Salud desmantela camas UCI en quirófanos, pero mantendrá duplicada la capacidad crítica hasta fin de año
Con la mejoría de la pandemia, Salud decidió conservar 1.238 cupos complejos en la red pública, lo que significa el doble de la capacidad original, pero menos de la mitad de los cupos alcanzados al peak. Con este ajuste, Chile queda con una tasa de 10,5 plazas críticas por 100 mil habitantes, cercano al estándar de la Ocde.
A inicios de septiembre, la subsecretaría de Redes Asistenciales autorizó, tanto a los prestadores públicos como privados, a “desarmar” las unidades de emergencia que se levantaron para atender a los pacientes de Covid-19 y normalizar, en lo posible, los flujos de atención y la resolución de las listas de espera. Sin embargo, esto no implicará -al menos en el sector público- a retrotraer la capacidad instalada a las cifras basales, que contabilizaban, antes de marzo de 2020, un total de 640 camas UCI en los hospitales.
A mediados de la semana pasada, la subsecretaría dio cuenta en la comisión de Salud de la Cámara de Diputados cómo se está llevando a cabo el plan de descomplejización de camas críticas en la red pública. Los documentos presentados por la jefa (s) de división de Redes Asistenciales, Beatriz Martínez, revelan que si hasta el 25 de septiembre habían 1.540 camas UCI habilitadas en los hospitales de la red, el Minsal definió reducirlos a 1.238 cupos críticos hasta fin de año.
Lo anterior significa disponer de 598 cupos UCI adicionales a los que existían antes de la pandemia, lo que casi duplica la capacidad basal. Sin embargo, también implica mantener habilitada menos de la mitad de las 2.844 camas UCI alcanzadas en los recintos asistenciales durante el peak de demanda hospitalaria de este año.
¿El objetivo de esta planificación? Acoger a los pacientes de Covid-19 que sigan ingresando y dar respuesta a los pacientes con enfermedades crónicas que se han descompensado y a las personas que se encuentran en lista de espera.
Niveles | Pre-pandemia (2020) | Cuarto trimestre 2021 | Cupos en hospitales modulares |
---|---|---|---|
UCI | 640 | 1.238 | - |
UTI | 1.058 | 1.804 | - |
Camas medias | 5.445 | 7.119 | 151 |
Camas básicas | 10.059 | 6.582 | 365 |
Total | 17.202 | 16.743 | 516 |
Fuente: Subsecretaría de Redes Asistenciales (Minsal) |
Con este ajuste, si Chile hasta antes de la pandemia contaba con una tasa de 5,25 camas UCI en la red pública por cada 100 mil habitantes, el estándar se eleverá a 10,51 plazas críticas.
La desescalada de la red considera, además, ir descomplejizando en en un orden de prioridad: primero las camas en quirófanos, luego las unidades de recuperación, a continuación las UCI pediátricas y finalmente las unidades coronarias, junto con un reordenamiento del recurso que busca ajustarlo a las necesidades actuales. Por ejemplo, si a inicios de 2020 habían más de 10 mil camas básicas, esas se han reducido a 6 mil para dar mayor prioridad a los cupos medios, de UTI y de UCI, que utilizan mayormente los pacientes que han sido operados.
Estándar OCDE
Luis Castillo, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la U. Autónoma y excoodinador de la red crítica del Minsal, explica que antes de iniciarse la pandemia, entre enero y febrero de 2020, se realizó un catastro de número de camas públicas y privadas. “Hay regiones donde la relación público-privada era desbalanceada, con regiones que tienen solo camas públicas UCI. En promedio, en el sector público había cinco camas críticas cada 100 mil personas. Y junto al sector privado, esa tasa estaba en torno a siete cupos UCI. Este número de camas es muy razonable frente al desarrollo de la pandemia y a los que nos queda en lista de espera. Nos deja también en una situación bastante razonable ante un rebrote”.
En relación a ello, el académico en Salud Pública de la U. de Santiago (Usach), Claudio Castillo, explica que el estándar definido por la OCDE para camas críticas durante el 2020 está en torno a una tasa de 12 UCI por 100 mil habitantes.
“A 2017 Chile reportaba una tasa de 7,3 camas UCI. Dado el cambio epidemiológico, demográfico y de carga de enfermedad que dejará la pandemia por enfermedades no atendidas a tiempo, necesitamos potenciar la respuesta especializada y a su vez, los especialistas -médicos intensivistas- que operen estas camas para poder sostener un alza de estos cupos en el tiempo”, señala Castillo.
Mientras que el director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, Héctor Sánchez, puntualiza que “me parece razonable que el país comience a reducir sus camas críticas, pero debe ser de forma prudente. Que no sea demasiado pronto ni de forma demasiado apresurada. Yo no estoy seguro si el plan es lo suficientemente paulatino, pues Delta u otra nueva variante de preocupación nos pueden dar sorpresas en cuanto a los requerimientos hospitalarios por Covid-19”.
Asimismo, explica que adicionalmente, “frente a la gran cantidad de enfermos crónicos que van a requerir UCI por descompensaciones, además de los enfermos por el virus, el índice de referencia no necesariamente debe ser el de la OCDE, sino que por un buen tiempo debe ser muy superior. Por al menos dos o tres años vamos a estar en una situación excepcional en la red de salud”.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.