A través de dos resoluciones emitidas el 27 de agosto pasado, la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas ordenó a 4.632 agricultores de la provincia de Quillota limitar la extracción de agua que realizan sobre el río Aconcagua, afluente que nace en la Cordillera de los Andes y cruza toda la Región de Valparaíso, hasta su desembocadura en Concón.

El objetivo de la medida es priorizar la recarga del embalse Los Aromos, que abastece de agua potable a un millón de personas del Gran Valparaíso (Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana y Concón) y del litoral norte (Quintero, Puchuncaví, Papudo, Zapallar y La Ligua).

A la fecha, este depósito de agua tiene 13,7 millones de m3 del recurso hídrico, de los 22 que requiere tener disponibles al 1 de noviembre para abastecer a la población hasta junio de 2022.

“Con el agua que hoy día existe uno podría garantizar, aproximadamente, hasta febrero del próximo año”, dijo a La Tercera el director general de Aguas, Óscar Cristi.

Específicamente, fue el director regional de la DGA, Héctor Neira, quien emitió la restricción para los agricultores de Quillota, quienes podrán utilizar un caudal máximo de 1,7 m3/s, los siete días de la semana, dejando pasar por lo menos 0,7 m3/s de agua por el cauce del río.

Adicionalmente, les instruye dar a los canales Ovalle y Waddington 1.200 y 1.600 l/s respectivamente, “para la recarga del embalse Los Aromos”, dice la resolución.

El Artículo 314 del Código de Aguas entrega a la DGA la facultad de intervenir la administración de un río, en zonas con declaratoria de escasez hídrica, como lo es la Región de Valparaíso, cuando las organizaciones de usuarios no logran un acuerdo voluntario de redistribución.

Para las temporadas de riego 2018-2019, 2019-2020 y 2020-2021, también por la sequía y la necesidad de recargar el embalse, se llegó a acuerdo entre todos los usuarios del río. Este consistió en que los agricultores de Los Andes y San Felipe, con derechos de agua sobre el Aconcagua, cerraban las compuertas de sus canales los fines de semana, para que pudieran abastecerse sus pares de Quillota y el embalse Los Aromos.

Pero en esta oportunidad solo lograron acuerdo los regantes de Los Andes y San Felipe (usuarios de la primera y segunda sección del río), aceptando cerrar sus compuertas para dejar correr el agua hasta Quillota (tercera sección), durante 36 horas los fines de semana. Mientras que en Quillota se negaron a firmar, pues este no garantizaba “mínimamente sus requerimientos de riego”, dice la resolución de la DGA.

Para fiscalizar que se cumpla la disposición, la dirección ha dispuesto entre seis y ocho fiscalizadores, además de drones.

Desde Esval, en tanto, se informó que “necesitamos seguir avanzando para asegurar el consumo humano en la próxima temporada. En ese sentido, valoramos el acuerdo con los regantes de la primera y segunda sección, y la acción de la DGA en la tercera para asegurar que no falte agua para las miles de familias de nuestra región”.

Entre 1971 y 1977, la DGA redistribuyó en 11 oportunidades las aguas de canales y ríos para garantizar el consumo humano. Desde esa fecha en adelante, solo se dictaron medidas en dos ocasiones: 1996, cuando se intervino la administración completa del Aconcagua, y 2012, cuando se reguló el tramo que recorre la segunda sección de este afluente, en la provincia de San Felipe.

Así, esta es la tercera vez, en 44 años, que se adoptan medidas para resguardar el caudal.

Actualmente, el director general de Aguas comentó que está evaluando otros dictámenes en las regiones de Coquimbo (río Choapa), O’Higgins (río Tinguiririca) y El Maule (río Maule) para “encontrar las condiciones y generar todo el apoyo posible para que las organizaciones lleguen a acuerdos voluntarios de redistribución”.

Por ahora no ha resuelto una nueva redistribución. “Seguimos trabajando con las organizaciones de usuarios de agua. Creo que estamos llegando a buenos acuerdos”, señaló Cristi.