Tren de Aragua, migración y petróleo: las primeras señales de Trump sobre Venezuela

En contraste con la ausencia de la crisis en Venezuela en el discurso de investidura de Donald Trump, horas después de que el republicano tomara posesión como el presidente 47° de Estados Unidos, fue su enviado presidencial para misiones especiales, Richard Grenell, el encargado de referirse al tema. En concreto, anunció que mantuvo conversaciones con agentes del régimen de Nicolás Maduro el lunes y que comenzaría las reuniones a primera hora de este martes.

“La diplomacia está de vuelta”, dijo Grenell en un post en X revelando sus llamadas iniciales. “Hablar es una táctica”.

Una fuente familiarizada con el asunto señaló que Grenell, quien se desempeñó como jefe de inteligencia en funciones al final del primer mandato de Trump, planeaba reunirse con funcionarios de la oposición venezolana en Washington este martes.

Grenell conoce muy bien la situación de Venezuela y las relaciones con Estados Unidos, sostiene la revista colombiana Semana. Según reportes de prensa, en octubre del 2020, el alto funcionario cercano al entonces presidente Trump, sostuvo una reunión secreta con Jorge Rodríguez, destacado líder del régimen chavista, con el objetivo de explorar la posibilidad de una transición que implicara la salida del poder de Maduro.

La agencia de noticias Bloomberg, que citó a tres fuentes familiarizadas con el encuentro, asegura que Grenell se reunió en Ciudad de México, en septiembre, con Jorge Rodríguez, quien es presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y hermano de Delcy Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva del país.

Posterior a su investidura, y luego de la firma de numerosos decretos ejecutivos, Trump fue consultado por el tema de Venezuela, en específico por cómo se aseguraría que Maduro acoja a los expulsados tras firmar un decreto sobre la suspensión del programa de admisión de refugiados. “Vamos a ver. Estamos mirando a Venezuela con mucho interés”, respondió el mandatario republicano.

“Es un país que conozco muy bien por varias razones. Fue un gran país hace 20 años y ahora es un desastre”, añadió luego de firmar la orden ejecutiva que designa al Tren de Aragua, un grupo criminal de origen venezolano, y a otros carteles como organizaciones terroristas. Este gesto, según el diario español ABC, marca un nuevo frente en su estrategia contra el chavismo, alineándose con su retórica de “máxima presión”.

La trascendencia conferida al tema migratorio, sostiene el diario español El Mundo, ya levantaba suspicacias en la oposición democrática, ya que se pretendería mantener las deportaciones entre ambos países, para lo que se necesita el acuerdo de Caracas. Sabedor de que ese es su gran as bajo la manga, el gobierno de Maduro recibió desde la distancia a Trump con la propuesta de luchar de forma conjunta contra el Tren de Aragua.

“Como institución garante de la legalidad, estamos comprometidos en la lucha contra el delito y dispuestos a retomar la cooperación penal con el gobierno de Estados Unidos para lograr la extradición de cualquier integrante venezolano de los grupos delictivos transnacionales que cometen crímenes a lo largo del continente”, remarcó el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, en un comunicado publicado en Instagram.

“Una de las barreras que han impedido mayor avance en el juzgamiento de los integrantes del Tren de Aragua es el cobijo que reciben en territorio colombiano. La entrada de estos criminales a ese territorio fue facilitada por el expresidente Iván Duque y su jefe Álvaro Uribe. De Colombia algunos de ellos se trasladaron hacia Estados Unidos a donde entraron con el apoyo de extremistas venezolanos corno Leopoldo López, Miguel Pizarro y Carlos Vecchio, apoyados por el homicida Gilber Caro (por un accidente de tráfico), hoy detenido en ese país: el FBI cuenta con varios testimonios que documentan estas viles acciones”, acusó con un “relato imposible” la Fiscalía venezolana para aprovechar los nuevos vientos, destacó el periódico.

