El Rey Vidal: siempre temerario, nunca temeroso
Arturo Vidal, el hombre que no tiene reparos en demandar al Barcelona por 2,4 millones de euros y al mismo tiempo exigir la titularidad. El que hace un derroche de poder al presentarse en helicóptero a un partido amateur en medio del movimiento social. El que hace esperar por más de una hora a Andrónico Luksic. El hombre sin miedo.
¿Cómo es posible moverse más rápido, atacar con más fuerza, trascender más allá de las posibilidades, sin la presencia del instinto más poderoso de todos, el miedo? El miedo a perder, a fracasar, a morir. Controlado hace posible la sobrevivencia y lleva a la excelencia. Es precaución y mesura. No así bajo su ausencia. La carencia de miedo le abre las puertas a los más descarados atrevimientos, a las temeridades más absurdas, a los actos más reprochables. El que vive y actúa sin temor es apuntado ya sea como modelo a seguir o un ejemplo a evitar. Pero es visto. Por todos.
Ambas realidades se aplican a la actualidad de Arturo Vidal. El jugador que no parece conformarse con la atención que recibe al ser parte de uno de los equipos más poderosos del mundo, por lo que la sigue buscando con clubes de barrio, fiestas rimbombantes y helicópteros mediante. Un ser insoslayable en el campo de juego y en la esfera pública. Omnipresente en la cancha y en los titulares extradeportivos.
El mediocampista del Barcelona parece vivir en una lucha perpetua entre las maravillas que hacen sus pies y los desastres que causa su boca. Se despoja del temor a perder que tan bien le sienta en la cancha, que lo lleva a destacar y a ser considerado como uno de los mejores volantes mixtos del mundo, para actuar en la cotidianidad con temeridad y arrojo en situaciones que piden calma.
Cuenta de ello es su demanda al club español por conceptos de platas impagas. 2,4 millones de euros que según el chileno los culés le adeudan por unas variables económicas en su contrato. En plena negociación de su partida de Cataluña a Milán —con la que por cierto sigue jugando al misterio—, Vidal manda a sus abogados a enfrentar a su propio empleador y así exponerlo ante todo el mundo. Más allá de que la operación no haya prosperado, el chileno logró llevar a la institución a un terreno extradeportivo donde, sin duda, goza de la titularidad.
No hay temor en su actuar contra la institución blaugrana. Se nota cuando le comenta a la prensa sin miramientos que "es injusto" que el club le adeude ese dinero. No le pueden quitar la titularidad ya que nunca ha sido suya. Ernesto Valverde no puede despojarle su venia puesto que tampoco se la ha dado. ¿Miedo a que lo vendan? En España señalan que el origen del embrollo es precisamente para forzar su salida. Y si lo retienen será para jugar, ya que su estatus como goleador del equipo, solo por detrás de Lionel Messi, Luis Suárez y Antoine Griezmann, así como la poca cantidad de mediocampistas en la plantilla culé, le aseguran minutos. Miedo de qué.
Vidal no se desboca en la cancha, mas sí fuera de ella. Desde que se unió a los azulgranas en 2018 no ha sido expulsado y apenas ha recibido 11 amarillas. Ese autocontrol que demuestra sobre el césped pocas veces deslumbra afuera. El tino con el que logra una recuperación —el sitio de estadísticas Opta anunció al de San Joaquín como el jugador con más tackles completados durante esta década en las cinco grandes ligas: 1.102— se manifiesta en ínfimas cantidades cuando debe medir el contexto que le rodea.
Las susceptibilidades con respecto al dinero —o a la falta de él— nunca estuvieron más latentes en Chile. El movimiento social ha expuesto las desigualdades, las carencias y los abusos que se cometen en el país. En un ambiente donde el derroche y la pomposidad son mal vistos, Vidal arriba al estadio Monumental en un helicóptero Robinson R66 monomotor con turbinas Rolls Royce, cuyo arriendo está estimado en 700 mil pesos por hora, para ver a su humilde Rodelindo Román jugar la final del fútbol amateur. Si el uso de la aeronave fue para llegar más rápido desde San Clemente no sirve como excusa: lo hizo al inicio del segundo tiempo, dejando plantado por más de una hora en Océano a Andrónico Luksic. Uno de los hombres más ricos y poderosos del país, esperando su audición con el Rey.
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Foto: Agencia Uno.[/caption]
Las críticas a Vidal no demoraron en atiborrar las redes sociales. En Twitter fue tendencia durante el domingo y gran parte del lunes siguiente. Quienes lo defendían aseguraban que se trataba de su dinero y podía gastarlo como quisiera. Quienes lo atacaban argumentaban su desconexión con la realidad chilena y algunos, lisa y llanamente, lo tildaron de desclasado. "De donde viene a donde llegó es inesperado, me parece bien que lo disfrute. Ahora, con el momento social que vive Chile, esto lo aleja de la gente. Es una muestra de poder que no debería usarla para este momento de ir a ver un partido de fútbol", atizó Claudio Borghi en CDF. El argentino fue quien lo hizo debutar en Colo Colo con apenas 19 años, en 2006. "Es su dinero, puede hacer lo que quiera, pero no me pareció adecuado. No exponerse a que la gente pueda tener pensamientos con esta especie de gastos", agregó el ahora comentarista deportivo.
Vidal ha caído en desgracia con la hinchada. Lo acusan de no haber apoyado con fuerza el movimiento social. En internet ya no es el King, sino el PerKing.
Tras librarse del miedo a las balaceras y a la pobreza, tras perderle el temor a la incertidumbre del futuro, a Vidal no le aterra perder el cariño de la gente. Disfruta de sus caballos, de sus amigos —a quienes regocija sin escatimar con suculentas fiestas y lujos—, y de su familia. Camina temerario por la vida sin más preocupación que ser titular y ganar el próximo partido. Hace lo que quiere respaldado por los millones amasados durante su carrera.
Enrique Aguayo, psicólogo deportivo y presidente de la Sociedad Chilena de Psicología del Deporte, asegura que la temeridad en el fútbol puede facilitar el éxito. "En términos de logros deportivos, creo que son jugadores muy útiles que marcan diferencias. Arturo enfrentó a Bielsa y por su talento fue llamado igual a la Selección. Lo más seguro es que en cada equipo le estimulen eso. Lo que más destacan es esa irreverencia que tiene, que puede jugar al lado de esas figuras sin problemas. Es de los elegidos", indica. Aguayo trabajó en Colo Colo desde 1999 a 2005, época en la que Vida era juvenil.
Si siempre fue una persona que parece no temerle a nada, el profesional matiza: "Fue desarrollando eso. Era sociable, buenos para la talla, respetuoso. No significa que a los cuatro años haya sido igual. Son ciertas características que van desarrollando porque les van bien con ellas, eso hace que se vayan intensificando. Arturo era un tipo que escuchaba, que respetaba las reglas. Su trasgresión era dentro del campo".
En ese sentido, exime a Vidal de las críticas por su llegada en helicóptero al Monumental. "Chile tiene cuádruple moral. Cualquier persona que sea pública, no solo un deportista, es un modelo social que llega a números muy grandes de personas. Sus conductas generan un efecto en los demás. Pero no es parte de su rol como deportista el estar trabajando para la sociedad que se verá afectada por su comportamiento. Ojalá se hiciera responsable, pero no es algo que haya elegido. Eligió ser deportista, no ser un modelo para que los demás lo copien", finaliza.
Arturo Vidal, siempre temerario, nunca temeroso.
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