Madonna y Sinead O’Connor, enemigas íntimas: A 30 años del estallido femenino
En 1990, Nothing compares 2 U y Vogue fueron himnos pero también la semilla de una bronca considerable entre ambas estrellas.
Primer acto. Acostumbrado a las prédicas Prince creyó que debía sermonear. No aprobaba las gruesas expresiones de Sinead O’Connor en entrevistas gracias el éxito de Nothing compares 2 U, cuando el mundo se enamoró no solo de la emotiva interpretación sino de la belleza de su rostro resaltado por un inusitado corte al rape. En la mansión de Prince a las 5 de la mañana Sinead O’Connor salió corriendo. Como respuesta a las moralinas un fulminante “ándate a la mierda” despertó la ira del autor de Purple rain. "Pensé que Prince se enamoraría de mí y todo sería encantador, pero era el ser humano más aterrador que he conocido en mi vida (...)", declaró la cantante el año pasado a Belfast Telegraph.
A Prince no le gustaba la versión convertida en hit. Había compuesto el tema en 1984 en apenas una hora para ser grabada un año más tarde por The Family, una efímera banda que lideraba en paralelo a su brillante carrera solista. La idea del cover fue de Fachtna O'Kelly, manager de O’Connor. Cuando la ejecutiva presentó la canción al sello un directivo lloró.
El video original contenía locaciones por París pero el director John Maybury se quedó finalmente con un primer plano de la cantante. El momento cúlmine eran las lágrimas que caían por sus mejillas. ¿Lloró de verdad? Absolutamente. Sinead O’Connor evocó la muerte de su madre en un accidente automovilístico en 1985.
La canción estaría inspirada en dos mujeres. Susannah Melvoin, una corista amante de Prince, pero particularmente en Sandy Scipioni, un ama de llaves al tanto de sus mañas que abandonó el trabajo tras la muerte de su padre.
El 21 de abril de 1990 Nothing compares 2 U alcanzó el número uno Billboard y mantuvo el puesto durante cuatro semanas repitiendo el liderazgo en 17 países. En marzo de 2015 Sinead O’Connor anunció que la canción quedaría fuera de su repertorio. “Bien, ha llegado el momento de que deje de cantar Nothing Compares 2 U. El primer principio de la forma en que me entrené como cantante (bel canto) es que nunca cantamos una canción con la que no nos identificamos emocionalmente (...)”. La medida fue revocada. En los últimos shows ataviada con vestimentas islámicas tras su conversión en 2018, el viejo éxito volvió a su setlist.
Segundo acto. Existen tres versiones sobre cómo Madonna supo del “voguing”, expresión bailable de una subcultura de minorías sexuales en EE.UU. que dio origen a Vogue, arrebatando el primer puesto Billboard a Nothing compares 2 U el 19 de mayo de 1990. Fue el single más vendido del año con dos millones de copias y convirtió a Madonna en ícono gay.
Versión a) La estrella es parte del público de una competencia de esta categoría bailable en un club de la Gran Manzana en 1989. Los jueces son el editor de Vogue André Leon Talley, la supermodelo Iman y el ex líder de Talking Heads, David Byrne. Madonna observa a los bailarines de las casas LaBeija y Ninja, quienes se desafían en poses cuyo origen remite a una subcultura gay de negros y latinos de Harlem con raíces en los años 20, y que a partir de los 60 deriva en estos gestos congelados, réplicas a las poses modeladas en la revista Vogue. Versión b) Madonna se entera por su amiga Debi Mazar. La actriz de Goodfellas (1990) que aparece en videos clásicos de la reina pop como Papa don’t preach y Justify my love, era una de las figuras del carrete neoyorquino de los 80 y habría sido ella quien la introdujo al “voguing”. Versión c) La cantante vio la danza en el club Sound Factory de Manhattan para luego contactar al bailarín y miembro de la Casa de Xtravaganza, el dominicano José Gutierez. El bailarín se hizo cargo de la coreografía del memorable video filmado en blanco y negro por David Fincher.
La música corrió por cuenta de Shep Pettibone, colaborador habitual de la cantante y productor estrella en los 80. Madonna escribió la letra con alcances tanto al baile como a los astros de la era dorada de Hollywood, influenciada por su personaje Breathless Mahoney en el film Dick Tracy (1990) protagonizado por Warren Beatty, su pareja de entonces. Breathless “estaba obsesionada con los bares clandestinos y las estrellas de cine y cosas así”, diría Madonna. De ahí el listado donde nombra, entre otras figuras rutilantes, a Greta Garbo, Marlon Brando, Grace Kelly y Bette Davis.
Vogue fue grabada a última hora y propuesta como lado b de Keep it together del álbum Like a prayer (1989). El sello Sire consideró que era demasiado buena como para ir de comparsa.
Tercer acto. El 16 de enero de 1993 Madonna se presenta en Saturday Night Live. No son buenos días para la reina del pop. Después de una década de arrollador éxito el álbum Erotica (1992) no conquista el número uno. Tras interpretar Fever y Bad Girl, Madonna saca una fotografía de Joey Buttafuoco, un comerciante que sostenía una relación sexual con una menor de edad, Amy Fisher, escándalo nacional en 1992. Sobreactuada gritó “¡lucha contra el verdadero enemigo!” para luego rasgar la foto en notoria alusión al acto de Sinead O’Connor tres meses antes en el mismo espacio con un retrato de Juan Pablo II. Madonna criticó a la irlandesa en The Irish Times. "Creo que hay una mejor manera de presentar sus ideas en lugar de romper una imagen que significa mucho para otras personas".
Había cuentas pendientes entre ambas. Nothing compares 2 U venció a Vogue en los premios MTV de 1990 (Madonna estaba “furiosa” según Sinead) y luego, en noviembre de 1991, O’Connor había repasado a la “material girl” en la revista Spin. “Madonna es probablemente el modelo a seguir más importante para las mujeres en Estados Unidos. Hay una mujer a la que la gente admira como una mujer que hace campaña por los derechos de las mujeres. Una mujer que, de una manera abusiva hacia mí, dijo que parecía que había corrido con una cortadora de césped y que era tan sexy como una persiana veneciana. Ahora está la mujer a la que Estados Unidos admira como una activista por las mujeres, que critica a otra mujer por no ser sexy”.
Epílogo. Años más tarde se abuenaron. Madonna confesó a la irlandesa que al fichar a Alanis Morrisette en su sello Maverick, le había aconsejado que diera un giro comercial al sonido de Sinead O’Connor. El resultado fue el batatazo Jagged Little Pill (1995).
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