The New York Times en el centro de una nueva controversia editorial
La polémica ahora la desató Bari Weiss, quien hasta el lunes ejercía como editora de la sección de opinión y que presentó su renuncia denunciando una cultura laboral “hostil” hacia los empleados más conservadores y de centro.
En la que ha sido calificada como la mejor historia de medios de comunicación en años, el diario The New York Times se encuentra en medio de una nueva controversia que según algunas voces pone en cuestionamiento los pilares esenciales que el periódico dice defender. La última polémica ocurrió el lunes, cuando la entonces editora de opinión, Bari Weiss, anunció su renuncia tras denunciar una cultura laboral “hostil” hacia los empleados de centro y conservadores, y una “atmósfera intolerante”. Su dimisión se conoce semanas después de otra controversia interna por una columna de opinión sobre el caso George Floyd.
En una carta de renuncia en su sitio web, Weiss describió al diario como una institución donde las opiniones de los usuarios de Twitter se convirtieron en el último editor. “Twitter no aparece en el directorio del New York Times”, indico. “Pero Twitter se ha convertido en su editor definitivo. A medida que la ética y las costumbres de esa plataforma se han convertido en las del periódico, el propio diario se ha convertido cada vez más en una especie de espacio de actuación. Las historias son elegidas y contadas de una manera que satisface a la más estrecha de las audiencias, en lugar de permitir a un público curioso leer sobre el mundo y luego sacar sus propias conclusiones. Siempre me enseñaron que los periodistas estaban encargados de escribir el primer borrador de la historia. Ahora, la historia en sí misma es una cosa más efímera moldeada para ajustarse a las necesidades de una narrativa predeterminada”, añadió.
Weiss llegó a trabajar a The New York Times en 2017, para formar parte del equipo de opinión a cargo de James Bennet, quien quería mostrar “las varias sombras del conservadurismo y las muchas sombras que tiene el liberalismo”. Dice que tenía la esperanza de publicar voces que no aparecían en el Times, como los “escritores nuevos, de centro, conservadores y otros que naturalmente no pensarían en el Times como su hogar”. A su juicio, la idea de esto se debía al fracaso del periódico de anticipar el resultado de las elecciones de 2016.
La renuncia de la profesional es la última en medio de la polémica que provocó la publicación de una columna de opinión del senador republicano por Arkansas, Tom Cotton, que pedía la intervención del Ejército para sofocar las protestas tras el asesinato de George Floyd. Los reclamos de muchos lectores por la publicación del texto y sobre todo, de gran parte de la redacción del diario, gatilló en la renuncia a principios de junio del editor de la sección de opinión, James Bennet. Pero el debate interno está lejos de apagarse.
Weiss cuenta en su carta de renuncia enviada al editor general A.G. Sulzberger, que al periódico le tomó dos días y dos puestos de trabajo para decir que la columna de Tom Cotton “no cumplía con nuestros estándares”.
Weiss señaló que el tiempo en el que trabajó en el diario sufrió un “constante bullying” por parte de sus compañeros. “Me han llamado nazi y racista”, escribió. “Mi trabajo y mi carácter fueron abiertamente atacados en los canales de Slack de la compañía, donde los editores regularmente intervienen.” Weiss dijo que fue públicamente calificada de “mentirosa y fanática” en Twitter por los empleados del Times, a los que nunca se les castigó.
El diario The Washington Post señala que los sitios de internet a favor del Presidente Donald Trump y los legisladores conservadores aprovecharon la carta de renuncia de Weiss. Mientras que el senador republicano, Ted Cruz, señaló que era “elocuente, profunda, incisiva y verdadera”.
Por su parte, la escritora de la revista Atlantic, Caitlin Flanagan, tuiteó que la forma en el que el New York Times trató a Weiss “es excesiva. No es civil, no interesa al lector, y espero que salga a la luz la bien documentada cultura del acoso extremo. Esta es la historia de medios más grande en años”.
Mientras que el presentador Bill Maher escribió que “como un lector de muchos años, que en los últimos años ha leído el periódico con creciente consternación por las razones descritas aquí, espero que esta carta encuentre oídos receptivos en el diario. Pero por las mismas razones descritas aquí, lo dudo”.
Pero no todos concuerdan con Weiss y señalan que la exeditora se representa a sí misma como una víctima y argumentan que “la indignación con tintes mafiosos que ha provocado su trabajo es el tipo de libertad de expresión que pretende defender”. “Si toda tu característica es que vas a decir las cosas que crees que las personas no quieren decir, entonces es completamente hipócrita actuar sorprendida cuando hay un revés”, tuiteó la periodista Elizabeth Spiers. “O sugerir que es, de algún modo, injusto, como si todo el mundo te debe el silencio”.
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