Larroulet, en el ojo de las críticas: Por qué en La Moneda sospechan de RN
No le ha reclamado a Mario Desbordes, jefe de RN, luego que dos de sus diputados que votaron a favor del retiro de pensiones lo criticaran como “el presidente en las sombras” y que “trata de imponer su dogma”. Pero al jefe de asesores del Segundo Piso le preocupa -y le afecta- que al dispararle a él traten también de hacerlo sobre el Presidente. Lo mismo creen varios en La Moneda, donde se quejan que “le echan la culpa de todo”. ¿Cambio de gabinete? Por ahora no lo cree.
“El presidente en las sombras, que es Cristián Larroulet, no tiene claro el Chile real”. Lo dijo el diputado RN Andrés Celis en la víspera de la aplastante derrota que el gobierno sufrió anteayer en la Cámara y lo repitió el mismo día, al acusar al diputado Diego Schalper de ofrecer compensaciones a cambio de votos en su bancada: “Me da la impresión que es como el representante de Cristián Larroulet, que es el presidente de hecho, y es como el que se encarga un poco de alinear a los diputados que están en duda con algunos votos”.
El jefe de asesores presidenciales del Segundo Piso fue el blanco predilecto de numerosas críticas de la oposición ese día en la sala. Pero -y esta es la lectura de varios en La Moneda- que en esta vuelta se hayan sumado parlamentarios de RN, como Celis y Jorge Durán, ya tiene un amargo sabor. Este último llegó a decir que “todos sabemos cómo opera en las sombras y cómo estuvo de alguna u otra forma tratando de intervenir a través de determinados parlamentarios, al parecer, presionando”. Y “que el señor Larroulet deje de influenciar, de tratar de imponer su dogma, que viene del Instituto Libertad y Desarrollo”.
Con el gobierno arrinconado como está, pero además por parte de sus propias huestes, el brazo derecho de Piñera está ahora al medio de las críticas. Y lo que más molesta y golpea a quienes lo ven casi a diario en La Moneda, en palabras de varios de ellos, es que “buscan pegarle al Presidente a través suyo”, que “le echan la culpa de todo” y que asignarle tanto dogmatismo y poder sobre las decisiones del Jefe de Estado “es una caricatura”.
Hay una imagen que duele allá adentro y que -se sabe- que la han visto ministros políticos y también él mismo: un meme que ha circulado hace semanas en redes sociales que lo muestra a él arrodillado en una oficina, con el Mandatario como su marioneta. Que además haya tenido la mala fortuna, cuentan, de que lo hayan fotografiado la semana pasada a través de las ventanas del Segundo Piso, hablando de pie mientras el Presidente y su ministro Gonzalo Blumel lo miraran sentados, ha alimentado esa imagen.
“Es una caricatura”, insisten. Pero lo delicado, observan personeros de alto gramaje de la Casa de Gobierno, es que allá el diagnóstico es que RN se ha hecho parte de lo que algunos denominan una “campaña orquestada” para dispararle a Larroulet. Hacen ver que si bien Celis es un caso aparte, Durán es cercano al presidente del partido, Mario Desbordes, quien se abstuvo anteayer (y que en varias ocasiones ha criticado al exministro Segpres). Y que otro diputado que votó a favor, Hugo Rey, tiene nexos aún más estrechos con él.
Para el aludido, hacen ver los que saben, ese es el denominador común de los ataques en su contra. Larroulet tiene fama en Palacio de ser “optimista” y “resiliente”. Hoy en la mañana miró con esa óptica en el comité de crisis sanitario los gráficos que mostraban que en 237 comunas han disminuido o mantenido los casos activos de Covid-19 desde el 28 de junio, y que la Región Metropolitana alcanza el número más bajo diario en 77 días. Pero enfrentar esto no le es nada de irrelevante.
Allá lo han visto golpeado, aunque él no es de muchas palabras sobre el punto en las reuniones políticas. Otros detallan que no, que no está afectado en lo personal, pero que le inquieta que le disparen al Presidente por su intermedio. Partiendo por él, en La Moneda ven en esas críticas el mismo ciclo que tuvo que encarar Pedro Güell durante el segundo mandato de la expresidenta Michelle Bachelet, y Ernesto Ottone durante la administración de Ricardo Lagos. Pero más familiar se les hace el parangón con la profunda animadversión que enfrentó en el primero de Piñera al entonces jefe de RN, Carlos Larraín, con el Segundo Piso que comandaba María Luisa Brahm.
Visto eso, recalcan, él sabe que recibir fuego no-tan-amigo es parte de los costos de su puesto.
