"No somos delincuentes": El dolor del pueblo indígena ecuatoriano tras el crimen de Margarita Ancacoy

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Vergüenza y miedo sienten por estos días los otavaleños radicados ampliamente en el país. Temen que después del asesinato que cometieron dos integrantes de su comunidad contra una trabajadora, en pleno Barrio República, se instale en los chilenos un sentimiento de xenofobia. Desde Quito sus líderes piden que no se estigmatice a todos por el delito que cometieron unos pocos.


-¿Acaso el pueblo chileno apoya las torturas?

Norberto Oyagata, presidente del pueblo kichwa otavalo de Ecuador, no estaba enterado que algunos deportistas y figuras de la TV -como Marcelo Ríos o Tonka Tomicic- respaldaron las agresiones que sufrieron dos de los imputados por el crimen de la trabajadora Margarita Ancacoy, quien fue brutalmente golpeada en Barrio República cuando se dirigía a su trabajo.

Por eso reacciona sorprendido ante la pregunta de La Tercera PM sobre qué opina de estos dichos. Sabía que los chilenos estaban enojados, pero no que algunos se habían atrevido a avalar las torturas. Ahora teme que esa rabia se materialice en conductas racistas contra los otavaleños que viven en Chile.

A Oyagata le ha tocado la ingrata tarea de salir a pedir perdón por el asesinato que cometieron algunos de los integrantes de la comunidad indígena que lidera. Esta es su primera conversación con un medio chileno.

-Los otavalos nunca hemos tenido esos antecedentes. Esperamos que no nos juzguen por un solo hecho- dice el líder indígena a La Tercera PM desde Quito, donde vive, con un tono de frustración al ver que la reputación de su pueblo, conocido munidalmente como embajador de la cultura ecuatoriana, se puede ir a la basura.

Por eso a medida que se han ido conociendo detalles sobre las represalias que sufrieron los imputados por el crimen de Margarita Ancacoy, los líderes indígenas ecuatorianos se han convencido de que no pueden quedarse callados, aunque se trate de delincuentes. Es lo que les exige su cargo.

Tampoco pueden dar espacio para que se castigue a todo un pueblo por el error de unos pocos. Una vocería a la que se ha sumado también otro dirigente: Patricio Lema, presidente de la comunidad kichwa de la ciudad de Otavalo.

-No somos reconocidos por ser delincuentes, sino por ser apegados al trabajo, a la cultura y a la tradición. Y al trabajo en torno a la cultura, como la artesanía, la música. Nosotros vamos de un país a otro exponiendo lo que somos. La delincuencia no es algo que nos identifique, es un tema aislado- aclara Lema.

Para ninguno de los dos dirigentes ha sido fácil pedir públicamente que se respeten los derechos humanos de este grupo que protagonizó un crimen brutal.

Ni siquiera conocían personalmente a los jóvenes imputados: Jonhatan Chávez (21) y Christian Romero (20) pero explican que así como han empatizado con los chilenos tras el asesinato de Margarita Ancacoy, también entienden el dolor de los familiares de los detenidos que desde Ecuador sufren por las vejaciones a las que fueron sometidos.

Una tarea que en este caso se ha vuelto especialmente ingrata porque el delito lo cometieron extranjeros en un país que les abrió las puertas y donde viven más de dos mil otavaleños reconocidos por vender artesanías en las calles de Santiago y por su tradicional vestimenta: faldas largas y blusas bordadas, en el caso de las mujeres, y sombreros y trenzas en el de los hombres.

-Esperamos que ningún migrante ecuatoriano sea motivo de de represalias ni de casos de racismo- pide Oyagata.

-No vamos a justificar el crimen. Ellos lo tienen que pagar. Queremos que eso quede muy claro. Le enviamos nuestras condolencias a la familia de la señora Margarita. Pero ¿a dónde vamos a llegar si seguimos con este odio?, reflexiona Lema.

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En uno de los videos que circula por redes sociales se ve el momento en que los acusados por el asesinato de Margarita Ancacoy escapan corriendo de la escena del crimen, en pleno Barrio República, dejando abandonada a la trabajadora.

Aunque la grabación está borrosa, se puede distinguir que los agresores son todos hombres y que tienen el pelo largo amarrado en una trenza. Justamente en ese último detalle repararon casi de inmediato los migrantes ecuatorianos que vieron las imágenes por televisión.

