¿Sanción ejemplarizadora para Laba? Las contradicciones en el fuerte castigo al victimario de Francisco Silva
Matías Laba recibió diez fechas de suspensión en la Copa Chile por la fractura que le infligió al volante de Universidad Católica. Si bien la pena se ajusta la reglamentación, hay otros casos en que las sentencias han sido bastante menores, pese a lo que indican las normas.
Matías Laba fue el protagonista de la situación más escalofriante del fin de semana en el fútbol chileno. El mediocampista de Unión La Calera fracturó a Francisco Silva. El Gato, quien volvió hace un par de semanas al fútbol chileno después de un extenso paso por el extranjero, lamenta una doble fractura de tibia y peroné, que lo mantendrá inactivo como mínimo por seis meses. Ese elemento resulta decisivo para entender por qué el volante cementero recibió una enérgica sanción de parte del Tribunal de Disciplina de la ANFP: diez fechas de suspensión en la Copa Chile. El castigo rige incluso si Laba deja el país y parte a otra competencia, de acuerdo a la normativa FIFA, aunque la especificidad de la condena respecto a la competencia en la que se aplica deja un margen a la duda. A partir de ahí se configuran fuertes contradicciones.
La pena a Laba está contenida en la letra f del articulo 63 del Código de Procedimiento del Tribunal de Disciplina. Constituye el mínimo del rango establecido por la normativa, que contempla entre 10 y 20 juegos de inactividad por "incurrir en infracción violenta causando lesiones graves". Laba recibe el mínimo debido a su irreprochable conducta anterior, pues no registra expulsiones desde que actúa en el fútbol chileno. Tiene cinco tarjetas amarillas. La definición de 'lesión grave' está contenida en el artículo 19 del Código de Procedimiento y Penalidades. Allí se establece que es "aquella que produce incapacidad física por más de treinta días", una circunstancia que se aplica en el caso que involucra a Laba como victimario de Silva.
Sin embargo, al menos la aplicación literal de la norma deja en evidencia una abierta contradicción, pues se han dado casos en los que las consecuencias han sido tan lamentables como en el caso del bicampeón de América, pero los castigos no resultaron tan enérgicos. En 2014, Sebastián Pol recibió dos fechas de castigo por fracturar a Marco Biskupovic; en 2016, José Bizama purgó apenas dos por una infracción con consecuencias nefastas para Sebastián Ubilla y Fernando Lazcano recibió cuatro jornadas por lesionar a Jonathan Zacaría. El año pasado, Mathías Riquero fue castigado con tres fechas por lesionar a Ignacio Saavedra. Y en marzo de este año, Germán Lanaro no recibió sanción por una entrada con consecuencias también lamentables para el audino Rodrigo Holgado.
Ángel Botto, ex presidente del Tribunal de Disciplina es enfático. "Habría que preguntarse por qué en casos anteriores en que hubo lesiones graves no se ha aplicado la disposición correspondiente. Hay una mala aplicación de la norma. Ni siquiera una contradicción. Hay una disparidad de criterios", sentencia el abogado.
La visión referil
Inicialmente, el juez César Deischler no había expulsado a Laba. Lo hizo después de revisar a Silva y darse cuenta de la grave dolencia que padecía. El procedimiento se ajusta a las prerrogativas del juez. "Para mí es roja directa, porque hay fuerza desmedida. Lo menos malo es que Deischler reaccionó tarde. Al margen del procedimiento, él reconoce el error y muestra la roja. Es lo mismo que acontece en el caso de una agresión. El árbitro tiene la posibilidad de reaccionar. A mí me parece roja desde el principio. También ha ocurrido que se cambie de roja a amarilla, por sugerencia del asistente. A mí me ocurrió", explica el ex juez internacional Carlos Chandía. El actual alcalde de Coihueco considera que Deischler actuó correctamente, al menos en segunda instancia. "Lo que hace es enmendar un error", establece. Y descarta la opción de que la entrada de Laba pueda considerarse fortuita. "No es una jugada accidental. Es mucho más fuerte que lo se define como tal", dice.
La visión de Chandía encuenta contrapunto en otro ex juez FIFA nacional: Rubén Selman. El columnista de La Tercera fustiga la actuación de Deischler y rechaza la posición que adopta el Tribunal para sancionar a Laba. "A mí me parece que Deischler actúa conforme a la consecuencia de la jugada y esa es una mala referencia para el fútbol. En el fútbol puede haber situaciones extremas, en que por la acción de juego puede haber lesionados. Es una acción de juego, no veo la mala intención, el deseo de causar daño. Lamentablemente, el fútbol se está distorsionando con las distintas miradas y procedimientos, como el VAR. Esta es una jugada de fútbol con una consecuencia desgraciada", sostiene. "No era ni siquiera para expulsión. Va por el lado. En la generalidad de este tipo de acciones nunca pasó nada. Incluso, inicialmente, Deischler muestra la amarilla, porque no tiene la convicción de que sea para la expulsión", insiste.
Certificados y criterio
Más allá del informe arbitral, el Tribunal puede actuar de oficio y remitirse a otros antecedentes para emitir un veredicto. Un elemento que puede considerar son los certificados médicos que acrediten la gravedad de la lesión que padece la víctima de la falta. En ese caso, el tribunal puede estimarlos como una prueba. Otro elemento pueden ser las imágenes televisivas. La actuación y opinión del árbitro, si bien constituyen elementos importantes para la decisión, no son los únicos que considera el ente sancionador.
Lo que está claro es que el castigo a Laba sienta un precedente en este sentido, pues en ocasiones anteriores se pudo recurrir al mismo tipo de pruebas y no se hizo. En el clásico universitario del 1 de noviembre de 2014, Alfonso Parot le entró fuertemente a Sebastián Ubilla y le produjo una luxación traumática de los tendones peróneos de la pierna derecha. El Conejo debió ser operado y se perdió el resto de la temporada. Ubilla tildó al ex jugador de Rosario Central como 'mala leche', un cargo que en el fútbol equivale a ser malintencionado. Sin embargo, Parot no fue sancionado adicionalmente. Por cierto, a nivel público, se defendió en la misma dirección que Laba. Aseguró que su intención no había sido lesionar a su compañero de actividad.
Incluso, el criterio de los jueces puede influir para la pena final. "El rango de la pena es discrecional del Tribunal. Se entiende que la gente que está en el Tribunal ve fútbol y ha visto muchas lesiones. Hay una dosis de subjetividad dentro de la norma. Si el tribunal apreció que hay una actuación dolosa, intencional, es probable que lo interprete. Supongo que se discutió y que hubo alguno. No es tan matemático todo", concluye Botto.
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