Javier Macaya (UDI) y el proceso constituyente: "Veo incompatible que, si no cesa la violencia, se pueda dar esta discusión"
Diputado dice que eso es "requisito imprescindible" para que se realice ese proceso, que fue anunciado ayer por el gobierno. Además, advierte que el Ejecutivo tiene que "poner la pelota en el piso" ante los múltiples temas que han surgido en las protestas. "No nos podemos comprar cualquier agenda", señala.
Como jefe de bancada de la UDI, el diputado Javier Macaya estuvo presente en la reunión que anoche sostuvo el Presidente Sebastián Piñera con los principales dirigentes de Chile Vamos. Una cita que terminó con el Ministro del Interior, Gonzalo Blumel, dando un punto de prensa en plena calle -afuera de la casa del Mandatario- anunciando que "hemos acordado iniciar el camino para avanzar una nueva Constitución".
Macaya afirma que "que Chile Vamos se abra a esta discusión demuestra voluntad de diálogo y apertura. Las únicas condiciones para esto son que se respete la institucionalidad, cese la violencia y se pueda restaurar el orden y la seguridad para, en paralelo, avanzar en una agenda social".
El Presidente Piñera dijo la semana pasada que "ninguna agenda social va a ser suficiente para aquellos que no quieren ninguna solución, que lo único que quieren es que esta situación se agudice". ¿Por qué cree que se produjo esa declaración del Mandatario?
Porque creo que el Presidente tiene la obligación de poner la pelota en el piso. Y eso tiene que ver con entender y escuchar, de la manera más humilde posible, lo que está pensando la ciudadanía. Eso pasa por no subirse al primer carro o a la primera propuesta, y tiene que ver con tener la capacidad de empoderar a su gabinete a que salga a escuchar. En esto quiero destacar que hay iniciativas, cabildos, conversaciones ciudadanas que se han dado y, particularmente, una que considero muy relevante, que es la que han comenzado los alcaldes de Chile, que son las personas más conectadas con la ciudadanía, de la clase política al menos.
En materia de derechos humanos, hay una serie de denuncias. La fiscalía dio a conocer esas cifras: más de mil casos, incluyendo 161 niños. ¿Cómo compatibilizar el escuchar a las personas con estas denuncias y, además, mantener una discurso de respeto irrestricto a los DD.HH.?
Son situaciones que, obviamente, tienen que ser condenables, y esperar que el pronunciamiento de las instancias judiciales termine por clarificar estas situaciones. Hay cinco fallecidos que, eventualmente y de acuerdo a las circunstancias que se tienen que investigar y clarificar, pueden haber fallecido por acción de agentes del Estado, pero eso no obsta a que nosotros tengamos que hacer una condena muy profunda a todos los hechos de violencia, ya sean delitos de lesa humanidad que se puedan terminar acreditando en las instancias procesales que correspondan, pero también al vandalismo, a la destrucción y a las personas que han fallecido no producto de la acción de agentes del Estado. Nosotros también tenemos una preocupación muy profunda de los derechos fundamentales de millones de chilenos que están siendo afectados sus derechos fundamentales, quizás por la incapacidad que ha tenido el Estado de retomar la normalidad en el transporte público con la rapidez que ellos quisieran; los derechos fundamentales de los carabineros, que hoy no cuentan con todas las herramientas de protección, de jornada laboral. Tenemos carabineros que están saliendo a la calle por 18 horas diarias casi. Ahí también hay derechos que quizás han sido afectados. Mirémoslo en contexto, pero no tratemos de sacar un provecho específico, como aquellas personas que son las mismas que están propiciando el quiebre institucional y que han presentado querellas por crímenes de lesa humanidad contra el Presidente y que están propiciando este mismo tema en cortes internacionales.
O sea, ¿usted cree que hay sectores que lo que quieren es un quiebre institucional?
