“Solo faltaron dos votos”: la amarga jornada de Uriarte y el balance sin autocrítica de La Moneda tras fallida nominación de fiscal nacional
Uno de los problemas que evidenció este proceso, advierten parlamentarios oficialistas, es que el gobierno tuvo escasa incidencia en el momento en que la Suprema elaboró su quina (prueba de ello es que ningún nombre agradó mayormente al Ejecutivo) y luego a la hora de conseguir los votos en el Senado.
Cuando faltaban pocos minutos para que se cerrara la votación en el Senado, en un momento de ofuscación, la ministra secretaria general de la Presidencia (Segpres), Ana Lya Uriarte (PS), lanzó su lentes sobre el escritorio en el que toman ubicación los representantes del Ejecutivo en medio de la sala.
A su lado estaban sentadas sus pares de Interior, Carolina Tohá (PPD), y de Justicia, Marcela Ríos (Frente Amplio), quienes también veían con preocupación el desarrollo de la sesión en la que se tenía que votar la propuesta del Presidente Gabriel Boric para que José Morales Opazo se convirtiera en el nuevo fiscal nacional.
El resultado de la votación -solo 31 apoyos de los 33 necesarios, más 6 votos en contra y 8 abstenciones- confirmó el escenario negativo y la propuesta presidencial fue rechazada. Ello obliga a la Corte Suprema a completar su lista original de cinco postulantes reemplazando solo el nombre de Morales por una nueva carta. A partir de ahí, el Presidente tendría un plazo de cinco días para escoger un nuevo candidato a fiscal nacional, que igualmente debe ser visado por 33 senadores.
Tras la votación, Uriarte era una de las más molestas, sentir que se le hizo ver a todos los senadores que se acercaron a hablar con las ministras, entre ellos Jaime Quintana (PPD), José Miguel Insulza y Rojo Edwards (Republicano), quienes votaron a favor. Sin embargo, la titular de la Segpres al divisar de reojo a David Sandoval (UDI), quien fue uno de los que se abstuvo, también aprovechó de lanzarle a dos metros de distancia algunos comentarios.
Al retomar la sesión el presidente del Senado, Álvaro Elizalde (PS), le ofreció la palabra a Uriarte, pero ella rehusó y le cedió la alocución a la ministra Ríos, quien agradeció a los legisladores que apoyaron la decisión presidencial, a pesar de la derrota.
Ríos y Uriarte eran las principales damnificadas con el rechazo. La titular de Justicia había sido la encargada de realizar los primeros sondeos entre bancadas antes de que Boric escogiera un nombre. Sin embargo, debido a la falta de redes y los roces que ha tenido Ríos con algunos legisladores oficialistas -en especial con Alfonso de Urresti (PS) y Pedro Araya (independiente PPD), ambos integrantes de la Comisión de Constitución-, se le pidió a Uriarte reforzar los sondeos.
Si bien la derecha enfocó sus críticas en Ríos, a quien le pidieron la renuncia, en el caso de Uriarte había otros factores que profundizaban su desazón.
En primer lugar, la principal rebelión de votos se dio en el PS, colectividad donde milita la secretaria general de la Presidencia. De los siete senadores socialistas, solo hubo tres a favor (Elizalde, Juan Luis Castro y José Miguel Insulza), dos abstenciones (Fidel Espinoza y Gastón Saavedra), Isabel Allende se ausentó por enfermedad y De Urresti viajó fuera del país (aunque igualmente estaba por abstenerse).
Incluso, para reforzar el flanco socialista concurrió al Senado la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, y el diputado Raúl Leiva, pero esas gestiones que se enfocaron en Saavedra fueron infructuosas. Uriarte habló en más de una ocasión con el senador del Biobío.
Además, en segundo término, el conteo de votos era responsabilidad institucional de la misma Segpres, según creen en el oficialismo y en otros ministerios, independiente de que Ríos haya sido la encargada de los primeros sondeos. Eso llevó al Presidente Boric a elegir a Morales sobre la base del diagnóstico errado que él tenía respaldos suficientes en el Senado.
Sin embargo, los hechos muestran que no se ponderó debidamente el desmarque de al menos la mitad de la bancada de RN, de un UDI, de un DC, de dos FREVS y de tres socialistas.