Con Desbordes, Larroulet ya tuvo su revival de las pugnas del período 2010-2014 al comienzo de este cuatrienio, cuando el partido le enrostraba dejarlos fuera de ciertas plazas de gobierno. El 5 de junio del año pasado los dos se reunieron para tratar de resolver el conflicto en una cita junto al entones ministro del Interior, Andrés Chadwick. Fue una conversación franca, se supo entonces, en la que el jefe RN hizo saber las quejas de sus diputados y del colectivo por el exceso de protagonismo del jefe del Segundo Piso en las designaciones de los cargos: la tienda se quejaba que con eso se estaba beneficiando a la UDI.
Los dos han seguido en contacto. En el gobierno aseguran que hablan muy seguido y que el economista hasta le envía al diputado material de análisis. Pero que, pese al rol que allá leen que juega RN, Larroulet “no quiere reclamar”. Dicen que no se lo ha enrostrado durante los últimos días y que no es su estilo hacerlo, para bien o para mal. En su cargo, además, él no habla en público ni da entrevistas, y ese dogma comunicacional lo ha mantenido férreamente hasta ahora.
La pregunta sobre a cuánto asciende la influencia actual del exdirector de Libertad y Desarrollo es una de las que genera más especulaciones al interior de Chile Vamos. En La Moneda afirman que, al final, es el Presidente quien siempre toma las decisiones. Y citan dos ejemplos. Uno, que Larroulet fue uno de los que perdió en el asunto del veto a la ley que limitó la reelección de los alcaldes, pues era partidario de que el Presidente sí lo enviara, la misma postura que tenían en el comité político el ministro Cristián Monckeberg y la ministra vocera Karla Rubilar. Y que tampoco tuvo que ver en la idea de que Piñera se hiciera fotografiar (foto que después Presidencia difundió) completamente solo el domingo pasado negociando voto a voto con los presidentes de partido por zoom, arriesgando cargar por si solo con la derrota que se sufrió el miércoles.
“Es injusto”, reiteran en el gobierno. Pero eso no borra el dato que Larroulet ha perdido varias batallas en estos meses. Si en noviembre se le oyó decir “me voy a celebrar” cuando Blumel, discípulo suyo, fue nombrado en Interior (pese a que fue a última hora luego de que tuvieran que echar atrás el nombramiento de Felipe Ward, y a negativas de otros), ahora el jefe de gabinete está en una posición más que delicada y hasta con nombres circulando para su reemplazo.
Otro de sus ex subsecretarios y amigos suyos, Claudio Alvarado (Segpres), también ha estado bajo críticas porque no se pudieron conseguir los votos necesarios. Pero al igual que Piñera, afirman en La Moneda, Larroulet tampoco cree que sea ahora el momento de hacer un cambio de gabinete. No estuvo en la reunión de anteayer donde el Presidente los reafirmó y les pidió ser firmes y seguir adelante, pero comparte la idea.
Es lo mismo que respondió, recuerdan, cuando en octubre pasado dos ministras le plantearon que la crisis obligaba al menos al gesto de que el equipo ministerial colocara sus cargos a disposición. Pero después tuvo que resignar la caída de varios, partiendo por el entonces jefe de Hacienda, Felipe Larraín.
También le han caído encima cuestionamientos por la reticencia del gobierno a entregar más recursos a la clase media y medidas más eficaces, ante las cuales ha debido ceder, primero por presiones opositoras y luego por las de las filas propias, como lo demostró el bono por $500 mil con que se intentó atajar infructuosamente el desastre en la Cámara. Pero allá en La Moneda se defienden diciendo que “si Larroulet sabe de algo, es de crisis económica”, y que pese que se nutre a diario de números y gráficos, a estas alturas tiene claro que las transferencias directas son el mecanismo más eficiente.
En medio de todo esto, hay un punto que se recuerda allá. Larroulet - quien hoy también se reunió con Piñera y sus ministros políticos- no quería ser jefe de asesores del Segundo Piso cuando Piñera estaba diseñando su equipo inicial de este período. Prefería quedarse en la Universidad del Desarrollo, y ya le había dicho al entonces presidente reelecto que tampoco quería ser ministro de nuevo. Pero en enero de 2018 terminó aceptando.
Su máxima entonces fue no hablar en público, ni menos aparecer en la prensa. Desde entonces, no solo ha vivido en primera fila el castigo de las sucesivas crisis sobre el gobierno; también ha visto partir a varios cercanos suyos del gabinete, como Marcela Cubillos, José Ramón Valente, Susana Jiménez y Juan Andrés Fontaine. Aunque aún permanecen otros nombres, como Alfredo Moreno, Alvarado… y Blumel.
