Las "desconocidas" del general Oviedo a sus subalternos, en tensos careos ante Rutherford
El excomandante en jefe del Ejército ha declarado en ocho ocasiones ante la ministra en visita, quien lo procesó por la presunta malversación de $ 4.500 millones en gastos reservados. Pero, no todo han sido negativas, pues el exoficial habría reconocido algunas compras con estos fondos.
En la Justicia Militar, y también en la antigua, antes de la Reforma Procesal Penal, existe una instancia clave para los investigadores: los careos. Imputado y testigo son puestos frente a frente para ser interrogados por el juez que los investiga. La instancia, muchas veces, es tensa e incómoda, y así lo ha podido experimentar, por ejemplo, el excomandante en jefe del Ejército (2014-2018), general (r) Humberto Oviedo.
Oviedo fue procesado el 25 de junio por la ministra en visita Romy Rutherdford. La magistrada le ha imputado la malversación de $ 4.500 millones en gastos reservados, usando estos fondos para compras personales, comida, viajes, viáticos especiales a un grupo de generales, y depósitos en efectivo en su cuenta personal. La ley solo permite destinar estos dineros en labores de seguridad nacional e Inteligencia.
Luego que el Tribunal Constitucional (TC) levantara la suspensión de la causa de Oviedo, el general ha declarado ocho veces ante la ministra Rutherford y ha sido sometido a tres careos con testigos que fueron esenciales para lograr el procesamiento al general (R).
El primero en ser careado con Oviedo, hace aproximadamente dos semanas, fue el teniente coronel, Cristóbal Butti, quien fue el oficial de órdenes de la casa en Lo Curro dispuesta para el comandante en jefe del Ejército, durante el periodo de mando del general (R) encausado. En su declaración él señaló que hasta las lámparas de la casa eran financiadas por gastos reservados.
"Compraba los regalos para matrimonios, según lo que le ordenaba el comandante en jefe, quien tenía categorías de regalos según el vínculo o el tipo de persona que se casaba (...) La alimentación de la familia del comandante en jefe, en general, toda la alimentación de la casa del comandante era pagada con los dineros del Ejército", dijo Butti en su declaración ante Rutheford. Además, sostuvo que compraba chocolates, flores, y plumas Mont Blanc para los generales, por orden de Oviedo, para dárselos como regalos de fin de año o de retiro. Tenían un valor de $ 350 mil cada uno.
En su careo ante Oviedo, el comandante Butti mantuvo su versión, señalando que los gastos de la casa, que se financiaban presuntamente con gastos reservados, se elevaban por sobre los $ 12 millones, y en algunas ocasiones, hasta por sobre los $ 20 millones.
Butti, Vásquez y Rozas
Sin embargo, acá llegó el primer "encontrón" con Oviedo, quien desconoció haber impartido estas órdenes, y que si hubiera sabido que algunas compras eran tan caras, o eran improcedentes por su valor, él las hubiera pagado de su bolsillo. Esto descolocó a Butti, aseguran fuentes militares.
Consultado el abogado del comandante Butti, Juan Carlos Manríquez, señaló que "en los careos que ha sido citado , el señor Butti ha mantenido su posición, especialmente en los careos con Oviedo. Lo que ha dicho es que él se ciñó completamente a los procesos reglados, y a las peticiones que él recibía".
Otro careo que "descolocó" a los funcionarios del Ejército fue el ocurrido la semana pasada, entre Oviedo y el coronel Sergio Vásquez, jefe de Finanzas de la Comandancia en Jefe durante el periodo del general (R), férreo colaborador, y parte fundamental para entender cómo se manejaban los gastos reservados.
Vásquez era quien retiraba los fondos de la Dirección de Finanzas del Ejército, cerca de $ 800 millones anuales en efectivo, los llevaba a la comandancia y allá se veía cómo se usaban. Este mecanismo, al menos, se habría arrastrado de la época del excomandante en jefe, Óscar Izurieta, ha declarado en reiteradas ocasiones Vásquez ante la jueza Rutherford.
Para ratificar todo esto llegó Vásquez a la cita con la ministra y con Oviedo. Allí reiteró que la disposición de estos fondos, mesadas para excomandante en jefe, regalos para los generales de Santiago, y el uso de los gastos reservados para la casa del general (R), siempre fue algo que estuvo concordado con el exjefe de la institución.
Pero, al igual que con Butti, Oviedo negó algunas cosas señalando que la disposición de estos fondos los hacía el coronel y que prácticamente él no habría tenido contacto con Vásquez.
El abogado de Vásquez, Luis Valentín Ferrada, explicó que "mi cliente concurrió a un comparendo con el señor Oviedo y mantuvo todo lo que ha señalado anteriormente, sin caer en contradicciones, se ciñe netamente a cómo ocurrieron las cosas".
Sin embargo, no todo han sido negativas. El general (R) Oviedo habría reconocido la compra de artículos personales, entre otras cosas, con los dineros destinados a los gastos reservados. Su abogado defensor, Gonzalo Rodríguez, señaló que "no vamos a hacer comentarios de las diligencias, están en desarrollo y mi cliente está colaborando activamente en la investigación".
Los careos continuaron ayer y el procesado general (R) fue interrogado con otro de sus jefes de Finanzas, el coronel Paulo Rozas, quien alcanzó a estar un tiempo bajo la jefatura del actual comandante en jefe, general Ricardo Martínez.
Las diligencias en el tribunal militar siguen preocupando a la institución, pues Oviedo estaría entregando parte de la responsabilidad a oficiales que aún están activos, como es el caso de Butti, quien hoy es uno de los oficiales jefe de la Escuela Militar.
Ley para extender visita
El desarrollo de este caso no solo avanza en los tribunales militares, pues aún está pendiente la discusión en el Senado de la llamada "Ley Rutherford", la que podría extender la visita de la jueza en la causa, si así lo dispusiera la Corte Suprema, una vez aprobada esta disposición. Su periodo a cargo del caso termina en marzo.
En la Cámara Alta estiman que esta ley se pondría en tabla la próxima semana, o a más tardar a fines de mes. "Nos parece que se debe terminar con la rotación de ministros en la vista de causas de alta complejidad, duración e impacto público. Por eso creemos que entregar a la Corte Suprema la atribución de ampliar el plazo en esas situaciones es la solución más razonable", dijo el Presidente del Senado, Jaime Quintana.
Por su parte, uno de los diputados impulsores de esta ley, Leonardo Soto (PS), sostuvo que "es urgente asegurar la presencia de ministros civiles en la Corte Marcial para garantizar la independencia de estos tribunales militares que juzgan delitos de corrupción cometidos por sus mismos pares".
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