Sin plan B: Mundaca, Orrego, Bravo y otros cuatro gobernadores se quedaron sin chances de postular al Congreso en caso de perder
La Constitución pone un plazo de un año para que ciertas autoridades dejen sus funciones si es que desean presentarse como candidatos al Congreso. Al tener que medirse en una segunda vuelta, siete jefes regionales optaron por quedarse en el cargo para no dar señales de una posible derrota.
A pesar de la solicitud que hizo la directiva de la Democracia Cristiana a los gobernadores militantes del partido para que renunciaran al cargo la semana pasada, solo Jorge Díaz (exjefe regional de Arica, pero que hoy se mide en una segunda vuelta contra el candidato de RN, Diego Paco), acogió ese llamado el 14 de noviembre.
La actual gobernadora regional del Maule, Cristina Bravo (DC), estuvo al borde de presentar su renuncia, sin embargo, ante la presión de los radicales y socialistas finalmente ella decidió mantenerse en el cargo, por lo que quedó sin un plan B en caso de perder.
La misma determinación, de todo o nada, adoptaron otros seis jefes regionales que buscan reelegirse en el actual balotaje para no dar señales de una posible derrota: los independientes Claudio Orrego (RM), Rodrigo Mundaca (Valparaíso), Ricardo Díaz (Antofagasta), Miguel Vargas (Atacama) y Luciano Rivas (La Araucanía), además del militante PS, Pablo Silva (O’Higgins).
La petición de la DC a sus militantes obedecía a un criterio de pragmatismo electoral, que también estuvo sobre la mesa en otras fuerzas políticas, ya que los gobernadores en ejercicio no podrán postular al Congreso en caso de perder este domingo, aun cuando la votación que obtuvieron en primera vuelta ya les daba un buen pronóstico para postular al Senado o la Cámara de Diputados. De hecho, para ser elegido parlamentario se requieren muchos menos votos que los que se necesitan para acceder a la gobernación regional.
El problema es que la Constitución pone un plazo de un año para que ciertas autoridades dejen sus funciones si es que desean presentarse como candidatos al Congreso.
Por tal razón, en la DC lamentaron la decisión de Bravo, ya que ella habría sido la carta segura del partido para la senatorial en la Séptima Región en caso de no ganar en esta jornada. Sin embargo, esa renuncia habría sido una amenaza para las aspiraciones de socialistas y radicales que buscan quedarse con los escaños al Senado por la zona.
En la Falange señalaron que hubo severas señales de militantes del PS y del PR, que incluso veladamente advirtieron que le podrían retirar el apoyo a la actual gobernadora de Maule en este balotaje.
Uno de los más críticos, ante la posibilidad de que Bravo renunciara, fue el diputado Alexis Sepúlveda (radical), quien es la carta de su colectividad para ser senador por la región. “El Partido Radical apoyará con todo a Cristina Bravo en esta segunda vuelta..., (pero) efectivamente, pensamos que una renuncia al cargo no ayuda al objetivo de ganar la segunda vuelta. La candidata no puede tener dudas sobre el resultado, porque si la gobernadora Cristina Bravo renuncia, eso puede ser leído por la ciudadanía como una señal de derrota. Que siga hasta al final, que no renuncie, porque vamos a ganar esta segunda vuelta. Si no lo cree ella, qué le podemos pedir al resto”, dijo Sepúlveda la semana pasada.
Días después, Bravo anunció que no iba a dimitir en un punto de prensa realizado en Talca, donde fue acompañada por la senadora y presidenta del PS, Paulina Vodanovic, quien aplaudió la decisión de la gobernadora. “Valoro y destacó la convicción y valentía de Cristina Bravo”, dijo la legisladora, quien aspira a retener el cupo que tiene su partido en la región.
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