Falta de diversidad, sexismo y la guerra desatada de Hollywood: la caída de los Globos de Oro
Los galardones que entrega la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood viven la peor crisis de su historia, después de que una oleada de críticas en su contra terminara con que NBC, canal que exhibe la premiación, se niegue a emitir el programa en 2022. La organización enfrenta denuncias de racismo, sexismo y diversas malas prácticas, pero su mala fama viene desde hace años.
Ricky Gervais aceptó la misión de ejercer como presentador de los Globos de Oro por quinta y última vez en la ceremonia de enero de 2020. Más ácido que nunca, aseguró que los invitados fueron menos tiempo al colegio que Greta Thunberg, se burló de Leonardo DiCaprio por su frecuente interés en parejas veinteañeras, e incluyó a Los papas como parte de un grupo de películas sobre pedófilos.
Sus palabras aún deben provocar escozor en los pasillos de las principales oficinas de Hollywood, pero una frase parece particularmente pertinente: “Muchas personas talentosas de color fueron omitidas en las principales categorías. Desafortunadamente, no hay nada que podamos hacer al respecto: la Prensa Extranjera de Hollywood es muy, muy racista”.
El comentario del comediante británico por un lado aludía a que las nominaciones de esa edición de los Globos de Oro ningunearon a elogiados títulos como Watchmen (HBO) y Así nos ven (Netflix), historias centradas en personajes afroamericanos, pero en el fondo también volvía a poner en relieve el descrédito alrededor de la institución que entrega los galardones del cine y la televisión estadounidense, la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA, por sus siglas en inglés).
Un año después de que Gervais trabajara por última vez para ellos y se riera en sus caras, los miembros de la entidad enfrentan el peor panorama de su historia: a menos que haya un vuelco muy extraño, los Globos de Oro no se celebrarán en 2022, después de que NBC –canal que tiene los derechos televisivos del evento– decidiera no emitir el programa el próximo año, según comunicó este lunes-
La razón es la oleada de críticas que ha recibido la organización durante 2021, particularmente en torno a la nula presencia de integrantes afrodescendientes (según reveló Los Angeles Times a comienzos de año, de los 87 miembros, ninguno es negro), una serie de prácticas carentes de ética y el sexismo que han denunciado figuras como Scarlett Johansson. La quitada de piso de NBC pudo haber sido la estocada final a los galardones, tras haber sido foco de un boicot por parte de Netflix, Amazon, WarnerMedia y las principales agencias de representantes de Hollywood, que le dieron un ultimátum a la entidad para que implemente cambios urgentes.
Si bien sólo durante este año los reconocimientos encaran un rechazo de este calibre, los Globos de Oro cargaban desde hace años con una dudosa reputación. El crítico de cine y columnista de The Guardian Guy Lodge los llamó “la más estridente y menos prestigiosa de las principales entregas de premios de Hollywood”.
Aunque en su web oficial los galardones celebran que “a medida que la taquilla internacional se ha expandido drásticamente en los últimos años, también ha aumentado el prestigio de los Globos”, lo cierto es que el reducido grupo de periodistas que conforma la HFPA ha generado dudas tanto en su selección de nominados como de ganadores.
En términos de paridad, en 2014 los Globos de Oro marcaron un hito con la nominación a Mejor director para Ava DuVernay (Selma), logro que no repitió en los Oscar. Eso no evitó que la realizadora de Así nos ven –una de las principales productoras y directoras de la última década en la industria– se lanzara en contra de la organización durante esta semana. De hecho, desde 2009 han nominado a seis mujeres en esa categoría, frente a cuatro de los Premios de la Academia, pero nada los ha librado de las críticas del medio.
Una serie de dardos que también se expresaron cuando Minari, la aplaudida cinta sobre una familia de origen coreana abriéndose paso en Estados Unidos, fue reducida a ser nominada a Mejor película extranjera en la más reciente edición. Si bien su producción es norteamericana –está hablada en coreano–, las reglas de la HFPA la llevaron a ser candidata sólo en esa categoría, desatando una reacción de desconcierto y crítica.
Otras voces han expresado que durante las entrevistas que la entidad realiza a actores y directores en la temporada de premios se ha caído en preguntas sexistas y racistas. Un punto que ahora respaldan los grandes estudios, pero que durante años pareció un secreto a voces en Hollywood, demasiado cómodo con una gala que le aseguraba visibilidad a sus principales estrellas y películas.
“Es bien sabido en la industria que muchos de los miembros de la ‘prensa extranjera’ no han trabajado durante décadas”, escribió el editor de premios de la revista Variety, Clayton Davis, apuntando luego a los mayores nombres de la industria, hoy en declarada guerra con la premiación: “Es responsable de su ascenso al poder y prominencia en la industria. Un monstruo es un monstruo porque alguien le permite ser un monstruo”.
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