Museo de Bellas Artes rescata la obra de Laura Rodig, pionera del arte y el feminismo

"Laura Rodig es un alma hecha para admirar", escribió Gabriela Mistral sobre la pintora y escultora con quien tuvo una estrecha relación. Vivieron juntas en México y llevaron adelante una importante labor educativa, pero más allá de los años de colaboración, la artista visual forjó un camino propio donde su obra fue reflejo de su fuerte compromiso social.

Nacida en Los Andes en 1901, Laura Rodig desarrolló una obra cruzada por el arte, la educación y el feminismo. Aprendiz del escultor Virginio Arias y alentada por Felipe Íñiguez, marido de la escultora Rebeca Matte, la artista abordó la escultura, el dibujo y la pintura. También fundó la Asociación de Pintores y Escultores, se desempeñó como académica y durante sus últimos años trabajó elaborando material educativo en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA).

Es ese mismo espacio el que le dedicará, por primera vez después de su muerte en 1972, una exposición individual. Lo que el alma hace al cuerpo, el artista hace el pueblo, reúne pinturas, esculturas, archivos, documentos, y correspondencia de la artista principalmente con Gabriela Mistral. Todos elementos correspondientes a colecciones públicas de espacios como la Universidad de Concepción, el Museo Regional de Magallanes, el Museo de Arte y Artesanía de Linares, el Museo Gabriela Mistral de Vicuña, entre otros.

"Quisimos hacer una valorización de la obra de Laura Rodig en todos los ámbitos. Lo que me ha llamado mucho la atención en ella es el compromiso político. No necesariamente partidista en su relación con el Partido Comunista, sino que en términos de cómo ella vincula todo su quehacer con una sintonía con el pueblo", cuenta Gloria Cortés, curadora del MNBA y quien hace más de 10 años investiga la obra de Laura Rodig.

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Correspondencia de Laura Rodig.[/caption]

Destacada activista política en Chile y el extranjero, Laura Rodig militó en el Partido Comunista y fue una de las líderes del Movimiento Pro Emancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH), formado en 1935. Durante los años que vivió en España, entre fines de los años 20 y comienzos de los 30, fue parte del Socorro Rojo Internacional, que prestaba apoyo a los perseguidos políticos; del mismo modo, adhirió al movimiento Mujeres contra Franco. Vinculó ese compromiso social con su obra a través de la realización de afiches o la participación en proyectos como la publicación La Mujer Nueva (1935-1941), donde escribió sobre las demandas sociales de las mujeres de la época.

Entre los archivos expuestos también hay una amplia correspondencia con Gabriela Mistral, quien fue su pareja durante años. Juntas vivieron en Punta Arenas y México, y aún cuando ya no estaban juntas, la artista le escribió hasta sus últimos días. "Hay un amor profundo ahí. Eso se ve reflejado en las cartas y en las esculturas que realizó de Gabriela. Ella no se olvida nunca, no se desvincula nunca de ese amor", cuenta Cortés.

En lo estrictamente artístico, la obra de Laura Rodig, caracterizada por la utilización de materiales frágiles, también modificó su estilo artístico fuera de Chile. Entre 1922 y 1923 vivió con Gabriela Mistral en México, lugar donde conoció la obra de los muralistas Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Esa influencia mexicana quedó en evidencia en esculturas como la India Mexicana, que la llevó a ser la primera artista latinoamericana en entrar al Museo Reina Sofía.

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Escultura India Mexicana, de Laura Rodig.[/caption]

"De las esculturas de esa época de México, acá en Chile yo no he encontrado ninguna. Salvo que estén en alguna colección privada que no hayamos podido localizar. Por lo tanto ese tipo de Laura Rodig es muy particular y no se parece en nada a lo que hizo después", explica Gloria Cortés.

Tanto la escultura India Mexicana, como su pintura y escultura más tradicional y hasta las cartas que escribió incansablemente a Gabriela Mistral, son parte de la muestra que se extenderá hasta el 29 de marzo en el Bellas Artes.