Según El Mundo, uno de los puntos de la propaganda chavista es vincular a la oposición venezolana con el Tren de Aragua, “la banda transnacional que se ha extendido por todo el continente gracias a la connivencia con el régimen revolucionario”, sostiene. Sin embargo, destaca Semana, la administración de Trump considera a este grupo una “fuerza armada irregular vinculada al gobierno de Venezuela, implicada en una incursión depredadora en territorio estadounidense”.

En su discurso de investidura, Trump también destacó su intención de repatriar a los inmigrantes sin papeles detenidos en Estados Unidos por haber cometido delitos, incluyendo a miles de venezolanos. Para ello, buscará que los países de origen, como Venezuela, acepten su regreso, lo que podría ser un punto clave en las futuras negociaciones con el régimen de Maduro.

Al respecto, tras ser consultado sobre si Maduro estaría dispuesto a conversar con Trump para restablecer las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, rotas en 2019, el titular de Interior de Venezuela y primer vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, respondió que es el “jefe de Estado” el “encargado de todas las relaciones internacionales”.

“El presidente lo ha dicho no sé cuántas veces. Respeto es lo único que nosotros pedimos. Nosotros los respetamos a todos. Que nos respeten a nosotros y tendremos relaciones transparentes con quien sea”, afirmó el funcionario. “Si Estados Unidos quiere una relación de respeto, aquí está nuestra mano”, indicó Cabello.

Después de que el expresidente colombiano Álvaro Uribe solicitara una “intervención internacional” en Venezuela para destituir al líder chavista luego de su cuestionada investidura del pasado 10 de enero, la propuesta ha generado olas. Así, la pregunta fue inevitable para Trump luego de la ceremonia de este lunes. Al ser consultado sobre si Estados Unidos buscará sacar a Maduro del poder, el mandatario respondió: “Ya veremos eso. Pero probablemente vamos a dejar de comprarle petróleo a Venezuela, no necesitamos ese petróleo... Tenemos suficiente. Eso va a tener un gran impacto en Venezuela”.

El nuevo equipo de Trump, según fuentes cercanas citadas por ABC, estudia si revoca la licencia que permite a Chevron operar en Venezuela, en un movimiento que podría desestabilizar aún más al gobierno de Maduro y forzar una negociación que facilite su salida del poder.

El recién confirmado secretario de Estado, Marco Rubio, aseguró en su audiencia de confirmación para ese puesto, que EE.UU. debía revisar las licencias que permiten a la petrolera Chevron operar en Venezuela, porque aporta miles de millones al “régimen” de Maduro.

ABC preguntó a Trump si considera un nuevo embargo al crudo, como en su primer mandato, pero dijo que no está claro. En noviembre de 2022, la administración del expresidente Joe Biden otorgó a Chevron una licencia que le permitió reanudar la extracción y exportación de petróleo desde Venezuela hacia Estados Unidos.

Esta decisión se produjo tras un acuerdo en el que Maduro se comprometió a avanzar hacia elecciones presidenciales democráticas, algo que nunca se materializó, y sólo llevó -según denuncia la oposición- al “fraude” electoral del 28 de julio pasado. Ese sector asegura que su candidato, Edmundo González, se impuso al líder chavista en las urnas.

La semana pasada, Trump manifestó su apoyo González después de semanas de silencio que generaron dudas entre líderes opositores. También elogió a la líder opositora María Corina Machado como símbolo de la resistencia democrática en el país sudamericano.

De hecho, González expresó su agradecimiento tras la invitación a la toma de posesión de Trump, concretamente gracias al senador Rick Scott como anfitrión del opositor venezolano. “¡Senador, ha sido un honor! Me quedo con el compromiso de trabajar juntos por el rescate de la democracia en Venezuela”, publicó González en su cuenta en X.

“Ha sido un privilegio poder estar dentro de los pocos invitados. Esto evidencia el compromiso de Estados Unidos con la causa venezolana, nuestra libertad y reconstrucción de la democracia”, añadió. González destacó que “la alternancia, el respeto a la soberanía popular marcan el espíritu democrático de este momento”.

Scott, por su parte, se mostró “increíblemente orgulloso” de asistir a la toma de posesión de Trump “acompañado por el presidente electo de Venezuela, Edmundo González”.