¿Hacer obligatoria la vacunación contra el Covid-19? El debate que abre la experiencia internacional y los dos millones de rezagados que hay en Chile
Mientras los trabajadores de salud municipal apoyan -como en Francia- que la vacunación sea obligatoria para el personal sanitario, desde el gremio gastronómico admiten que se está contratando solo a personal vacunado. Eso, pues la presencia de no vacunados reduce los aforos permitidos, lo que ya está operando como filtro en empresas de eventos o actividades masivas.
Hace una semana, el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, impuso la obligatoriedad de la vacuna contra el Covid-19 para los trabajadores de la salud y, además, lanzó un “pase de salud” -similar al Pase de Movilidad chileno- que permite el ingreso a restaurantes o bares y viajes de larga distancia en buses, trenes y aviones como beneficio para los vacunados. “Esta vez se quedan en casa ustedes, no nosotros”, dijo Macron sobre las medidas, que no cayeron bien en todos los sectores: cerca de 160 mil personas salieron a protestar.
En EE.UU., el Presidente Joe Biden analiza la vacunación obligatoria para los trabajadores federales, mientras empresas como el periódico The Washington Post ya dieron como fecha límite septiembre para que sus reporteros y colaboradores estén inmunizados.
Y en Chile, si bien la vacunación no es obligatoria, contar (o no) con el esquema completo abre y cierra puertas, a propósito del Pase de Movilidad.
Por ejemplo, si todos los trabajadores de un restaurante están inmunizados, pueden recibir un aforo mayor de clientes -también vacunados- al interior de los locales. En el caso de los gimnasios techados, en fase de Preparación solo pueden recibir a personas -y trabajadores- con el carnet de vacunación.
Lo mismo sucede para las empresas banqueteras y de eventos, pues el aforo de las actividades que incluyen público con interacción -como los matrimonios- se incrementa si todos los participantes están vacunados, lo que ya se ha ido convirtiendo en una exigencia por parte de los clientes que desean contar con numerosos invitados.
¿Qué hacer, entonces, si un trabajador no cuenta con la vacuna? Reducir los aforos, tras los meses de cierre obligado por la pandemia, no es opción para los dueños, gerentes y administraciones, como tampoco para los mismos clientes, que ven reducidos sus privilegios a causa de alguien que ha rechazado las dosis. Hasta ahora, las autoridades sanitarias han recalcado que la vacuna no es obligatoria. Y eso lo refrendó el ministro de Salud, Enrique Paris, durante esta mañana: “Nosotros no hemos dicho nunca que el empleador puede obligar (al trabajador) a vacunarse”, afirmó.
Sin embargo, los dos millones de rezagados están abriendo un debate en distintos niveles y ponen sobre la palestra si es necesario pasar de la voluntariedad a la obligatoriedad del esquema de inmunización.
Gremios apuntan a la obligatoriedad
Desde la Asociación Gremial de los Empresarios del Barrio Lastarria (Agebla), que reúne a empresarios gastronómicos y hoteleros, su presidente, Alfonso Molina, explica que frente a las nuevas reglas del plan Paso a Paso, “la normativa la hemos tomado de forma seria. Si nos exigen que para atender al público tenemos que solicitar carnet de vacunación, nuestro personal también tiene que tener vacunación completa. O si no, esta nueva norma no tendría sentido. A pesar de que no es una exigencia u obligación, lo tenemos como requisito para las nuevas contrataciones. La norma sí se está cumpliendo entre nuestros trabajadores: si no es el 100%, al menos un alto porcentaje está inmunizado”.
Molina añade que “no nos ha tocado un tema particular con algún trabajador que haya manifestado rechazo a vacunarse, pero si las hay, los trabajadores tendrán que asumir las consecuencias de no poder trabajar con una condición que a nosotros nos perjudica (...). Mi opinión personal, porque no puedo hablar por todo el gremio, aunque creo que coincidimos bastante, es que la vacunación masiva debería ser obligatoria, los que están quedando rezagados es por una postura de poca información, y en definitiva, la vacuna no solo los protege solo a ellos, sino también al resto”.
En el caso de los gimnasios, el CEO de LatamFit, Alfredo de Goyeneche, apunta que como en etapa de Preparación no se pueden recibir no vacunados en recintos cerrados, por lo que todos los trabajadores, proveedores y clientes deben portar su Pase de Movilidad al ingreso a los distintos recintos.
“Nosotros recomendamos que todos los trabajadores se vacunen, porque eso permite que nuestra actividad funcione. Y si bien respetamos a quienes no, creemos que esa situación se vuelve más compleja, porque el trabajador va a tener que realizar funciones donde no estar vacunado sí sea aceptado, porque nosotros nos ajustamos a lo que permite el protocolo. Por ejemplo, para un entrenador personal que no está vacunado, quizás para él lo que le va a funcionar sea una modalidad de entrenamientos a distancia”, explica.
Frente a ello, Goyeneche cree que Salud debe tener una postura respecto de la obligatoriedad y debe dar los lineamientos al menos para los sectores económicos que impliquen la atención directa de público.
En el caso del personal sanitario, Gabriela Flores, presidenta de la Confusam, explica que es un mínimo porcentaje el personal médico que aún no se vacuna o que lo ha postergado. Pese a ello, considera que si bien no debería existir una obligatoriedad general, “al personal de salud que aún no lo hace, sí”. ¿La razón? Flores señala que están más expuestos por la atención a la población usuaria del sistema de salud. Aunque valora que ha existido una alta adherencia en general de la población al plan.
Mayor información para los no vacunados
Desde el Consejo Asesor en Vacunas e Inmunizaciones (Cavei) su presidenta, Jeannette Dabanch, explica que “lo que se ha mantenido hasta ahora es una vacunación voluntaria y no hemos cambiado hasta aquí la estrategia. La cobertura en Chile es muy buena y tenemos que considerar que en las últimas semanas hemos tenido problemas con el suministro de vacunas. Tenemos que mirarlo desde el punto de vista de que la vacuna, más que con la libertad asociada al Pase de Movilidad, tiene que ver con protección. Si me vacuno, me protejo yo y a mi entorno”.
La infectóloga explica que el problema de los rezagados se soluciona con más y mejor información sobre las vacunas disponibles, apuntando a esos grupos específicos.
Sin embargo, tener a dos millones de personas rezagadas en la vacunación sí es un problema de salud pública, plantea el académico Usach Claudio Castillo. Si bien no es partidario de la obligatoriedad, “sí se deben generar incentivos y facilidades más amplias para los vacunados, y más limitaciones a los no vacunados”. Por ejemplo, si alguien que cumple funciones de atención a público no se vacuna, establecer testeo periódico de PCR o ser reasignado a otras tareas.
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