Se aleja la “esperanza” previsional de Jara: Moreira retorna al Senado, pero por razones de salud no reasumirá en Comisión de Trabajo
Por recomendación médica, el senador UDI estará alejado de tareas de alta tensión. Ello tendrá un efecto político. No retornará a la presidencia de la instancia que es clave para la tramitación de la reforma de pensiones.
“Le damos la bienvenida, y más que bienvenida, al senador Iván Moreira (UDI), espero que esté muy bien de salud”, le dijo ayer el presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara Alta, Sebastián Keitel (independiente Evópoli), al ver que su par gremialista tomaba asiento en la instancia.
Después de varias semanas de ausencia, aquejado por problemas de salud, Moreira retornó con bajo perfil y con un ritmo moderado a sus labores públicas.
Por recomendación médica, el senador estará todavía alejado de tareas de alta tensión. Ello tendrá un efecto político. No reasumirá en la Comisión de Trabajo, que presidía hasta junio pasado, instancia clave para la tramitación de la reforma previsional que empuja la ministra del ramo, Jeannette Jara (PC).
En su ausencia asumió transitoriamente el senador Juan Antonio Coloma (UDI), quien según explican algunos de sus pares continuará indefinidamente presidiendo la estratégica comisión a cargo de la reforma de pensiones.
Según afirman algunos senadores oficialistas, el mismo Moreira, quien no ha querido hacer declaraciones públicas, ya les transmitió que es altamente probable que no regrese a la mencionada instancia dada la tensión que existe entre La Moneda y la oposición por la reforma.
La noticia fue lamentada en el gobierno, especialmente por la ministra del Trabajo, quien había desarrollado una relación política fluida con Moreira. De hecho, a propósito del Día Nacional del Completo, el pasado 24 de mayo, Jara y Moreira dieron una señal pública al llegar juntos a La Moneda, donde fueron recibidos por el Presidente Gabriel Boric para comer y conversar del proyecto previsional.
Por ello, el Ejecutivo tenía altas expectativas y esperanzas en el rol de puente que podía ejercer el senador para que pusiera en votación la idea de legislar de la reforma, dado que es una facultad exclusiva de todo presidente de comisión decidir los temas a tratar en cada sesión.
Sin embargo, el legislador gremialista también estaba enfrentando una fuerte presión de su sector político para no acceder a las exigencias del gobierno y no poner en votación la reforma mientras no exista una propuesta satisfactoria para la oposición con el fin de modificar el sistema de pensiones.
Presiones
Estas tensiones se manifestaron el miércoles pasado, en la Comisión de Trabajo de la Cámara Alta, que tuvo ese día una inusual presencia masiva de senadores.
Además de los cinco miembros de la comisión, otros siete legisladores llegaron la semana pasada para presionar que se votara la idea de la legislar (votación en general) de la reforma previsional, que tenía discusión inmediata. Es decir, en teoría, la instancia tenía plazo máximo de seis días para despacharla.
Sin embargo, en la sesión los representantes de la oposición, encabezados por el senador Coloma (UDI), quien preside transitoriamente en reemplazo de Moreira, se opusieron.
“Si uno quiere que las cosas resulten, tiene que tener el diagnóstico compartido y las ideas centrales respecto de las cuales uno puede hacerse cargo del diagnóstico; pretender que se vote sin eso, es el camino para que al final no se resuelvan los conflictos”, dijo Coloma, quien fue secundado por los senadores Rodrigo Galilea (RN) y Luciano Cruz-Coke (Evópoli).
La resistencia de la derecha generó un momento de crispación, ya que varios legisladores oficialistas acusaron una suerte de bloqueo legislativo.
“Están estirando el chicle”, le reclamó la senadora oficialista Alejandra Sepúlveda (independiente) a Coloma.
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