Monckeberg, la presa que perseguía Van Rysselberghe y que no consiguió en este ajuste de gabinete

Cristián Monckeberg
El ministro de la Segpres, Cristián Monckeberg. Foto: Mario Téllez / La Tercera.

Es vox populi en el sector que la mandamás gremialista tiene entre ceja y ceja al titular de la Segpres hace meses, por una suma de razones que terminaron de acumularse antes y durante la caída de Víctor Pérez, su amigo. Hubo reclamos a Palacio y además Evópoli tenía una factura propia. Pero el ex presidente RN sobrevivió. Y se está hastiando de esto.


“A un ex presidente de RN no se le toca”.

En el equipo del ministro Secretario General de la Presidencia sacan a relucir este y otros argumentos para explicar por qué la UDI -más específicamente su jefa Jacqueline van Rysselberghe- no alcanzó el cartón completo durante esta nueva crisis que terminó con Rodrigo Delgado como ministro del Interior: que además de instalar a su favorito por sobre el vocero Jaime Bellolio, también se removiera de la Segpres a Cristián Monckeberg Bruner (52), ex jefe del partido entre 2014 y 2018.

Como es vox populi en el sector, la mandamás gremialista lo tiene entre ceja y ceja hace meses por una suma de razones que terminaron de acumularse durante la caída de Víctor Pérez, su amigo. Esto se remonta al menos a la crisis multifactorial que derribó al Gabinete Blumel en julio, partiendo por el apoyo de varios diputados RN al primer retiro del 10% de los fondos de pensiones, entre los que estaba la esposa del ministro, la diputada Paulina Núñez.

Para la UDI y los leales a JVR, Monckeberg juega en esta guerrilla aliado con Mario Desbordes (Defensa), otro adversario de la senadora, sobre todo porque ambos apostaron a ganador con el Apruebo y por tanto quedaron para la derecha más clásica o dura entre quienes “entregaron” la Constitución de Jaime Guzmán. Y todo esto casi alcanzó su punto de ebullición durante la acusación contra Pérez, cuando diputados RN advirtieron que no la rechazarían.

Por lo mismo, ambos RN se aplicaron a toda costa en evitar eso para no regalarle otro argumento a sus rivales: todos sabían que si eso pasaba, JVR pediría sin más su cabeza. Muestra de esta animadversión es que hay versiones absolutamente contradictorias sobre lo que pasó. En la UDI aseguran que el ministro “no hizo la pega” de asegurar votos propios y/o tratar de pirquinear opositores (aunque todos sabían que Pérez estaba perdido desde antes), y que el miércoles de la semana pasada el conteo de la Segpres daba margen para salvarlo; el que tenían JVR y el senador Claudio Alvarado decía todo lo contrario.

Ese miércoles Monckeberg tenía esa foto, dice su gente, porque aún había escaños DC que no se podían dar por perdidos. Insisten en que sí se hicieron gestiones con parlamentarios y que fue al revés: que los diputados UDI no fueron los “proactivos” ni se esforzaron demasiado en coordinarse con el ministro.

JVR y algunos senadores UDI también estaban molestos porque, justamente debido a todo lo anterior, veían esto: estaban a punto de padecer que un segundo ministro del Interior de los suyos fuera castigado, que el partido seguía siendo leal con el Presidente Piñera y que pagaba todos los costos, mientras que todos los “díscolos” a los principios clásicos de la derecha la sacaban gratis y no pagaban ningún precio. Ni RN ni tampoco Evópoli.

Parte de ese clamor fue el diagnóstico que masticaron la noche del lunes, cuando JVR y el resto de la bancada de senadores debatieron que lo mejor era que Pérez renunciara si su suerte ya estaba echada de antes.

Ese mismo lunes, la víspera del “sacrificio” de Pérez, hubo integrantes de la directiva UDI que se conectaron a la sesión de la misma que vieron a JVR de ánimo abatido. Cuando le preguntaron, no se ahorró -insisten estas versiones- durísimas críticas dirigidas con nombre y apellido a Monckeberg.

El ministro enfrentaba otro frente bélico con Evópoli, especialmente luego de la sesión de la Comisión de Constitución de la Cámara el martes pasado, donde su ministro militante Ignacio Briones (Hacienda) sufrió una derrota al aprobarse allí el retiro del 10% parte II. Le enrostraron que mientras la diputada PH Pamela Jiles dijo que Briones “me tiene podrida”, Monckeberg no salió a cortarla de inmediato. Hasta donde se sabe, el ministro de Hacienda después se lo enrostró; Monckeberg habría retrucado que él estaba en la sala, pero que el jefe de Hacienda estaba vía zoom desde Teatinos.

A ello se sumó el episodio del “congelamiento regional” de Evópoli en La Araucanía. Su presidente, Andrés Molina, se indignó cuando el jefe de la Segpres comentó que “esperemos que se derrita pronto”: sintió que le tomaban el pelo y reclamó ante el gabinete. En ese colectivo, en todo caso, dicen que no pidieron su cabeza, que no meten a Desbordes en la ecuación y que no han reclamado ante el Presidente.

A sabiendas de todo esto, Monckeberg hasta ahora no ha contestado las críticas públicas que le han hecho JVR y Molina, ni tampoco las privadas. Pero en RN aseguran que si esto escala, entrará a responderles sin anestesia porque así como sus contrapartes están molestos, él también está comenzando a hastiarse. Su gente cree que JVR busca un culpable, y que en el bando del Rechazo lo tienen en la mira a él y Desbordes porque están en el bando de los “ganadores” del Apruebo.

Ambos tienen efectivamente un pacto de defensa recíproca, pero en ese bando insisten que el jefe de Defensa no tuvo que salir a blindarlo en esta vuelta. E insisten en que hay tres ex presidentes RN en el gabinete, ambos y Andrés Allamand, y que a ningún ex jefe del partido se le toca.

Su gente incluso dice que desde la izquierda les han dicho que el gobierno “debería hacerles un monumento” a él y Desbordes por evitar que Piñera quedara anclado en el Rechazo.

Si Van Rysselberghe le pidió o no a Piñera que sacara a Monckeberg es algo que aún no se ha despejado. Su gente sí espera que salga del gabinete en los próximos movimientos. Evópoli también se pregunta si saldrá para ser candidato a algo. Monckeberg -por ahora- no tiene pensado salir en noviembre para el Parlamento ni en enero para ser constituyente y prefiere seguir en Segpres. Pero como en todo esto, nada está escrito en piedra.

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