Partido Republicano asoma como último escollo de reforma de pensiones

Diputados republicanos

Con un itinerario resuelto por el Senado y un ánimo de despachar de todos modos un texto -aunque sea con un acuerdo parcial-, el proyecto previsional quedaría en condiciones de ser votado por la Cámara a finales de enero. El problema es que a partir del 26 hay "semana distrital" y, según interpretan los diputados, se requiere unanimidad para sesionar en esos días, consentimiento que aún no existe de parte de la colectividad que lidera Arturo Squella.


La decisión de sacar sí o sí la reforma de pensiones ya está encaminada en el Senado.

Además de acordar un cronograma para despachar el proyecto -aunque sea con un acuerdo parcial- en la tercera semana de enero, las autoridades de la Cámara Alta dieron otra señal este martes y resolvieron suspender su semana de trabajo regional (entre el 26 y 31 de este mes) anticipándose a la eventualidad de que sea necesario conformar una comisión mixta, que se constituiría entre cinco diputados y cinco senadores, con el fin de solucionar las últimas discrepancias de la reforma.

CONISION DE TRABAJO
Partido Republicano es el último escollo de reforma de pensiones. En la imagen, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, y su par de Hacienda, Mario Marcel.

El problema, sin embargo, es la Cámara de Diputados, que ya tiene agendada su “semana distrital” para fines de enero (equivalente a la semana regional de los senadores), en la que suspenden las sesiones legislativas para el trabajo en el territorio. Esa última semana será la antesala del receso legislativo de febrero, por lo que varios diputados ya tienen agendada sus vacaciones por razones familiares.

Si bien la mayoría de los comités, especialmente del oficialismo, están dispuestos a sesionar la última semana de enero y suspender el trabajo territorial o el inicio de vacaciones, en la última reunión de jefes comités, realizada el miércoles, los diputados republicanos, representados por su jefe de bancada, Luis Sánchez, pusieron la nota de suspenso.

Según interpretan en la mesa de la Cámara, se requiere unanimidad para sesionar en esos días, por lo tanto, si una sola bancada (por ejemplo, los republicanos) se opone, no podría haber sesiones legislativas en esas fechas para ver la reforma de pensiones, postergando la resolución del debate para marzo.

La colectividad -que lideran Arturo Squella y José Antonio Kast, ahora como abanderado presidencial- ha sido excluida de las negociaciones que se están dando en el Congreso y tampoco tiene los votos suficientes en la Cámara para frenar un acuerdo en materia previsional, por ende, esta posibilidad de negar las sesiones a fines de enero sería la última chance que tendrían para poner algunas exigencias.

Partido Republicano es el último escollo de reforma de pensiones
Partido Republicano es el último escollo de reforma de pensiones. En la imagen, José Antonio Kast y Arturo Squella

En las reuniones internas de esta semana los republicanos acordaron no dar el acuerdo de suspender la semana distrital, mientras no haya claridad del texto que despachó el Senado y mientras no exista transparencia de los proyectos que se podrían discutir en esos últimos días de enero. En la bancada ejemplifican que no están dispuestos a sesionar para ver iniciativas de relleno, como el “Día del Pajarete”, ni tampoco para avalar un proyecto previsional que puede ser perjudicial.

“Los jubilados chilenos no pueden seguir esperando y necesitan soluciones. Ahora las malas soluciones por parte del gobierno tienen que dejarse de lado. Por eso, los republicanos hemos dicho que no vamos a dar nuestro voto para una mala medida, para un manotazo en que el Estado se apropie de los fondos de pensiones”, dijo el diputado Sánchez (republicano), quien señaló que existe un “interés electoral” de parte de la izquierda para poner esta discusión “en el último año de gobierno”. “Demuestra que su preocupación no es con los adultos mayores, sino con sacar algunos votos más. Es algo absolutamente maquiavélico, mezquino”, expresó.

El jefe de bancada republicana, además, señaló que “queremos legislar sobre los temas que son importantes para Chile y no solo prioridades de este gobierno, que están completamente desconectadas”, por eso remarcó que antes de dar la unanimidad para sesionar la última semana de enero “tenemos que conversar sobre la tabla (de proyectos) completa”.

La diputada Chiara Barchiesi (republicana) dijo que está dispuesta a que se cambie el trabajo en terreno por trabajo legislativo, siempre y cuando los proyectos que se pongan en tabla sean importantes. Que se pongan proyectos de seguridad, por ejemplo, y no lo que hemos visto en materia de urgencias del gobierno, como el Día del Pajarete”.

Sesionar un sábado

Por otro lado, el aplazamiento de la reforma sería un revés para los planes del Ejecutivo, que está haciendo todos los esfuerzos para sacar cambio al sistema previsional en enero, en caso contrario el tema quedaría para marzo, con el riesgo de que los acuerdos se enfríen y aumenten los descuelgues tanto del oficialismo como de la oposición.

El vicepresidente de la Cámara, Eric Aedo (DC), quien apoya los planes de La Moneda, señaló que la reforma no puede quedar para marzo, porque después de las vacaciones se activará el espíritu electoral y cada legislador actuará en función de su posible reelección.

“Hemos venido conversando para sesionar la última semana de enero y efectivamente se requiere unanimidad en los comités. Quienes no den la unanimidad tendrán que explicarle muy bien a cada uno de los chilenos por qué no quisieron dar esa unanimidad para resolver el tema de pensiones, que lleva 12 años discutiéndose ¡12 años! Tendrán que explicarlo”, dijo.

“¿Cuál es la alternativa? Si sale este acuerdo antes, en la tercera semana de enero, tenemos lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado para seguir trabajando y legislando. Como mesa de la Cámara podemos llamar a sesiones hasta el día sábado (25 de enero)”, advirtió el legislador DC.

Aedo, además, mencionó que igualmente podría haber una sesión el martes 28 para renovar el estado de excepción en La Araucanía y en la provincia de Arauco.

Sin embargo, esa alternativa tiene un riesgo por la ausencia de parlamentarios, lo que no favorece al gobierno, ya que la reforma de pensiones necesita de un quorum de aprobación especial, a diferencia de un estado de excepción, que puede votarse con un tercio de los diputados presentes.

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