Programa Mundial de Alimentos: El ganador del Nobel de la Paz que asiste a 97 millones de personas

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Un niño carga un paquete del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas en Mwenezi, Zimbabwe, en septiembre de 2015.

El PMA cuenta con 5.600 camiones, 30 barcos y casi 100 aviones para proporcionar la entrega de alimentos y otra asistencia a los más necesitados en 88 países. Cada año, distribuyen más de 15 mil millones de raciones a un costo promedio estimado por ración de US$ 0,61.


“El Programa Mundial de Alimentos (PMA) se siente profundamente honrado de recibir el Premio Nobel de la Paz 2020. Esto es un reconocimiento a la labor del personal del PMA que arriesga su vida todos los días para llevar alimentos y asistencia a más de 100 millones de niños, mujeres y hombres que padecen hambre en todo el mundo”, tuiteó esta mañana la organización de Naciones Unidas, que recibió el esperado galardón del Comité Nobel Noruego. El PMA asistió en 2019 a 97 millones de personas en 88 países, fundamentalmente con ayuda humanitaria en emergencias, rehabilitación y desarrollo.

La presidenta del Comité que otorga el premio, Berit Reiss-Andersen, indicó que “frente a la pandemia, el Programa Mundial de Alimentos ha demostrado una capacidad impresionante para intensificar sus esfuerzos”. Es que la combinación de los conflictos en algunas naciones y la pandemia ha aumentado drásticamente el número de personas al borde de la inanición. Desde los meses de pandemia, el PMA ha estimado que el número de personas que experimentan niveles de inseguridad alimentaria potencialmente mortales podría más que duplicarse este año, a 265 millones.

Nobel.- La comunidad humanitaria aplaude el Nobel de la Paz al PMA y recuerda el
Un comedor escolar apoyado por el PMA, en Burundi.

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU fue establecido en 1961 después de una propuesta del Presidente de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, y se ha convertido en un actor importante fuera de la atención pública, ayudando a las personas afectadas por algunos de los desastres humanitarios más devastadores del mundo, como la hambruna en Etiopía en la década de 1980, las guerras en Yugoslavia en la década de 1990, el tsunami asiático de 2004 y el terremoto de Haití de 2010.

El PMA en cifras

El Programa Mundial de Alimentos, con sede en Roma, se asocia con más de 1.000 ONG nacionales e internacionales para proporcionar asistencia alimentaria y abordar las causas subyacentes del hambre.

Frente al objetivo mundial adoptado en 2015, de “Hambre Cero” para 2030, acabar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición es la prioridad de Programa Mundial de Alimentos.

Así, con 17.000 empleados en todo el mundo de los cuales más del 90% se encuentran en los países donde la agencia brinda asistencia, en 2019 el PMA ayudó a 97 millones de personas, la mayor cantidad desde 2012, en 88 países, como Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia en Sudamérica.

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Un trabajador pesa la ayuda alimentaria proporcionada por el Programa Mundial de Alimentos para su distribución, en Sanaa, Yemen, en agosto de 2019.

En un día cualquiera, el PMA cuenta con 5.600 camiones, 30 barcos y casi 100 aviones en movimiento, entregando alimentos y otra asistencia a los más necesitados. Cada año, distribuyen más de 15 mil millones de raciones a un costo promedio estimado por ración de US$ 0,61.

En 2019, el PMA proporcionó 4,2 millones de toneladas métricas de alimentos y US$ 2,1 mil millones en efectivo y cupones. En 2018, se movilizaron US$ 7.200 millones mediante contribuciones totalmente voluntarias. Entre quienes reciben la asistencia alimentaria en todo el mundo, el 52 % son mujeres y niñas. Por otro lado, el PMA conecta a los pequeños agricultores con los mercados en 40 países.

En el ámbito escolar, el PMA es la organización humanitaria más grande que implementa programas de alimentación escolar en todo el mundo desde hace más de 50 años. En 2019, proporcionó comidas escolares a más de 17,3 millones de niños en 50 países, especialmente en las zonas más difíciles de llegar.

En una entrevista telefónica con The New York Times, David Beasley, director ejecutivo del programa, dijo que el premio había puesto un foco importante en las millones de personas que pasan hambre en todo el mundo y en las devastadoras consecuencias del conflicto. “Es la primera vez en mi vida que me quedo sin palabras”, señaló, y agregó que fue una noticia maravillosa y mala a la vez, porque resaltó no solo el trabajo que se está haciendo, sino también la profunda la necesidad de hacerlo.

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