No tengo ninguna duda de que hay personas de muy extrema izquierda, dentro del Partido Comunista, incluso en el Frente Amplio, que desde el día uno que partieron las movilizaciones más masivas ya estaban pidiendo la renuncia del Presidente. Eso no es casualidad. Hay un aprovechamiento de que una legítima demanda ciudadana se transforme en una cuestión política de un grupo de poder que no ha ganado las elecciones, de un grupo de presión que no ha ganado las elecciones… Chile no va a salir de la actual crisis si quiebra las instituciones.
¿Qué le parece la decisión del gobierno y Chile Vamos de impulsar una nueva Constitución? ¿Cómo se debe dar la participación ciudadana en el proceso: con o sin plebiscito de entrada?
Que Chile Vamos se abra a esta discusión demuestra voluntad de diálogo y apertura. Las únicas condiciones para esto son que se respete la institucionalidad, cese la violencia y se pueda restaurar el orden y la seguridad para, en paralelo, avanzar en una agenda social. Esperamos diálogo de parte toda la clase política y que podamos aislar a quienes están propiciando el quiebre institucional desde el día uno, maximizando y extremando sus posiciones, encontrando todo insuficiente. La participación ciudadana se da en un plebiscito que apruebe los cambios.
Eso quiere decir que, en caso de que persistan hechos de violencia, ¿se debería suspender el proceso constituyente?
Sí. Yo veo incompatible que, si no cesa la violencia, se pueda dar esta discusión. Es requisito imprescindible.
Respecto del mecanismo, ¿es una decisión cerrada para Chile Vamos el que la modificación se realice a través del actual Congreso y no en una asamblea constituyente? También se ha planteado una especie de camino intermedio, a través de una convención constituyente. ¿Cuál es su postura?
Nosotros creemos que la participación ciudadana se va a expresar en instancias como el diálogo que propician hoy los municipios y también en la ratificación democrática de un plebiscito que valide lo que se discuta en el Congreso. A diferencia de los maximalistas que propician desde el día uno el quiebre institucional, nosotros creemos que el actual Congreso, sin el binominal, no está interdicto para tener esta discusión.
Cuando uno ve a más de un millón de personas marchando -solo en Santiago- y que el 1% de esos manifestantes termine con actos violentos, ¿es posible poner el mismo énfasis en las demandas sociales que en el orden público?
Les escucho reiteradamente a los líderes de oposición que la solución es política, que el Presidente no ha entregado las propuestas de solución. Y (el viernes) se nos entregó este documento que muestra la agenda social que se ha hecho en los últimos días, que son temas que no estaban puestos arriba de la mesa hace 20 días, que son un triunfo del movimiento social y que tienen que ver con las pensiones, el precio de los medicamentos, el ingreso mínimo garantizado; hay temas de legitimidad democrática, como bajar las remuneraciones de los parlamentarios, reducir su número.
Pese a esas propuestas que menciona, las marchas siguen…
Por eso yo creo que es tan importante escuchar, empatizar y no creer que solo las fórmulas de los que están encontrando todo insuficiente son las correctas, o solamente las fórmulas que nosotros proponemos son las adecuadas. Lo que le corresponde en este momento al gobierno es poner la pelota en el piso y salir a escuchar. Por eso valoro tanto lo que hicieron los alcaldes en ese llamado a consulta. El gobierno tiene la obligación de actuar con serenidad y con liderazgo. No nos podemos comprar cualquier agenda. Si bien se ha tenido que renunciar a ciertas cosas que estaban en nuestro programa de gobierno, también hay que intentar evitar generar situaciones de las que el día de mañana nos arrepintamos.
¿A qué se refiere cuando dice que el gobierno no se puede "comprar cualquier agenda"?
La cantidad de propuestas y temas que se han puesto en estas semanas es tan múltiple que puede nublar la visión de cualquiera. Creo que la clave es promover este diálogo ciudadano, que permita que se expresen todas las sensibilidades, que, a través de una metodología de conversación ciudadana, utilizando las tecnologías, tengamos la capacidad de entender qué está pensando Chile, porque si me compro la agenda que quizás no está dentro de las prioridades de Chile, como NO+TAG, o bajar el impuesto específico a los camioneros… Son temas sensibles, pero claramente no están al mismo nivel de la necesidad de bajar los precios de los medicamentos o subir las pensiones.
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