La maldición del Centenario que persigue a la UC en la Copa Libertadores

Desde 2011, cuando cayó en cuartos de final ante Peñarol, que los cruzados no logran pasar la fase de grupos del torneo. Una sucesión de fracasos internacionales que no se condice con el dominio en el torneo local, donde van por el tricampeonato. Juan Carlos Almada, Sergio Vázquez, Alejandro Osorio y Marco Cornez analizan la dispar realidad del cuadro de la franja.


No hay caso con la Copa Libertadores. Universidad Católica domina el fútbol chileno hace tres años, sin contrapeso, pero en el torneo de clubes más importante del continente no logra tener éxito. Una vez más, los cruzados quedaron eliminados en la fase de grupos, al caer anoche frente a Gremio, en una instancia que no han podido superar desde 2011, cuando alcanzaron los cuartos de final.

Ya son nueve años de aquella gran campaña del equipo dirigido por Juan Antonio Pizzi, que cayó ante Peñarol debido al pésimo desempeño del arquero Paulo Garcés en esa llave. De ahí en más, el cuadro de la franja no volvió a repetir ese rendimiento internacional. Ni siquiera pudo meterse entre los 16 mejores de América.

Anoche se sumó un capítulo más a la lista de fracasos. Pese a jugar bien, dos desconcentraciones en momentos claves permitieron que Gremio se pusiera en ventaja en Porto Alegre, tras un correcto primer tiempo de los pupilos de Ariel Holan, que jugaron de igual a igual durante todo el encuentro, incluso, con el marcador abajo. La derrota y el posterior empate entre Inter y América consumaron la eliminación. Ahora, el monarca chileno solo aspira a clasificar a la Copa Sudamericana, objetivo para el cual no dependen de sí mismo.

¿Qué le está pasando a la UC en la Libertadores? Una explicación es que en sus últimas tres participaciones ha tenido grupos difíciles, con rivales argentinos y brasileños a la vez. En 2017, tras el primer bicampeonato, el elenco dirigido en ese entonces por Mario Salas terminó último, por detrás de San Lorenzo, Atlético Paranaense y Flamengo. Y el año pasado, con Gustavo Quinteros en la banca, quedó tercero, en una zona donde compartió con Gremio, Libertad de Paraguay y Rosario Central.

En esta edición también se encontró con oponentes de tradición copera, que es justamente lo que hace a esta competencia la más exigente y prestigiosa del continente. Y la UC, más allá del alza y del buen fútbol exhibido tras la reanudación del torneo, no estuvo a la altura.

Para el argentino Juan Carlos Almada, finalista de la Copa Libertadores 1993 con Católica y goleador de esa edición, el gran problema son las enormes diferencias de presupuesto que existen en la actualidad. “Vi el partido. Siempre sigo a la UC. A veces se dan cosas inexplicables, como me pasó a mí, que no pude ganar torneos locales. Ahora se da al revés: están ganando torneos locales pero a nivel internacional no logran los resultados que un club como Católica merecería. Las épocas cambian. Es cosa de ver los planteles de los años 90 de todo el fútbol chileno. Era otro el precio del dólar, otra la economía de Chile. Para mí tiene mucho que ver eso”, dice el transandino.

Mientras que Sergio Vázquez, histórico exdefensa de la UC y también subcampéon de América en 1993, destaca el juego mostrado por el equipo de Ariel Holan, pero advierte que los errores se pagan caro a este nivel. “En esta Copa Libertadores la Católica jugó muy bien. Se la ha visto muy sólida. Lamentablemente, algunos errores te dejan afuera, pero al equipo se le vio bien. Lástima que quedó afuera", señala.

El exarquero cruzado Marco Cornez coincide: “Cuando Católica juega en el plano nacional se puede equivocar una, dos o hasta tres veces, pero igual gana. Sin embargo, en el plano internacional, los equipos coperos no perdonan y eso se vio con los equipos colombianos y brasileños. Católica está al debe en el plano internacional por sus resultados negativos; no así en el plano nacional, donde hace una diferencia abismante”.

Para minimizar esas equivocaciones y dar un salto de calidad, el ex seleccionado argentino asegura que el club debería apuntar más alto en las contrataciones, con el objetivo de darle mayor jerarquía al plantel. "Lo dije a principio de año: para mí, no por los jugadores ni nada por el estilo, pero hace falta traer dos o tres jugadores que ya tengan bastante competencia encima de Copa Libertadores, que ya sepan lo que es. Eso ayudaría muchísimo al plantel”, comenta el argentino.

