La discreta rehabilitación de Ximena Casarejos: El motor de la Teletón en su año más difícil
Tres gigantografías adornaban el escenario del Teatro Teletón el 24 de septiembre en el lanzamiento de los 40 años del evento. Todas las imágenes estaban dedicadas a Ximena Casarejos (67). Se le veía en sepia frente a don Francisco, también con un fondo colorido abrazando a uno de los niños embajadores, y en una imagen sola, muy sonriente.
Ese día, el evento estuvo dedicado a la periodista que este año también cumple 40 años al mando de la campaña, ahora como directora ejecutiva de la Fundación Teletón. Así lo enfatizó Mario Kreutzberger cuando la hizo pasar al escenario y pidió un aplauso para ella. "Muchas gracias Ximena. Muchas gracias por lo que has entregado. Este aplauso tiene que ser el más importante", decía en animador mientras la abrazaba.
Pocos de los asistentes a ese lanzamiento de la Teletón sabían ese era el primera día de trabajo de Ximena Casarejos después de una extensa licencia médica que hizo peligrar su continuidad en el programa y que, por primera vez, le impidió estar al mando de los preparativos de la campaña solidaria que este año conmemora cuatro décadas con el eslogan "El regalo de todos".
La periodista tenía 27 años cuando entró al equipo de "Sábados Gigantes" y se sumó al entonces nuevo proyecto solidario de Mario Kreutzberger. Más tarde, en 1982 asumió la dirección ejecutiva desde que se creó la fundación Teletón y desde ahí ha sido la principal responsable de la estrategia de marketing, del contacto con las marcas y de la preparación de las 27 horas de programa. "Mario es el timón, pero ella es el motor", resume Daniel Fernández, miembro del directorio de la fundación, quien le atribuye a ella la visión de convertir la campaña solidaria en el programa más importante de la TV local y ser el conector emocional con las familias que se atienden en los institutos.
Ese motor falló por primera vez en marzo de este año. Ella habla de un episodio de estrés que quiso pasar por alto y por eso intentó volver al trabajo. Pero en mayo el cuadro recrudeció al punto que tuvo que ser hospitalizada, y luego de eso, iniciar un proceso de recuperación de dos meses que la dejó fuera de combate. Incluso, debió dejar su departamento y trasladarse a la casa de su hija, la actriz María José Necochea y de su yerno, el director general del programa Teletón, Patricio López.
Fue un periodo de desconexión casi total de la Teletón en que se especuló internamente con una eventual salida definitiva. Pero ella quería estar en la conmemoración de los 40 años hasta que su médico le dio la autorización. Y volvió de a poco, de hecho, un miembro del equipo comenta que su participación en el lanzamiento de los 40 años fue por el día, después se reincorporó definitivamente pero con restricciones de horario y con el compromiso de moderar el ritmo.
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Son las 17 horas del 21 de noviembre. En el Teatro Teletón todos andan apurados. Se escucha el martilleo incesante de los trabajadores que preparan el escenario para la jornada del 30 de noviembre. Hay mucho trabajador con casco y muchos instructivos de circulación dictados por los prevencionistas de riesgo. Entremedio aparece Ximena Casarejos. Viene atrasada desde la Enade donde hace unas horas expuso Mario Kreutzberger. Ella ha ido varias veces al evento empresarial y comenta que siempre aprovecha de pasar el sombrero.
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Ximena conversó con La Tercera PM en el montaje del escenario de la Teletón. FOTO: JOSE LUIS MUÑOZ / LA TERCERA[/caption]
"Estoy acostumbrada a pedir y, como no es para mí, es más fácil. Me imagino que es muy loco pedir para el resto, pero lo hago siempre. Planteo que necesitamos colaboración y siempre algo me dan... No pierdo la oportunidad para pedir apoyo", dice al tiempo que comenta lo preocupada que está de que este año de cumpla la meta. Una encuesta de GFK le dice que esta es la primera vez que hay una baja en disposición a cooperar, especialmente entre los jóvenes.
Usted ha dicho que la Teletón es indisoluble de la figura de Mario Krauztberger, pero que cuando no esté con las capacidades cognitivas necesarias le dirá que pare.
-El es el creador y fundó este modelo. Y sí, claro, cuando Mario no esté con las capacidades voy a ser la primera en decirle "¡ya!, estemos menos. No nos expongamos...".
¿Y cuán indisoluble es este proyecto de su figura?
-¡Pero muchísimo!. Hay mucha gente que puede seguir haciendo este trabajo. Tengo 40 años trabajando. Lo que pasa es que me encanta este trabajo y en la medida de que tenga fuerza voy a seguir. Salvo que me digan lo contrario.
Los 40 años coincidieron con un momento de salud delicado para usted, ¿cómo fue eso?
-Sí. Tuve un estrés bien fuerte y coincidió con un momento de mi vida muy particular. Yo vivía con mis papás que se fueron a un hogar. Razonablemente era lo que tenía que hacer. Los dos tuvieron que irse, el tiene 96 y ella 94 años. Mi mamá tiene una enfermedad neurológica que la tiene postrada, él -en cambio- sí es autovalente. Mi entorno era un lugar de cuidadoras de los papás y en algún momento eso me pasó y la cuenta hasta que tomamos la decisión como familia de trasladarlos. Eso ha significado un cambio importante para mí, pero ahora me doy cuenta de que era razonable hacerlo.
¿Se resistía a llevarlos?
-Es una sensación de alerta y de pérdida, donde las noches se hacen muy largas y también muy duras. Fue una decisión larga y resistida. Como soy descendiente de vasco y catalanes parece que porfié más de la cuenta. El resultado fue un estrés que me vino fuerte e importante. Tuve que enfermarme con licencia médica y tener que irme a la casa de mi hija, de mi yerno y de mi nieta...
¿Cómo fue ese periodo de licencia largo?
-Lo pasé acompañada por mi familia. Y también por la nana de la casa, la Lucy, que me hizo cariño, me dio comida casera, me acompañó, conversamos, hablamos, me contuvo...
No paró nunca antes y pasa esto justo en la conmemoración de los 40 años...
-Yo no me quería perder los 40 años. Pero volví porque el médico me dio el alta, cuando él lea esto va a decir que es efectivo, que no fue de porfiada, Tampoco fui a negociar, fue él quien me dijo que estamos bien y que volviera a un ritmo más tranquilo. La plastía maravillosa del cerebro me permiten estar acá dando esta entrevista.
¿Cómo tomó Mario Kreutzberger este periodo fuera?
-Él ha sido muy cariñoso y preocupado. Y, como llevamos 40 años trabajando juntos, reconoce los estados de ánimo en la voz. Cuando me llamaba a la casa, yo me incorporaba y contestaba alegre: "hola Mario, ¿cómo estás?..." Pero no lograba hacerlo leso. Me decía "¡cuídate Ximena!, ¡No estás bien para trabajar ahora!. Ahora él siente que sí estoy bien, que tengo buena voz, que tengo buena energía,pero que no debo cometer excesos. Eso me dice....
Coincidente con la conmemoración de los 40 años de la Teletón se cerrará un ciclo para Ximena Casarejos. Después del 1 de diciembre, cuando ya se sepa si se logró la meta de los 32 mil millones de pesos que se impuso para este año, dice que partirá una nueva vida, y ese proceso se simbolizará dejando el departamento que compartía con sus padres y que hoy dice que le queda demasiado grande.
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