Los últimos días de la Reina Isabel en Balmoral: intensa actividad real y visitas familiares

La Reina Isabel II prometió dedicar su vida al servicio público y así lo hizo, al tener su última aparición pública solo dos días antes de su muerte el jueves. La monarca, que falleció a los 96 años en el castillo de Balmoral, nombró formalmente a una nueva primera ministra el martes. Liz Truss viajó hasta Escocia, donde la reina tradicionalmente pasaba los veranos, para la reunión.

La monarca, que había estado experimentando problemas de movilidad episódicos antes de morir, fue fotografiada estrechándole la mano a Truss mientras sostenía un bastón y su bolso de mano negro. El primer ministro saliente, Boris Johnson, también viajó a Escocia para una despedida formal de Isabel II el martes.

Los últimos días de Isabel II, dice el diario The Telegraph, fueron testigos de una intensa actividad real después de un verano tranquilo en el que la familia disfrutó de su tradicional descanso.

El primer indicio de que la monarca no gozaba de la mejor salud había llegado el miércoles pasado, cuando se confirmó que tanto Boris Johnson como su sucesor harían el viaje de ida y vuelta de 1.609 kilómetros a Escocia desde Whitehall para sus audiencias con la reina, permitiéndole a Isabel II permanecer in situ en Balmoral para su comodidad.

Según el periódico, esto marcó un cambio notable, luego de informes anteriores de que la reina originalmente tenía la intención de hacer el viaje inverso a Londres para supervisar la cita.

El viernes de la semana pasada, se confirmó que la mujer de 96 años se perdería el Braemar Gathering, uno de sus eventos favoritos y al que solo se había perdido unas pocas veces en su reinado de 70 años. Un portavoz de los Juegos de las Tierras Altas recordó que solo se los había perdido cinco veces durante sus giras por el extranjero.

Un clérigo que pasó el pasado fin de semana con la reina dijo al diario The Times que ésta había estado “llena de diversión” y era “la vida y el alma de las cosas”.

El reverendo Dr. Iain Greenshields, de 68 años, permaneció con la monarca en Balmoral después de haber sido invitado a pronunciar un sermón en la Iglesia Parroquial de Braemar y Crathie, la iglesia a la que Isabel II asistía durante su estancia en el castillo de Escocia.

Greenshields, ministro del Kirk y moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, cenó el sábado por la noche y almorzó el domingo por la tarde con Isabel II, el Príncipe de Gales y la Princesa Real. Dijo a The Times: “Fue una visita fantástica. Su memoria era absolutamente increíble y estaba realmente llena de diversión”.

El fin de semana anterior, el muy reverendo Dr. Martin Fair, de 58 años, que ha sido ministro en la iglesia de St Andrews en Arbroath durante 30 años, se alojó como su invitado en Balmoral.

Dijo: “La encontré brillante y de muy buen humor, por lo que me entristeció escuchar el anuncio de su deterioro. Estuvimos en su sala de estar y en el comedor como parte de una reunión familiar; fue un privilegio formar parte de ella”.

“Estaba absolutamente pendiente de todo, de la actualidad y de los recuerdos históricos. Estaba en muy buena forma”, agregó.

“Ya había estado una vez en 2014. La primera vez me puse un poco nervioso, pero al ir por segunda vez sabía que todo iría bien porque ella me hizo sentir muy cómodo. Está claro que es una mujer que tiene una fe muy fuerte y eso le importa mucho. Quería saber sobre el servicio, estaba muy interesada”, comentó.

La reina viajó a Balmoral para su descanso estival el 21 de julio. Se dice que el 8 de agosto su tradicional bienvenida al castillo de Balmoral por parte de una guardia de honor se celebró en privado dentro del recinto. Una fuente dijo a The Times que el cambio estaba “en línea con los eventos que se están adaptando para la comodidad de Su Majestad”.

Tanto el Príncipe Carlos y la Princesa Ana realizaban visitas regulares por la mañana. En los días previos a la salida de Windsor hacia Escocia, la reina celebró una reunión del Consejo Privado por video.

Alister Jack, diputado conservador y secretario de Estado para Escocia, asistió a la reunión y declaró a The Times: “No estoy autorizado a hablar de lo que discutimos en el Consejo Privado, pero hablé con ella y se mostró muy aguda”. “Además, asistí a un acto con ella en la primera semana de julio y estaba en plena forma”, precisó.

Tony Blair, el exprimer ministro británico, reveló al mismo diario que almorzó con la reina hace unos meses y se hizo eco del sentimiento. “Nos sentamos uno al lado del otro y ella estaba en una forma brillante mientras hablábamos: cálida, amable, humorística y animada”, dijo.