La desconocida relación entre el fiscal Bufadel y un juez de Rancagua investigado por corrupción

EMILIO ELGUETA (45388084)
El removido ministro de la Corte de Rancagua, Emilio Elgueta, dejó el tribunal en medio de manifestaciones.

Hace cuatro meses, diligencias del entonces fiscal del caso Sergio Moya determinaron que el fiscal nacional Jorge Abbott desechara la opción del investigador de la Fiscalía Occidente como jefe regional de la zona sur, luego que se detectara en los tráfico telefónico del ministro Emilio Elgueta una serie de llamados que inhabilitaban a Bufadel para seguir adelante la indagatoria.


El 29 de abril a las 06:45 AM. el fiscal nacional Jorge Abbott le escribió al fiscal Sergio Moya preguntándole si en la investigación que él entonces sustentaba sobre eventual corrupción en la Corte de Apelaciones de Rancagua habían contactos entre dos números telefónicos de fiscales del Ministerio Público y alguno de los ministros investigados.

"Sergio, necesito saber si este número está en el tráfico de llamadas con algún ministro de la Corte de Apelaciones de Rancagua 99456XXXX. Muchas gracias desde ya. También el 99047XXXX", decía el mensaje del jefe del Ministerio Público. Estos chats están en registros de informes de la policía que dan cuenta de conversaciones por Whatsapp del suspendido fiscal Moya, cuyo rol en la "Operación Huracán" es investigado hoy por la Fiscalía tras ser incautado su celular institucional.

El objetivo de Abbott - según confidencian conocedores de esas conversaciones- era saber si el fiscal Tufit Bufadel (a quien pertenece el primer número consultado) o el fiscal Héctor Barros (titular del segundo número) habían mantenido conversaciones con alguno de los jueces investigados por presunta corrupción, lo que determinaría algún grado de cercanía. Esas eran las horas previas a nombrar al nuevo fiscal regional metropolitano de la zona sur, lugar en que se había radicado hace pocos días la causa de los ministros de la Corte de Apelaciones de Rancagua Emilio Elgueta y Marcelo Vásquez.

Para el fiscal nacional era perentorio saber si alguno de sus candidatos a dirigir la Fiscalía Sur tenía algún impedimento para asumir.

Moya se apuró en contestar: "Estoy preparando un informe con respaldo de lo que aparece".

"Ok, muchas gracias", respondió Abbott.

Fue entonces cuando el fiscal Moya entregó a su superior información clave que determinó el nombramiento de Héctor Barros como fiscal regional de la zona sur. En el análisis uno de los números hizo match con el celular del juez Elgueta, quien a esa altura ya tenía calidad de imputado. Se trataba del fiscal Bufaldel, quien en noviembre de 2018 registraba varios intercambios de llamadas con Elgueta. "En el informe se explica que un número sí aparece y el otro no", sostuvo Moya ese día.

A mediados de abril el fiscal Moya denunció presuntos actos de corrupción cometidos por su ex jefe el fiscal regional de O'Higgins, Emiliano Arias. La Fiscalía Nacional decidió entonces trasladar la causa de los jueces de Rancagua a manos de la Fiscalía Sur: quien asumiera ese cargo, que había sido dejado por el abogado Raúl Guzmán, no podía tener relación alguna con los implicados.

Tan sólo dos horas después del informe,  Abbott llamó a su oficina en la Fiscalía Nacional al fiscal Barros y le dijo que lo nominaba para encabezar la Fiscalía Sur por los próximos ocho años. Al informarle al fiscal Bufadel que no era el elegido de la terna, el fiscal nacional le explicó que había solicitado información a Rancagua y que en ella surgían antecedentes que lo vinculaba a uno de los ministros.

"Lo entiendo", le habría respondido el investigador de la zona Occidente a Abbott.

El fiscal Barros confirmó esta información a La Tercera PM. "Es efectivo lo que me dice, ese día el fiscal nacional junto con entregarme las razones de porqué me había nombrado me dijo que había consultado si yo tenía llamadas con alguno de los jueces investigados y que al no tener había optado por mi nombre. Me parece bien este chequeo de datos pues quien ocupara este cargo debía seguir adelante con la indagatoria que había comenzado en Rancagua", sostuvo.

"Sacar la máscara al superhéroe"

En los informes policiales tras la extracción de chats desde el celular del suspendido fiscal Moya aparecen conversaciones del 17 de abril a las 22:06 horas, cuando el entonces jefe de Alta Complejidad de Rancagua ya había denunciado supuesto tráfico de influencias, violación de secreto y obstrucción de la investigación en contra de su jefe el fiscal Arias. "Don Jorge, disculpe la hora. Si puede dígame hasta qué día me manejo para que no le metan manos negras a la causa", le decía Moya a Abbott. Al día siguiente el fiscal nacional le dice que están trabajando en la resolución y que la espera sacar rápido.

A esa altura desde la Fiscalía Nacional afinaban el traslado de las causas penales que estaban a cargo del fiscal regional Arias y que luego de la denuncia de Moya debían salir de su jurisdicción. "Puedes estar seguro que no habrán manos negras en la causa. Saludos", le contestó Abbott ante lo cual Moya respondió: "Gracias don Jorge, cuente conmigo. Yo no busco ninguna ganancia. Cometí imprudencias y debo reparar mis errores".

El 19 de abril a las 07:12 AM., un día después que el Ministerio Público había dado a conocer el traslado del caso de los jueces de Rancagua a la Fiscalía Sur, la mayor preocupación de Moya era que su jefe en ese entonces, Emiliano Arias, no se víctimizara. A esas alturas ya se sabía que iría a un canal de televisión el fin de semana y Moya quería explicar que el cambio de Fiscalía tenía argumentos serios.

"Don Jorge nuvamente disculpe la hora. Yo creo que no debemos permitir que Emiliano se victimice este fin de semana y los días que vienen. Yo estaría por hablar claro y decir que yo también pedí el cambio y ser bien directo. En definitiva sacarle la máscara al superhéroe como en los titanes del ring", dijo Moya.

Una hora después Abbott le respondió: "Estimado Sergio, creo que siempre es bueno que se sepa toda la verdad y me parece, además, muy bien que tú estés disponible para que ello ocurra". Luego de eso, el jefe de Alta Complejidad dice: "entonces le doy no más" ante lo que el fiscal nacional contesta "si algo he aprendido en la vida es que lo mejor es que prevalezca la verdad. Te felicito por tu valentía y cuentas con todo mi apoyo para que ella se sepa. Un Abrazo".

Tras esto, el fiscal Moya dio ese día una entrevista radial en que da cuenta de cada uno de los hechos por los cuales había denunciado ante la Fiscalía a Arias quien en los próximos días será formalizado por violación de secreto de causa penal, uno de los cargos imputados por su jefe de Alta Complejidad. Lo cierto es que el apoyo que Abbott le expresó era a que explicara que habían argumentos jurídicos para el traslado del caso, y que en ningún caso había visado que a través de una entrevista develara cada una de las actuaciones detalladas en su denuncia penal.

En los registros de chats entre Abbott y Moya aparece un mensaje en que este último le dice que su humilde opinión era que él necesitaba "soldados leales" y "no tanto cacique" ya que a su juicio el "consejo de fiscales deja mucho que desear" y que para él Héctor Barros era una persona que se cuadraría con él.

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