Eso sí, Vázquez considera que los complejos grupos que le han tocado a la UC también han sido factor importante a la hora de meterse o no en octavos de final. Convengamos que este no era un grupo fácil para la Católica. Era un grupo muy difícil, donde los equipos que están, como Gremio, salió hace poco campeón de la Copa Libertadores y llegó dos veces a semifinales; el Internacional de Porto Alegre también es un club que tiene muy buenos jugadores, que tiene jerarquía; y después América, que si bien no ha estado bien en los últimos años, es un equipo copero. Así son las cosas, así es la Copa. Lamentablemente, por más que se juegue bien pasan estas cosas y te toca quedar afuera como le pasó a la Católica”, reflexiona.

¿Cuánto tiene que ver la intensidad del torneo local? Para Almada, el ritmo de competencia que exige la Copa es mucho más difícil que el del Campeonato Nacional. “Más allá de jugar tácticamente diez metros más arriba o diez metros más abajo, jugar la Libertadores no es fácil. No es lo mismo que el torneo local. Hay que dar ese plus demás que me imagino que debe ser parecido al de las Eliminatorias. Los jugadores lo saben. Es una lástima, porque todo lo que está haciendo Católica a nivel local debería estar reflejado a nivel internacional”, lamenta el ex Deportes Concepción.

Para Alejandro Osorio, cuartofinalista con la UC de la Libertadores 1997 y semifinalista de la Sudamericana 2005, los fracasos internacionales no son una mancha propia de los cruzados, sino que de todo el fútbol chileno en el último tiempo. “No solo a Católica le está costando en Copa Libertadores, ya que durante muchos años no han pasado los equipos chilenos. Me parece que el campeonato local no es vara para la UC. Acá ha sido el mejor varios años, pero competir internacionalmente es mucho más complicado por el nivel futbolístico y físico. Lógico que el presupuesto influye, porque los jugadores más caros los compran los brasileños. En estos momentos es muy difícil competir con Brasil económicamente", advierte el mediocampista.

El último triunfo de los precordilleranos fuera de San Carlos de Apoquindo fue el 1-2 ante Danubio por la Copa Sudamericana, el 19 de agosto de 2015. En los partidos siguientes, incluyendo el de anoche ante Gremio, los cruzados registran tres empates y nueve derrotas. Una estadística pobre.

“Sería muy atrevido buscarle los motivos, porque estoy a distancia. Me gustaría estar adentro para saber cuál es el problema. Me pone contento que estén cerca del tricampeonato, pero hay que ponerse los pantalones largos para el año que viene, intentar hacer un equipo más fuerte aún de lo que es, en lo futbolístico y en lo de la cabeza, para que por lo menos pase la fase de grupos. A revisar qué es lo que está mal, a reforzar lo que está bien, y a retomar el rumbo internacional que alguna vez tuvo”. agrega Almada.

Los cambios de técnicos también han tenido que ver. Los de la franja disputaron sus últimas tres ediciones con tres entrenadores distintos. Las consecuencias se ven: los dos primeros partidos de este 2020 los perdió con claridad, pero una vez que el equipo comenzó a plasmar la idea de Holan la imagen fue la de un equipo competitivo.

“Es increíble que Católica, en tres años, tenga tres técnicos, todos exitosos. Eso habla bien del plantel, de que rápidamente creen en el modelo de juego de cada técnico y logran resultados a corto plazo. Por eso se hace la diferencia a nivel nacional, pero en el plano internacional los resultados llegan a largo plazo. Fue campeón con Beñat San José, pero a la Libertadores fue Quinteros; después fue campeón Quinteros, pero a la Copa fue Holan”, indica Cornez.

Si Cruzados logra darle continuidad al proyecto, el escenario puede mejorar en una eventual participación en 2021. Por ahora, la UC tiene el consuelo de que aún tiene una chance de seguir en la arena internacional. Para eso tiene que vencer a Inter, en la precordillera, y esperar que América de Cali no derrote a Gremio en Porto Alegre. Eso sí, este domingo tiene una inmejorable oportunidad de reponerse, cuando enfrente a Universidad de Chile, en San Carlos.

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