Juan José Obach, director ejecutivo de Horizontal: “El debate del cuarto retiro es un ejemplo de un populismo rampante”
"Alguien de izquierda podría decir 'no creo en la capitalización individual, creo que hay que desfondar el sistema'. Pero, ¿cómo te explicas que parlamentarios de derecha, donde claramente el ahorro individual es uno de los pilares del sistema contributivo, estén a favor?", se pregunta el nuevo director ejecutivo de Horizontal y el exjefe de gabinete de Ignacio Briones en Hacienda.
A sus 37 años, el ingeniero comercial UC y exintegrante del Centro Internacional de Harvard -entre 2016 y 2018-, Juan José Obach asumió la dirección ejecutiva del centro de estudios Horizontal, think tank ligado a Evópoli y cuyo fundador fue, entre otros, su exjefe Ignacio Briones.
Obach acompañó al exministro de Hacienda como jefe de gabinete en esa cartera y cuando este asumió la carrera presidencial para las primarias, también abandonó Teatinos 120 para formar parte de su estrecho grupo de colaboradores.
Por estos días, ambos vuelven a coincidir, porque mientras Obach llegó a mediados de agosto a Horizontal, Briones volvió en las últimas semanas a presidir el directorio del organismo.
Para esta etapa, su nuevo director sostiene que Horizontal, más allá de incidir en el proceso constituyente, apuntará a tres ejes temáticos: cambio climático y uso de recursos naturales; las “fisuras de la pandemia”, sobre todo en el área de educación, y los desafíos del mercado laboral, en particular respecto de la informalidad y la participación femenina, golpeada de manera “brutal” –dice- por la crisis económica derivada del Covid.
¿Por qué decidió incorporarse a Horizontal?
Horizontal es un centro de estudios que ha sabido leer muy bien la etapa de cambios que estamos atravesando, tomó el liderazgo en la discusión constitucional y ha estado contribuyendo en temas estructurales del debate público, como el cambio climático, pensiones, modernización del Estado, etc. Entonces, en esta nueva etapa, Horizontal debe convertirse en el centro de estudios de una centroderecha reformista y con convicciones, alejado del inmovilismo de cierta derecha y del refundacionismo de una cierta izquierda.
Si Horizontal ha sido capaz de leer los cambios, ¿por qué cree que la centroderecha no eligió al candidato que los representaba más fielmente, que era Briones?
Vivimos tiempos en que hay una demanda por la inmediatez, una ciudadanía que está muy poco satisfecha tanto con el mundo político como con el mundo técnico y creo que hay mensajes que, cuando proponen una visión de largo plazo, cambios estructurales, en que no necesariamente los beneficios se van a ver hoy día, cuesta enganchar. Y ahí hay un desafío, no solamente de la centroderecha, sino en general, en saber comunicar bien las ideas de manera simple y clara.
Ese ha sido un problema reiterativo para la centroderecha; en el primer gobierno del Presidente Piñera también se habló de la falta de relato...
No solamente para el sector, sino para la política en general. Hay un descrédito muy grande del sistema político, y esto también tiene que ver con un paso antes: cuáles son las convicciones, los ideales, y nosotros queremos que Horizontal sea un espacio donde podamos volver a conciliar la política con la técnica, porque la técnica sin política es ciega y la política sin técnica es torpe.
Para las primarias, quien transmitió ese mensaje fue Briones. ¿En qué pie queda Horizontal y su poder de influencia considerando esa derrota?
Este es un espacio para proponer ideas, independiente de la coalición que esté en el poder, o si un candidato pierde o gana. Entonces, lo importante es que, efectivamente, Horizontal sea un centro de debate y de unión de gente que comparte el ideario liberal y que entienda que debemos volver a conciliar lo político con lo técnico, porque hoy día vemos una política que está totalmente ensimismada en el populismo de la inmediatez, sin visión de largo plazo y, por otro lado, vemos que los llamados tecnócratas, muchas veces son ninguneados.
Si hay un proyecto que ha sido usado como ejemplo de ese populismo que usted critica es el retiro de fondos previsionales, que ya va en su cuarta versión. ¿No cree que puede haber argumentos suficientes para entregar esos dineros a quienes son sus dueños, los cotizantes?
