“Poco a poco la gente empieza a volver a Kiev porque entendemos que la vida sigue”: el retorno a la “normalidad” en la capital de Ucrania
Más de la mitad de la población de la ciudad ha regresado pese a que la invasión rusa sigue en marcha. A casi tres meses desde el inicio de la guerra, se registró un mayor número de ingresos al país que de personas saliendo.
Después de la lluvia, sale el sol, dice el dicho popular. Y bien se podría aplicar a Kiev, pero la lluvia sería de misiles y el sol que aparece de entre las nubes son el trabajo de decenas de voluntarios despejando las toneladas de escombros que sepultaron sueños y vidas. Trabajo que dio paso al regreso de miles de ucranianos a su capital.
Brigadas de limpieza recorren edificios afectados por los bombardeos rusos, restoranes y bares abren sus puertas a un dubitativo público y los supermercados reabastecen la mercadería esencial con la esperanza de revivir una ciudad y permitir que sus antiguos inquilinos vuelvan a poblarlos.
Alona Kibets es una de las personas que actualmente están en Kiev. Guía turística de profesión, tuvo que acomodarse a esta “nueva realidad” para sostener económicamente a su familia y vecinos, afirmó en entrevista con La Tercera. “Poco a poco la gente empieza a volver a Kiev porque entendemos que la vida sigue, pero todavía hay mucha incertidumbre. Hay algunas cafeterías, restoranes y negocios que ya funcionan, aunque colegios y universidades siguen cerradas”, agregó.
Según cifras oficiales entregadas por el gobierno ucraniano, 5,9 millones de personas han salido del país huyendo de la guerra, mientras que 1,5 millones ya regresaron. Sin embargo, los datos fronterizos del 10 de mayo revelaron que, por primera vez desde el inicio de la invasión, fueron más las personas que entraron al país (cifrado en 34.000) que las que salieron (29.000).
Este vuelco en la tendencia nacional se replicó con mayor fuerza en Kiev. Vitali Klitschko, alcalde de la ciudad, afirmó que dos tercios de la población de la urbe ya retornó, lo que llevado a cifras corresponde aproximadamente a 2.3 millones de los 3.5 que habitaban previamente a Kiev.
No hay que olvidar dos detalles cruciales en la aparente diferencia numérica de retornos al país versus la capital. En primer lugar, muchos de los que tuvieron que huir de Kiev lo hicieron hacia ciudades menos peligrosas dentro del mismo país, sin salir necesariamente de Ucrania. En segundo lugar, vale recordar que el gobierno prohibió salir al extranjero a los hombres menores de 60 años, por lo que la mayoría de los refugiados internacionales son mujeres y menores de edad.
“Tienes que acostumbrarte a vivir con la guerra”, afirmó a la agencia France Presse una repatriada que volvió desde Polonia para reencontrarse con su novio. “Europa es un buen lugar, pero mi vida está en Ucrania”, dijo a la agencia de noticias.
Pero la ciudad aún no es un lugar completamente seguro y el país sigue en guerra. Es por eso que el alcalde Klitschko instó a sus compatriotas a que, si tienen un lugar seguro donde quedarse, aplacen su regreso. La zona norte de la capital, lugar mayoritariamente ocupado por el ejército ruso cuando se mantuvo en la ciudad, aún no está desminado en su totalidad, por lo que el ingreso de civiles está prohibido.
Además, según las estimaciones de Reuters, más de 2.100 edificios han sido destruidos en los casi tres meses de conflicto, por lo que el país está lejos de volver a ser como antes. El acceso a gasolina o a conseguir trabajo también es limitado, lo que debe ser considerado por los capitalinos antes de tomar la decisión de regresar.
Sin embargo, los servicios de electricidad y agua ya volvieron a Kiev, ciudadanos repueblan suburbios como el bombardeado Hostómel y el tren hacia Bucha funciona desde el 8 de mayo. De los 35 recorridos diarios que hacía previo a la guerra, hoy solo hace dos: uno en la mañana y otro en la noche.
Por un lado, estas pequeñas pero significativas victorias motivan a sus ciudadanos a regresar a la anhelada normalidad. Pero Alona Kibets aseguró a este medio que las necesidades económicas son un factor relevante en la decisión. “Tengo amigos con niños que volvieron, pese a que no sea 100% seguro. Cuando te dicen ‘anda a otro país’, eso se puede hacer, pero para eso necesitas dinero y no toda la gente lo tiene como para estar meses afuera”, reflexionó.
Poco a poco se configura un regreso a una “normalidad” a medias, en el centro de una guerra que ya se extiende por meses y que no parece tener un fin próximo. En medio de los escombros, los ciudadanos de Kiev intentan volver a sus hogares.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.