Qué ha dicho... por redes sociales
Proveniente de Libertad y Desarrollo, uno de los centros de estudios que más defiende la tradicional línea doctrinaria de la derecha chilena, el mutimos mediático de Larroulet alimenta el misterio e interés por saber qué piensa o qué dice. Pero sí habla en su cuenta de Twitter, donde suele recurrir a gráficos para enfatizar en temas sobre crecimiento económico e índices de organismos internacionales.
Los ha usado ahora último para criticar el retiro de fondos de pensiones. “Los sectores de mayores ingresos son los grandes ganadores con propuesta de retirar 10% de los ahorros previsionales”, escribió el martes, justo el día en que se inició el debate de los detalles de esa iniciativa en la sala de la Cámara. “Si el Estado repusiera el 10% retirado de los fondos de las AFP, la mitad de los recursos irían al quintil de mayores ingresos”, se lee en el título de la lámina que posteó, en la que se incluyen estimaciones de la Superintendencia de Pensiones.
El domingo pasado, además, publicó un pantallazo de una carta al director escrita por los economistas José De Gregorio, Sebastián Edwards, Rodrigo Valdés, Andrea Repetto y Claudia Martínez. “Vale la pena leer esta alerta que advierte lo peligroso del proyecto de retirar anticipadamente 10% de plata ahorrada por chilenos para su jubilación. Carta de prestigiados expertos”, escribió Larroulet. Adjuntó el texto, que decía que la discusión ha tendido “a ignorar un aspecto que nos parece preocupante”. Esto, apuntando a cómo el “llamado Fondo Solidario para la reposición de las pensiones” podría aumentar la deuda pública en hasta US$18 mil millones.
Un día después, el ministro Blumel salió a decir que, justamente, la iniciativa podría implicar que no se cumpla el monto límite del plan de emergencia acordado con la oposición.
Pocos días antes, Larroulet había publicado un video con el mensaje: “Estas opiniones son muy importantes”. Ahí aparecían -bajo el título de “esto opinan los expertos y la izquierda sobre sacar el 10% de las AFP”- Rodrigo Vergara (expresidente del Banco Central), Carlos Ominami (exministro de Economía), Rodrigo Valdés (exministro de Hacienda) y los senadores socialistas Isabel Allende y Juan Pablo Letelier, entre otros. Todos ellos, con frases en contra del proyecto.
También recurrió a parte de la oposición cuando compartió un comentario del diputado Pepe Auth en el que planteó que el préstamo estatal que estableció el gobierno es “mejor que disminuir ahorro para pensión futura”. Y ya lo había citado antes, a mediados de junio: “¿Qué nos pasó que de pronto reemplazamos las evaluaciones y juicios propios del debate político por la búsqueda permanente de sacar del escenario a los adversarios políticos acusándolos constitucionalmente?”.
Durante julio Larroulet ha recalcado también el trabajo del gobierno en materia de ayudas en medio de la pandemia, otro de los asuntos que han complicado al Ejecutivo y que han forzado, finalmente, a tensas negociaciones con la centroizquierda y también con Chile Vamos.
“Red de protección social de Chile es la más protectora de América Latina”, comentó en Twitter, junto con una tabla en la que se enumeran todas las medidas, el número de beneficiarios y los montos involucrados. “Cepal muestra cómo apoyo de Chile con créditos subsidiados es el más importante en A. Latina”, escribió también, citando notas de prensa y publicando, otra vez, gráficos.
En los meses anteriores, sus intervenciones en esa red social no eran tan habituales. Si en abril sus comentarios, gráficos y citas de prensa eran más esporádicos, volvió a la carga a mediados de mayo, justo cuando comenzó un alza sostenida de los contagios por coronavirus, lo que derivó en duros cuestionamientos al gobierno por el discurso sobre la “nueva normalidad” que se había generado en las semanas previas.
Entonces, Larroulet empleó su cuenta para difundir las medidas que tomaba el Ejecutivo, y hasta apeló a que -en ese momento- la víctimas fatales en el país alcanzaban niveles bajos en comparación con el extranjero, punto que entonces La Moneda ya sabía que será una de las varas con que la medirán cuando esto termine. “Miren esta comparación recién aparecida del Financial Times: Chile con una de las tasas más bajas de exceso de fallecidos!”, escribió el 26 de junio en Twitter; publicó un pantallazo, tomado desde un celular, del artículo del diario británico.
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