El debate del cuarto retiro es un muy buen ejemplo de un populismo rampante. Todos los técnicos, tanto de izquierda como de centro y derecha, han planteado los efectos nocivos que va a tener para la economía y el carácter regresivo de un cuarto retiro. Aun así, me preocupa que haya ciertos parlamentarios de derecha que siguen apoyando esta iniciativa, porque eso da cuenta de que no hay una convicción política detrás de cuál debería ser el mejor sistema previsional de los chilenos. Alguien de izquierda podría decir “no creo en la capitalización individual, creo que hay que desfondar el sistema”. Pero ¿cómo te explicas que parlamentarios de derecha, donde claramente el ahorro individual es uno de los pilares del sistema contributivo, estén a favor? Y lo paradójico es que los retiros tampoco se traducen en una aprobación masiva al mundo político, es cosa de ver la última encuesta CEP, donde el Congreso es la segunda institución con la menor confianza, después de los partidos políticos.
¿Cree que hay algo de populismo también en el gobierno? Usted ha sido crítico de la dimensión de las entregas que ha hecho el gobierno a través del IFE.
De ninguna manera llamaría populista al gobierno del cual fui parte y me siento orgulloso de haber sido parte. Sí, efectivamente, uno ve que, en esta etapa de la pandemia, la magnitud de los recursos y, en particular, la extensión del IFE en una situación donde casi no hay población en cuarentena, donde el mercado laboral y la economía se están reponiendo, la magnitud de las ayudas estatales no se condice con la caída en ingresos. Y también me hubiera gustado ver una apuesta un poco más osada en instrumentos que apoyen la inserción laboral como, el IFE laboral.
Llama la atención que diga que no tildaría de populista al gobierno, entonces ¿por qué cree que cedió a la presión de sus propios parlamentarios, que pedían aumentar y extender el IFE?
Para mí el populismo tiene que ver con una forma de hacer política, en donde se pone en constante conflicto al pueblo en contra de las élites políticas y económicas, y los populistas se arrogan la voz del pueblo y representar sus genuinos intereses. Bajo este concepto, el gobierno no ha sido populista. Mi crítica, insisto, va más porque la extensión y magnitud del IFE no se condice con la situación sanitaria y económica actual del país.
¿Se soltó la billetera fiscal después de la salida de Briones de Hacienda?
Efectivamente, la billetera fiscal se ha soltado en el último tiempo y es muy importante que Chile vuelva a tomar una senda de consolidación fiscal.
Debate constitucional
Junto a Idea País y el IES se asociaron para asesorar a un grupo de convencionales de RN, Evópoli e independientes. ¿Cómo espera Horizontal abordar el debate que, aprobado el reglamento, entrará al texto propiamente tal?
Horizontal ha tomado un liderazgo en el proceso constituyente; fue el primer centro de estudio en tener propuestas concretas sobre los distintos temas; tenemos siete publicaciones a la fecha, vienen dos más en camino sobre derechos sociales, hemos hecho más de 20 seminarios, tenemos un consejo editorial liderado por José Francisco García y Sergio Verdugo. ¿Por qué? Porque tenemos la convicción de que este proceso tiene que resultar lo mejor posible para Chile. No queremos quedarnos atrincherados en posturas radicales, sino tender puentes. Ahora viene una segunda etapa, a partir de un trabajo conjunto de los tres centros de estudios, donde vamos a asesorar y apoyar a los convencionales que quieran tender puentes y hacer una buena política, en particular a los 17 convencionales que están detrás de la carta a los pueblos originarios.
Uno de los debates que se proyecta tiene que ver con los derechos sociales y cómo ello se abordará.
Sí, este es un debate muy relevante y, desde Horizontal, no vemos ninguna contradicción entre asegurar derechos y promover el crecimiento. Asegurar los derechos sociales está en el corazón del ideario liberal, porque sin derechos básicos no puedes desplegar tu proyecto de vida. Pero, ojo, no se trata de ser maximalista y de meter todos los derechos en la Constitución, porque, por ejemplo, en la Constitución actual tenemos 11 derechos consagrados, ante un promedio Ocde también de 11; si te vas a países como Australia, tiene cuatro; Noruega, siete; Cuba, 21, y Venezuela, 23. O sea, no por tener más derechos consagrados en la Constitución vas a tener un mejor país o una mejor calidad de vida.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.