Poblete según Poblete: Las entrevistas donde habló de dinero, empresarios, celibato y mujeres
El sacerdote jesuita, acusado de haber cometido graves abusos sexuales en contra de 22 mujeres durante 48 años, dio numerosas entrevistas a medios de comunicación. "Debe haber muchas cosas por las cuales puede pasarme la cuenta (Dios). Uno tiene muchas debilidades y no tiene toda la santidad que quisiera", respondió en una entrevista en el año 2000.
¿Usted se va directo al cielo?
Eso espero, pero no sé si partiré como un cohete o tendré que hacer etapas para ir purificando cosas que todavía quedan o pagar pecados pesados. Pero sí, tengo confianza de poder ir, finalmente, a gozar de Dios. (La Tercera, 1999)
Durante gran parte de su vida, y especialmente en su cargo como capellán del Hogar de Cristo, Renato Poblete, fue asiduo a dar entrevistas a en televisión, radios, revistas y diarios. "He tenido la suerte de estar muy cerca de los medios de comunicación y aprovecharlos bien", dijo en una nota de revista Qué Pasa publicada en 1994.
En la gran mayoría de estas apariciones, el sacerdote jesuita -hoy acusado de haber cometido graves abusos sexuales en contra de 22 mujeres durante 48 años-, no solo abordó temas relacionados con su infancia en Bolivia o la cercanía con Alberto Hurtado, sino que muchas veces respondió preguntas de índole personal, tocando asuntos como el celibato y su relación con las mujeres.
Temas que el informe del abogado Waldo Bown, conocido esta semana, abordó de forma crítica y que el actual provincial de la Compañía de Jesús, Cristián del Campo, marcó el martes pasado al momento de presentar los antecedentes: "El abuso, transversalmente, lo realizó desde la posición de poder que le dio esa imagen, su enorme red de contactos, y el poder económico que tuvo al manejar autónomamente importantes sumas de dinero durante muchos años", dijo.
La Tercera PM recopiló algunas declaraciones de sus entrevistas realizadas entre mediados de los '90 hasta poco antes de su muerte en febrero de 2010.
Mujeres y celibato
Revista Caras, 1997
¿Su vocación nació de sopetón o fue una larga conquista?
-Mi vocación nació como una "conversación", al conocer al padre Hurtado y trabajar cerca de él en la Acción católica, a principios de la década del 40. No fue de sopetón, sino que fui madurando poco a poco.
¿Pero antes fue un joven salidor y pololo?
-Sí, bastante, pero buen niño.
¿Es doloroso renunciar a la paternidad biológica?
-Yo creo que sí, pero uno va conociendo otra paternidad muy rica, como es la que se va teniendo al casar a tantas parejas que pasan a ser ellos y sus hijos, como hijos de uno.
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La Tercera, 1999
¿Cómo fue su juventud?
-Era un niño bastante fregadito, muy rebelde. En cierta forma me convertí con el padre Hurtado. Yo tenía una vida libre total y él me fue convenciendo de que había que respetar a las damas, que había que pololear más tranquilamente.
¿El respeto era no tener relaciones sexuales?
-Evidentemente. A ver, un resumen: yo fui un joven que conoció muchas cosas.
Pero tan joven no debe haber sido de tantas experiencias.
-La vida sexual la puedes tener a los 10 años si quieres. Es demasiado utópico pensar que un niño a los 14 ó 15 años no conoce muchas cosas. Puede conocerlas pero no es el ideal. Pero a los 17 años me convertí y empecé a respetar a las mujeres. Muchas veces hasta hice apostolado: en esa época las niñas no podían bailar solas, tenían que esperar a que un varón las sacara. El padre Hurtado nos decía que debíamos sacar a bailar a las que estaban planchando porque así las pobres no iban a estar tristes. Ese era el apostolado, ¿ve? Ahí tiene una anécdota, ¿qué más quiere?
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Revista Cosas, 2000
¿Usted tuvo sus minutos de flaqueza?
-Todos tenemos minutos de flaqueza porque uno no es inerte y sigue teniendo ojos, oídos y gustos. Evidentemente que hay personas atrayentes y encantadoras, pero uno no se puede dejar llevar por el egoísmo o la propia satisfacción. Con el tiempo y la disciplina, uno aprende a cortar a tiempo alguna relación que pueda ser perjudicial.
Y si Dios tuviera que pasarle la cuenta por algo, ¿por qué sería?
-Debe haber muchas cosas por las cuales puede pasarme la cuenta. Uno tiene muchas debilidades y no tiene toda la santidad que quisiera.
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Revista Caras, 2006
"¡Pero si San Pedro era casado, y uno de los milagros de Jesucristo fue sanarle a la suegra, la mamá de su mujer aquejada de un grave mal, cosa que debería tener felices a todas las suegras del mundo! Ahora claro, según me cuentas, estoy de acuerdo con el gran historiador, mi amigo Luis Eugenio Silva, en que curas casados, con señora e hijos que atender, resultaría carísimo… y con él también estoy de acuerdo en que el matrimonio no es tampoco una panacea".
