Mareos y siete kilos menos: informe revela estado de salud de Pelantaro Llaitul tras 24 días de huelga de hambre
Desde el inicio de su huelga de hambre, el 27 de noviembre, Gendarmería ha realizado evaluaciones de salud al hijo menor del líder de la CAM. Según el último informe, el joven de 19 años presenta mareos, náuseas y cefaleas, además de una evidente pérdida de peso. El hijo de Héctor Llaitul, así como resto de cuatro personas que lo acompañan en esta huelga, exigen ser trasladados a la cárcel de Temuco, lo que ha sido rechazado por la entidad penitenciaria.
“Yo, Pelantaro Héctor Llaitul Pezoa en mi calidad de preso político mapuche de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), doy inicio de una huelga de hambre líquida”. Esta es parte del escrito de puño y letra del hijo menor del líder de la CAM, Héctor Llaitul, y con el cual anunció a Gendarmería el inicio de su acción el 27 de noviembre. A 24 días del inicio de esa medida de presión, para poder ser trasladados de cárcel, la institución ha informado al tribunal el estado de salud del joven de 19 años, quien manifiesta tener mareos, náuseas y haber perdido siete kilogramos.
La huelga la inició Pelantaro, a dos días de haber sido dejado en prisión preventiva, tras ser detenido junto a otros cuatro sujetos por su presunta participación en dos atentados en dos fundos en Galvarino, Región de La Araucanía. Los otros miembros del grupo también se unieron a la protesta exigiendo, entre otras cosas, ser trasladados a la cárcel de Temuco. Esto, porque tras su detención fueron conducidos a la cárcel de Valdivia para cumplir su prisión preventiva por el delito de atentado explosivo incendiario.
A partir del inicio de la manifestación, Gendarmería realiza revisiones médicas para constatar el estado de salud de los huelguistas. De esta manera, el primer informe que remitió al tribunal sobre el estado de salud de los cinco comuneros mapuche, fue el mismo día de iniciada la acción. En esa ocasión, Llaitul registraba un peso de 67,5 kilos, sin otro tipo de observación médica.
El 30 de noviembre, el Juzgado de Garantía de Lautaro ofició a Gendarmería para que informara dos veces a la semana el estado de salud de los reos, a raíz de la acción que estos iniciaron. Además, sostuvo que la institución deberá informar ante cualquier estado de gravedad de los sujetos.
En su informe más reciente, emitido desde el hospital penitenciario de la cárcel de Valdivia, un médico evaluó el estado de salud del hijo de Llaitul. El 14 de diciembre, el médico que revisó a Pelantaro Llaitul, y al resto de los huelguistas, indicando que tras 18 días de adoptado el régimen sólo líquido, el menor del clan Llaitul tiene un peso de 60,4 kilos, 7,1 menos que desde que inició la huelga.
Durante ese examen, además, el doctor sostiene que el joven de 19 años señaló tener mareo eventual, cefalea y fatiga. Además, el profesional informó que Llaitul colaboró en todo momento con la revisión médica y el interrogatorio. Junto con eso, el médico le informó sobre los riesgos de mantener la huelga, como ha sido desde el inicio de esta medida.
“No es aconsejable la derivación de los reclusos”
Una vez que Pelantaro Llaitul fue detenido el 23 de noviembre, quedó detenido tras su control de detención en la cárcel de Temuco. Esto, a la espera de su audiencia de formalización, la que ocurrió dos días después. En ese intertanto, Gendarmería ingresó un escrito para advertir al tribunal que de decretar la medida cautelar de prisión preventiva, esta no podría ser cumplida en ese penal.
Junto con sostener que el módulo para la población penal de la etnia mapuche se encontraba en reparaciones y, por ende, no podía ser utilizado, menciona “el revuelo mediático que causa el conflicto mapuche y en especial el interno Pelantaro Llaitul, hijo del líder y miembro de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), conociendo el carácter que esta representa en la denominada ‘causa mapuche’, el poder de convocatoria y la capacidad de apoyo logístico externo con que cuenta este comunero mapuche”.
A dos días de su traslado a Valdivia, los cinco comuneros mapuche iniciaron la huelga de hambre, pidiendo ser trasladados “de manera inmediata a Temuco”. Antes de eso, durante la audiencia de formalización, la defensa de Llaitul pidió al tribunal que oficiara a Gendarmería sobre si existía la posibilidad de trasladar a todos los detenidos a Concepción, al penal donde se encuentra recluido el padre y líder de la CAM, Héctor Llaitul.
A través de un oficio, Gendarmería respondió a ese requerimiento de información y sostuvo que “no es aconsejable la derivación de los reclusos hacia la ciudad solicitada, puesto que, actualmente el centro de cumplimiento penitenciario del Biobío no cuenta con plazas disponibles en los módulos destinados para albergar internos imputados de bajo compromiso delictual”.
A raíz de lo anterior, sostiene que ese traslado podría generar que no exista una correcta segmentación de los presos. Además de aquello, sostuvo que dicho penal se encuentra en un proceso de reestructuración.
A la negativa de Gendarmería se suma lo dictaminado por Contraloría, que estableció que comenzar una huelga de hambre es motivo de una falta de conducta al interior de un penal. Aquello impediría acceder a beneficios penitenciarios, como es el caso de los traslados.
El informe del INDH
El 30 de noviembre, el tribunal solicitó al Instituto Nacional de Derechos Humanos de Los Ríos realizar una visita a la cárcel concesionada de Valdivia para verificar el estado en el que se encontraban los cinco imputados.
El informe del INDH, el cual fue remitido al Juzgado de Garantía de Lautaro, sostiene que el grupo llegó al módulo 44 de ese penal, sin embargo, luego fueron trasladados al sector de venusterio. Lo anterior, ya que los imputados no tendrían buena relación con los internos que habitan el módulo donde fueron dejados. Sin embargo, no explicaron las razones “sólo manifestaron su reticencia a compartir el espacio”.
Junto con eso, el informe de la institución establece que en el lugar donde se encuentran recluidos existe humedad, filtraciones, ausencia de luz eléctrica, goteras y poca limpieza. Además de eso, según la entrevista con los detenidos, estos indicaron que su principal preocupación era la “lejanía de su lugar de origen, desde su cosmovisión, genera un detrimento per se, sumado a la imposibilidad de tener contacto alguno con la naturaleza, la tierra, y todos aquellos elementos que conforman su identidad mapuche”.
Además de eso, “relatan, no tener acceso a lawen (pese a solicitarlo), lo que genera un detrimento para su salud y estabilidad espiritual, pues las personas mapuche viven en comunidad, con contacto directo e imprescindible de su Lof, lo cual dada las actuales condiciones no es posible cumplir. Las condiciones actuales de reclusión evidencian la imposibilidad en el reconocimiento de sus prácticas sociales y culturales de acuerdo a la cosmovisión mapuche”.
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