independiente a las fases establecidas por el Ministerio de Salud en el Plan Paso a Paso. Consideran, además, que la actual norma es muy “ciudadcentrista”, pues existen escuelas en comunas alejadas de los centros urbanos -que concentran la alta contagiosidad- y que sí podrían operar presencialmente, porque no presentan casos o muy pocos.

También hay un tema discrecional que genera ruido entre los apoderados. Según los datos del Mineduc, a inicios de marzo casi el 88% de los particulares pagados abrió, así como el 70% de los particulares subvencionados. Pero en los recintos municipales la situación fue muy distinta: solo el 28% retomó las clases presenciales.

Y a nivel organizacional, en Escuelas Abiertas no están solos. Hace semanas tienen contacto con la agrupación Padres Organizados, sus pares en Buenos Aires, Argentina, quienes luego de presionar fallidamente al gobierno de Alberto Fernández, acaban de lograr su cometido por la vía judicial: el tribunal de la provincia respaldó su moción y este lunes los estudiantes bonaerenses retornaron a las aulas, pese a los 16.267 nuevos casos y 65 nuevos fallecidos por Covid-19 reportados la jornada anterior.

Para compartir sus experiencias, el pasado 8 de abril cinco representantes federales de la agrupación argentina se reunieron con sus pares chilenos vía Zoom, y hasta hoy mantienen el contacto por WhatsApp. “Quedamos en apoyarnos mutuamente a través de redes sociales y compartiendo evidencia científica para poder avalar las posturas de poder abrir los colegios”, explica la profesora de inglés Teresita Romero (42).

Ella es parte del equipo de Escuela Abiertas que, además, integran la abogada Lucía Buttazzoni (37), la profesora de matemáticas Consuelo Tapia (37) y la economista Claudia Larroulet (41), hija del exministro del primer mandato del Presidente Sebastián Piñera, Cristián Larroulet.

“Esa reunión nos sirvió mucho para entender cómo partieron, cómo se organizaron, cómo obtuvieron más fuerza. Hemos ido tomando ideas a partir de su experiencia”, dice Buttazzoni.

Una de las lecciones que recogieron de la experiencia argentina fue dividirse por zonas y armar redes según el territorio. Y así lo hicieron: partieron en la capital y luego se expandieron hacia las regiones. “Ellos levantaron información sobre cuál era la apertura real de los colegios en distintas zonas, y llegaron a la misma conclusión que nosotras: los colegios que estaban abiertos eran los particulares o de las grandes ciudades, pero los colegios rurales se mantenían cerrados”, explica Larroulet.

En paralelo, Escuelas Abiertas tramitó una audiencia con el Ministerio de Salud a través de la Ley de Lobby. “Estamos a la espera de eso, lo otro son acciones legales y administrativas que estamos evaluando y que ahora, con lo que se vivió en Argentina, es más que razonable revisar”, adelanta Tapia.

Además, están evaluando interponer una denuncia ante la Superintendencia de Educación para que fiscalice a los colegios que aún no abren estando ya en Fase 2 o incluso superior.

De hecho, hasta el 20 de abril, apoderados de 26 escuelas han denunciado ante la superintendencia que recintos educativos de Los Lagos, Santiago, Coquimbo y Rancagua, entre otros, estaban cerrados cuando podían estar operativos presencialmente, por no encontrarse en Fase 1.

El ministro de Educación, Raúl Figueroa, planteó que “nos parece muy positivo que se pueda escuchar la voz de los apoderados que piden, cuando las condiciones sanitarias lo permitan, abrir los colegios, porque saben la relevancia de la presencialidad en la salud mental y en el desarrollo socioemocional y académico de sus hijos. Como siempre, como ministerio llamamos a que los colegios que se encuentran en comunas en Paso 2 o superior respeten la voluntad de estos apoderados y, adoptando todas las medidas de seguridad que establecen los protocolos, abran sus puertas”.

Y, en paralelo, el movimiento se ha abocado a buscar apoyo social. En tres semanas han convocado a más de dos mil seguidores en sus redes sociales y, aunque recién el viernes 16 de abril lanzaron su última recolección de firmas, ya suman cuatro mil adheridos. También, Escuelas Abiertas está apoyado por fundaciones como Acción Educar, Niños Primero, Presente, Agrupación de Jardines Esenciales Particulares de Chile, Jardines Infantiles y Salas Cunas Particulares de Valdivia, entre otras.

Se trata, principalmente, de adhesiones en Santiago, aunque han logrado cobertura entre Castro y Alto Hospicio. También han recibido comentarios el sitio web. “Las clases presenciales no reemplazan las clases online y el colegio se niega a iniciar clases presenciales aun cuando pasamos a Fase 2”, escribió una apoderada de la Región de O’Higgins. “Nuestro jardín no presentó contagios, necesitamos abrir porque nuestros niños nos necesitan y no queremos que sigan disminuyendo su aprendizaje”, detalla una parvularia de Antofagasta.

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