Empresarios y "marketing social"
Qué Pasa, 1995
"Yo creo mucho en el mundo empresarial porque me ha tocado trabajar bastante con él. Hay mucha bondad y deseos de ayudar en las personas, pero no conocen los problemas. Por eso creo que una misión importante del Hogar de Cristo es dar a conocer los problemas".
"Hay mucho nuevo rico en Chile. Los antiguos empresarios eran mucho más sobrios. Los actuales tienen éxito tan rápido que se les olvida lo que cuestan las cosas".
A los políticos les encanta sacarse fotos al lado suyo y vestirse con el Hogar de Cristo. ¿No le molesta un poco?
-En el mundo todos tenemos motivaciones mixtas. Muchas personas hacen el bien, pero también quieren sacar un provecho. Cuando la motivación es figurar más que ayudar, la situación es negativa. Pero si es ayudar y al mismo tiempo –por razones normales y económicas- sacar algún provecho de publicidad no es algo que haya que criticar tan severamente. Así es la vida. Yo prefiero que ayuden a que no lo hagan.
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Revista Caras, 1996
En clases de ingeniería comercial lo citan a usted como ejemplo de gran administrador. ¿Cuál es su secreto para captar el apoyo de los empresarios?
-Creo que hay mucha más generosidad de la que uno piensa. Lo que pasa es que hay mucha gente que no conoce realmente la miseria. Por eso creo que lo más importante es abrirles los ojos (…).
¿Cómo se le ocurren tantas ideas de marketing caritativo?
-Creo que Dios me inspira muchas cosas que a mí no se me habrían ocurrido. Él me ha dotado de buena imaginación para enfrentar las necesidades y ver cómo lograr que en el país podamos tener mucho mayor sentido de participación y de solidaridad. Una de las misiones más importantes del Hogar de Cristo es hacer conciencia en la sociedad chilena del problema de la pobreza. Mi preocupación está en cómo lograr fondos, pero hay muchas campañas que no buscan sólo ese objetivo.
¿Cuáles son sus costos como sacerdote, al tener que actuar como un hombre de negocios?
-Mi debilidad es que debo controlar mucho más el tiempo que le dedico a casa cosa. Si no estoy en contacto con la hospedería, no salgo a ver la miseria o no me meto más con los niños del hogar, creo que estaría predicando como en una sala de clases. Solamente puedo comunicar en la medida en que estoy en contacto con las personas que sufren, si no, sería una prédica no convincente. Yo no vendo un producto, trato de comunicar una vivencia. Pero sólo cuento con 24 horas al día.
¿Y en qué minuto duerme?
-Unas pocas horas. Para uno es embromado no contar con más tiempo para responder a todo. Tengo que tener un límite. No puedo estar todo el día pidiendo plata a los empresarios y organizando campañas, porque creo que mi vocación está por otro lado. Y está precisamente en el poder comunicar a los demás la experiencia real del dolor humano.
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Revista Caras, 1997
"Don Francisco es un hombre extraordinario, es el hombre que más solidaridad ha producido en Chile y ese título nadie se lo puede quitar".
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La Hora, 1998
"(…) Al principio pensé que era bueno que dieran un "peaje" a los pobres, pero no es condición. Estoy tan desesperado realmente con lo que se gasta en los matrimonios y lo poco austeros que son, que no me interesa pedir. La ayuda es voluntaria".
"(…) Yo muchas veces le digo a mis amigos empresarios que se quiten unos años de purgatorio y me den plata".
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La Tercera, 1999
Usted es capellán general, ¿qué significa ese cargo?
Tener una visión más global y en cierta forma la última palabra, pero ésta es una obra de laicos y son ellos los que dirigen el trabajo. Yo aprovecho que tengo buena llegada con los ministros o los empresarios y sé que si los llamo me van a contestar y eso sirve para que la obra siga marchando.
Política y dictadura
La Hora, 1999
"Hay que recordar los últimos años del gobierno de la Unidad Popular, que explican -aunque no justifican- las razones de la intervención militar. A su vez, se pensó que el pronunciamiento sería por menos tiempo".
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La Tercera, 1999
Cuando le tocó ser el mediador en el caso del secuestro de Cristián Edwards, que fue tan largo, ¿vivió una época de mucha tensión o desesperanza?
Fueron casi cinco meses, pero yo me tomo la vida con un poco de humor y ese tipo de cosas había que tomarla así, por la tragedia que significaba. No podía tirarme a morir porque era cansador, enormemente tenso, tenía que estar pendiente del teléfono y de dialogar con los secuestradores.
Le ha tocado estar junto a la mayoría de los personajes nacionales, ¿cuál es su evaluación del general Pinochet?
Aquí llegamos a la opinión sobre un personaje importante de la historia de Chile y como se puede interpretar con sentido político, prefiero no opinar.
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