Ucrania acusa a Rusia de “ecocidio”: Destrucción de represa reaviva fantasma nuclear en la guerra

Vista de la destruida represa Nova Kakhovka en la región ucraniana de Kherson, controlada por Rusia, el 6 de junio de 2023. Foto Reuters

Kiev acusó a las fuerzas rusas de volar la represa y central hidroeléctrica de Nova Kakhovka, en el río Dniéper, en la región de Donetsk, mientras que los funcionarios rusos culparon a los ataques militares ucranianos en la zona en disputa.


El muro de una importante represa en una zona del sur de Ucrania controlada por Moscú, se derrumbó el martes y provocó inundaciones, poniendo en peligro a la mayor central nuclear de Europa y amenazó el suministro de agua potable. Mientras, funcionarios de ambos bandos se apresuraban a evacuar a los residentes y se culpaban mutuamente del incidente.

Ucrania acusó a las fuerzas rusas de volar la represa y central hidroeléctrica de Nova Kakhovka, en el río Dniéper, en la región de Donetsk, mientras que los funcionarios rusos culparon a los ataques militares ucranianos en la zona en disputa. Ucrania y Rusia ya se habían acusado previamente de atacar la represa, y en octubre el Presidente Volodymyr Zelensky dijo que Moscú la destruiría para provocar inundaciones. La prensa señaló que no había sido posible verificar las acusaciones.

La portavoz del comando militar del sur de Ucrania acusó a Rusia de volar la represa Nova Kakhovka para evitar que las fuerzas ucranianas cruzaran el río. “Esta es una reacción histérica”, dijo Natalia Humeniuk. “Estaban conscientes de que se produciría el movimiento de las fuerzas de defensa (ucranianas) y de esta manera trataron de influir en las fuerzas de defensa para que no ocurriera el cruce del Dniéper, que temían”, agregó.

En tanto, Andriy Yermak, jefe de gabinete de Zelensky, dijo que “no entendía” cómo podía haber alguna duda sobre si las fuerzas rusas volaron la represa de Nova Kakhovka. En una declaración dada a The Guardian, Yermak destacó que la presa no pudo haber sido destruida por bombardeos o “cualquier otra influencia externa”, mientras que otro asesor del presidente afirmó que el ataque equivalía a un crimen de guerra. “Esto es ecocidio”, agregó.

“El bombardeo de la presa es otro crimen de guerra ruso sin precedentes contra Ucrania, que tendrá consecuencias catastróficas tanto para su población como para otros países. Estos incluyen consecuencias ambientales y económicas, un gran riesgo de radiación y una mayor perturbación grave de la seguridad alimentaria”, comentó Dasha Zarivna, asesora principal de la oficina presidencial de Ucrania, nacida y criada en Kherson.

El colapso se produjo un día después de que funcionarios estadounidenses y rusos dijeran que una contraofensiva ucraniana planeada podría haber comenzado al este del Dniéper. Aunque la represa se encuentra ubicada lejos de los combates, su destrucción –indicó The New York Times- podría desviar la atención y los recursos de la esperada contraofensiva.

Las agencias de noticias rusas afirmaron que la represa había sido destruida por los bombardeos, mientras que un funcionario instalado en Rusia dijo que se trataba de un “ataque terrorista”.

Dmitry Peskov, el portavoz del Kremlin, dijo al Canal Uno que Ucrania había destruido la represa en un acto de “sabotaje deliberado”.

Peskov también afirmó, sin proporcionar pruebas, que Kiev había apuntado a la represa para desviar la atención de su contraofensiva “infructuosa”. El Presidente Putin, que se encuentra en Magadan, en el este de Rusia, no ha hecho comentarios. La televisión estatal lo mostró discutiendo temas de inversión con el gobernador regional.