De hecho, Morales solo concitaba simpatías en muy pocos senadores oficialistas (entre ellos Insulza y la PPD Loreto Carvajal). El resto de los legisladores del oficialismo que votaron a favor lo hizo básicamente por lealtad con Boric.
Cercanos a la ministra Uriarte señalan que ella no promovió ningún nombre a fiscal, lo que coincidía con la evaluación negativa que había en el gobierno respecto de los cinco postulantes que presentó originalmente la Suprema. De hecho, algunas fuentes señalan que a Boric tampoco le satisfacía ninguno de los candidatos, pero por descarte y vetos en contra de otros postulantes, se optó por Morales como “mal menor”.
En La Moneda refuerzan que la decisión la tomó el Mandatario tras el levantamiento que hicieron sus ministras y que daba cuenta de que Morales tendría la mayoría para su ratificación. “Morales no era el candidato de la ministra Uriarte”, repiten en Palacio.
Sobre el papel que tuvo la socialista en la búsqueda de votos, en el gobierno destacan que ella asumió un rol inicial en las tratativas y que apoyó en todo momento a la ministra Ríos. Pero -admiten las mismas fuentes- el cuadro era complejo, sobre todo, por las resistencias que se fueron instalando en los últimos días en contra del abogado.
“Para lograr la nominación como fiscal solo faltaron dos votos. En consecuencia, de lo que estamos hablando es de un proceso en que habiéndose obtenido una amplísima mayoría, faltaron dos votos solamente”, dijo el miércoles Uriarte, al hacer un balance de la jornada, eludiendo hacer una autocrítica. Además, apuntó especialmente a los legisladores que se fueron de viaje.
Si bien Yasna Provoste (DC), quien estaba a favor de Morales, fue la única que pidió permiso constitucional, ello no fue suficiente para bajar el piso de ratificación (cada dos permisos baja en un voto el quórum). Ni el socialista De Urresti ni los Evópoli Felipe Kast y Sebastián Keitel presentaron este documento, que en todo caso es voluntario cuando se trata de periplos menores a 30 días. Aunque el gobierno intentó que enviaran estas solicitudes, los tres viajeros se negaron. Detrás de la negativa había una decisión política de no apoyar la proposición presidencial.
La falta de autocrítica fue reforzada por Tohá, quien responsabilizó del resultado a la “campaña sucia” que hubo en la prensa.
Sin embargo, esta mañana, en una entrevista T13 Radio, al ser consultado por las críticas a quienes no presentaron estos permisos constitucionales, Elizalde señaló en tono sugerente: “No quiero entrar en polémica, pero para criticar hay que ser autocrítico”.
Uno de los problemas que evidenció este proceso, advierten parlamentarios oficialistas, es que el gobierno tuvo escasa incidencia en el momento en que la Suprema elaboró su quina (prueba de ello es que ningún nombre agradó mayormente al Ejecutivo) y luego a la hora de conseguir los votos en el Senado.
“Sin duda existe una descoordinación entre el equipo político y el Senado de la República. Nosotros informamos lealmente al gobierno nuestras preocupaciones y que no estaban los votos para apoyar al señor Morales. Me preocupa la información que se le está entregando al Presidente”, dijo la senadora Alejandra Sepúlveda (FREVS), quien se abstuvo frente a la nominación.
Por su parte, esta mañana el Presidente Boric entregó su respaldo a Ríos y a Uriarte, quienes respectivamente son las encargadas de manejar las relaciones con el máximo tribunal y la Cámara Alta. “Quiero entregarle todo mi respaldo a la ministra Marcela Ríos. Creo que ella está cumpliendo un rol importante, que acá se exigía para esta nominación un quórum particularmente alto y que se realizaron todas las conversaciones necesarias. Lo mismo mi respaldo a la ministra Ana Lya Uriarte, por lo tanto, por parte mía no hay cuestionamientos al desempeño de ambas ministras”, manifestó este jueves el Mandatario en un punto de prensa.
Quienes han hablado con el Jefe de Estado, en todo caso, aseguran que ha transmitido que no ve como “dramático” el rechazo de su propuesta, que es parte de la democracia, e insisten en que no había mucho entusiasmo de su parte por la quina presentada por la Suprema.
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