Dos días después de que los otavaleños cometieran el delito, su apariencia cambió radicalmente. Los reos del penal Santiago I, donde fueron enviados a cumplir prisión preventiva, no tardaron en "ajustar cuentas": los golpearon, les aplicaron electricidad y les cortaron el pelo a vista de los gendarmes.

Tras torturarlos, los presos difundieron por redes sociales un video de los dos detenidos completamente rapados, revelando así algunas de las vejaciones a las que fueron sometidos.

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Para el pueblo otavaleño este "castigo carcelero" no es nada más que un acto de racismo.

-Si hay algo por lo que hemos sido históricamente discriminados es por llevar nuestro pelo largo- dice Lema.

Según la tradición ancestral los hombres ni siquiera pueden tocar su pelo con la tijera. Por eso los dirigentes indígenas no creen que hayan rapado a sus compatriotas por casualidad, aunque esta práctica también se aplica contra presos chlenos.

-Es es una agresión simbólica hacia todo un pueblo que durante siglos ha luchado por mantener su identidad. Este es un mensaje que fue enviado con dedicatoria a todos los otavaleños- asegura el dirigente Patricio Lema.

-Con esto les quitaron su energía y su vitalidad- dice Oyagata preocupado por el impacto que esto puede tener en el ánimo de los detenidos.

Cuando Lema se enteró que sus compatriotas habían sido rapados, repasó mentalmente los relatos que tantas veces ha escuchado sobre los castigos que los españoles aplicaban a los indígenas que se rebelaban.

-Se les cortaba el pelo como un símbolo de sumisión. Es muy grave que esto pase de nuevo. Es una agresión hacia nuestro pueblo. Y vamos a denunciarlo en todas las instancias que sean necesarias- agrega el dirigente indígena.

***

Norberto Oyagata, dice a La Tercera PM que ya tiene motivos para estar preocupado por la seguridad de su pueblo radicado en Chile. Algunos de los miembros de su comunidad con los que conversa a través de redes sociales le han contado que tienen miedo de que por el error de unos pocos se les estigmatice a todos.

-El otavalo es un sujeto colectivo- aclara.

Un barrido rápido por redes sociales permite entender su temor. Flor, una otavaleña que vive en Santiago, cuenta a La Tercera PM que escuchó que el lunes a uno de sus vecinos lo amenazaron con un cuchillo solo por ser ecuatoriano. Ella está segura que no fue una casualidad que esto ocurriera después del crimen contra Margarita Ancacoy.

Franklin, otro miembro de la comunidad que regresó antes de ayer a Chile tras pasar unos días en Ecuador dice que sus familiares radicados acá ya le advirtieron de que pueden haber represalias.

-Por culpa de estos jóvenes todos nos convertimos en asesinos- se lamenta.

El domingo pasado más de 150 otavaleños que viven en Santiago se juntaron en Parque O'Higgins para hablar sobre este tema. Según relata Flor -que pide mantener en reserva su apellido- hay un medio generalizado a ser agredidos. En ese encuentro, los que son padres se comprometieron a estar pendientes de cada movimiento de sus hijos para que no cometan un delito similar.

Con todo esto en cuenta, Oyagata acompañó a las familias de los detenidos que protestaron el miércoles pasado ante la Embajada de Chile en Ecuador contra las agresiones que sufrieron los dos detenidos en la cárcel de Santiago I. A su juicio nadie merece ese trato. Aunque sean delincuentes.

-Nosotros hemos dicho que ellos tienen que ser juzgados pero siempre con total transparencia y sin ningún tipo de discriminación- enfatiza.

Así como los familiares se manifestaron en Quito, en Chile algunos otavaleños fueron a la Embajada de Ecuador en Santiago para mostrar su repudio contra el crimen de Margarita Ancacoy.

"La comunidad otavaleña en el mundo y particularmente en Chile ha sido siempre identificada por su sencillez, humildad y dedicación al trabajo como verdaderos embajadores de la cultura, la artesanía y las tradiciones ecuatorianas", informó la Embajada en un comunicado.

En el mismo escrito, se refirieron al temor que sienten los migrantes: "Delegados y familias enteras de esa comunidad se han acercado a la Embajada para expresar el dolor que sienten por este lamentable hecho y manifestaron su gran preocupación por un posible surgimiento de actos de xenofobia en una idea de generalización injusta de su etnia".

-El pueblo chileno tiene derecho a estar resentido- dice el líder indígena Norberto Oyagata.

Lema también entiende el enojo, pero invita a los chilenos a ponerse en el lugar del otro.

-¿Qué harían si esto le pasara a un chileno?- pregunta.

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