“Tengo que volver a la tercera fila”: la dura derrota de Carlos Larraín por el control de RN

Carlos Larrain
Expresidente de RN, Carlos Larraín. Foto: Andres Perez

Luego de que Paulina Núñez y Rodrigo Galilea pasaran este sábado a la segunda vuelta en las elecciones para presidir el partido, el extimonel de la colectividad -que apoyaba la opción de María José Gatica- se replegará de la primera línea, en lo que supone el primer gran golpe a una figura histórica de la colectividad.


Regresar a la Patagonia, donde tiene sus tierras y sus ovejas, es parte del plan que el expresidente de RN Carlos Larraín tiene luego de haber sufrido una derrota en las elecciones internas del partido que se dieron este sábado. Su lista -liderada por la senadora María José Gatica- no alcanzó el umbral de votos para pasar a segunda vuelta, lo que significó un duro golpe para Larraín, quien es una figura histórica de la colectividad.

En esa estrecha elección, la lista de “don Carlos” (como suelen decirle en RN) solamente logró el 29,8% de los votos, siendo superada por las opciones de la senadora Paulina Núñez (36,8%) y la del senador Rodrigo Galilea (33,4%). Una “dura” derrota para la lista que había sido catalogada como la más conservadora y que promovía una oposición más dura para enfrentar al gobierno del Presidente Gabriel Boric.

Pero el resultado en las elecciones internas además significa una derrota personal para Larraín, quien con sus actuales 80 años llegó a ser uno de los referentes más poderosos del partido. Fue presidente de la tienda por ocho años -entre el 2006 y el 2014-, años que fueron clave para la derecha, pues en 2010 el sector llegó al gobierno por primera vez después del regreso a la democracia de la mano de uno de sus militantes: Sebastián Piñera.

Por esas fechas, “don Carlos” se caracterizó por tener una postura dura frente a la administración de Piñera, siendo el principal exponente del denominado “fuego amigo”. Su figura poderosa también fue mitificada en el partido por su buena situación económica, ya que varios en la tienda acudían a él para pedirle financiamiento en campañas políticas.

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“Tengo que volver a la tercera fila”: la dura derrota de Carlos Larraín por el control de RN. En la imagen, el político durante el Consejo General del partido, realizado en el Hotel W, en 2018.

Además, Larraín siempre intentó potenciar liderazgos como el actual diputado Diego Schalper, o el abogado Francisco Orrego.

Sin embargo, tras dejar la presidencia del partido, estuvo más de nueve años fuera de la primera línea, pero ejerciendo el poder bajo las sombras e influenciando a algunos sectores.

De ahí que su derrota vino a suponer un golpe para su liderazgo y lo que representa en la historia del partido. Esto, porque históricamente las listas respaldadas por Larraín han resultado victoriosas. Por ejemplo, en la última interna estuvo con Francisco Chahuán por sobre Mario Desbordes, mientras que previamente apoyó a la dupla de Desbordes con Cristián Monckeberg.

En RN fue comentada la derrota de Larraín y varios lo atribuyen a un cambio generacional en el partido, que ha apostado a rostros más renovados antes que a las antiguas huestes. También el diagnóstico que se hizo es que si bien la lista de Larraín promovía endurecerse como oposición -el propio extimonel dijo en Tolerancia Cero que “al gobierno hay que apretarlo hasta hacerlo gritar”-, su derrota supone guiños hacia sectores más moderados, como Galilea y Núñez.

En la propia lista de Larraín atribuían el fracaso a dos principales motivos: la breve campaña que duró un poco más de un mes, en consideración que su lista levantó a Gatica a última hora, mientras que la alternativa de Núñez llevaba trabajando mucho tiempo para presidir el partido. Y también la falta de apoyo de parlamentarios, en contraste con la opción de Galilea, quien tiene el apoyo de todos los senadores, y gran parte de los diputados.

En la colectividad también comentan que Larraín perdió poder en su propia zona, Magallanes, donde no consiguió la primera mayoría y fue vencido por Galilea.

De todas maneras, en su lista afirman que el bolsón de votos con que cuentan les permite influir en el partido, y que seguirán promoviendo sus posturas. Larraín, en tanto, se alejará de la primera línea. “Significa que tengo que volver a la tercera fila. Lo que no significa que no siga interesado en la política, como cualquier ciudadano bien nacido, en una situación como la que tenemos hoy día, que es mala. Tengo la obligación de ayudar en lo que se pueda”, dice a La Tercera PM.

Paulina Núñez Rodrigo Galilea
La senadora Paulina Núñez y el senador Rodrigo Galilea.

La negociación que viene

De cara a la segunda vuelta de las elecciones internas de RN, la lista de Núñez y la de Galilea desplegarán una estrategia para captar los votos de la lista de Gatica. Lo cierto es que esta última dejó en suspenso a quién dará el apoyo y oficialmente esperarán a conocer las propuestas de cada uno de sus dos contendores antes de adoptar una decisión.

Lo más probable, dicen en la lista derrotada, es que den libertad de acción a los que apoyaron a Gatica. Se espera que, por estos días, se inicie una negociación entre las distintas fuerzas. En RN dicen que eso se podría reflejar, por ejemplo, en cupos para la carrera parlamentaria de 2025. A Francisco Orrego, excandidato a secretario general de Gatica, le interesa ser diputado y eso es algo que le podrían ofrecer a cambio de un apoyo.

Lo que sí admiten en la lista de Gatica es que tienen mayor afinidad ideológica con Galilea, antes que con Núñez. A la senadora la ven como una opción no tan de derecha y asociada al centro. Votó por el Apruebo en el plebiscito de entrada y tiene como vicepresidente al extimonel Mario Desbordes, con quien Larraín está distanciado y no le perdona “haber entregado” la Constitución en el Acuerdo por la Paz del 15 de noviembre.

La senadora Gatica, además, se distanció de Núñez (de quien era amiga), luego de que su marido, el exasesor Samuel Valenzuela, dejara de integrar su lista en el puesto de secretario general.

En la lista de la senadora por Antofagasta, en todo caso, dicen que los apoyos se dividirán y que no necesariamente los adherentes de Gatica se irán con Galilea. Y eso lo argumentan señalando que las relaciones entre esas dos listas quedaron tensionadas, luego de que las negociaciones para tener una nómina unitaria que enfrentara a Núñez no resultara.

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