El techo de una casa se ve en el río Dniéper que se inundó después de que se rompiera la presa de Nova Kakhovka, en Kherson, Ucrania, el 6 de junio de 2023. Foto: Reuters

Ucrania controla cinco de las seis represas a lo largo del río Dniéper, que recorre desde la frontera norte con Bielorrusia hasta el mar Negro y es crucial para el suministro de agua potable y electricidad de todo el país. La represa abastece de agua para beber y para la agricultura.

Zelenskiy ha dicho que “entre 35 y 70 ciudades se inundarán” a lo largo del río Dniéper después de la voladura de la presa de Nova Kakhovka. “Habrá grandes problemas con el agua potable incluso donde no haya inundaciones. En toda la región”, aseguró.

La presa también proporciona agua para enfriar los reactores y el combustible gastado en la planta de energía nuclear de Zaporiyia, pero el organismo de control nuclear de las Naciones Unidas, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), dijo en un comunicado que “no había ningún riesgo de seguridad nuclear inmediato” . El grupo dijo, sin embargo, que estaba siguiendo de cerca la situación.

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“La falta de agua para refrigeración durante un largo período provocaría el derretimiento del combustible (en la central de Zaporiyia). Pero nuestra evaluación actual es que no existe un riesgo inmediato”, dijo el director general de la AIEA, Rafael Grossi.

“El personal del AIEA en el sitio ha sido informado de que el daño a la represa de Nova Kakhovka está provocando actualmente una reducción de unos 5 cm/hora en la altura del embalse. La línea principal de agua de refrigeración se alimenta desde el depósito y se bombea a través de canales cerca de la central térmica hasta el sitio. Se estima que el agua a través de esta ruta debería durar unos días. El agua en el embalse rondaba los 16,4 metros a las 8 de la mañana. Si cae por debajo de los 12,7 metros, ya no se puede bombear”, advirtió Grossi, quien dijo que una visita planificada a la planta se llevaría a cabo la próxima semana.

Según The Guardian, existen preocupaciones a largo plazo, tanto sobre la seguridad como sobre la posibilidad de que la planta vuelva a estar operativa en los próximos años. Un exoperador del reactor y supervisor de turno en la planta, señaló al periódico británico que los seis reactores habían sido cerrados desde que la planta se encontró en primera línea después de la invasión rusa.

Cinco de los reactores están en “apagado en frío”, completamente desconectados y enfriándose, y uno está en “apagado en caliente”, mantenido a entre 200 °C a 250 °C para que sea más fácil reiniciarlos si las condiciones lo permiten, y suministrar calefacción de invierno a los reactores.

Residentes parados en un terraplén del río Dniéper observan el humo que se eleva después de los bombardeos en la orilla opuesta, en Kherson, Ucrania, el 6 de junio de 2023. Foto: Reuters

Unas 16.000 personas se encuentran en la “zona crítica” en la orilla occidental del río Dniéper, controlada por Ucrania, en la región de Kherson, según Oleksandr Prokudin, el administrador militar regional. Los residentes estaban siendo evacuados en bus y tren, y hasta el momento no se han reportado muertes.

Sin embargo, los servicios de emergencia ucranianos que intentaban evacuar a los residentes de las aldeas inundadas fueron bombardeados por las fuerzas rusas, señaló el ministro de Asuntos Internos de Ucrania. “El Ejército ruso continúa bombardeando territorio donde se están llevando a cabo medidas de evacuación. Hace una hora, dos policías resultaron heridos en la zona. Los bombardeos continúan en este momento”, dijo Ihor Klymenko a la televisión ucraniana.

“Peor catástrofe desde Chernobyl”

Las posibles consecuencias medioambientales y sociales a gran escala ocasionadas por el desastre quedaron claras pronto cuando las viviendas, las calles y los negocios empezaron a inundarse río abajo y los equipos de emergencias iniciaron los desalojos. Las autoridades se mostraron preocupadas por el suministro de agua potable en Crimea, la península anexada ilegalmente por Rusia en 2014.

Hasta ahora no había claridad si tanto Ucrania o Rusia se beneficiaría de los daños en la represa, ya que el riesgo de inundación afecta tanto a territorios controlados ambas partes. Patricia Lewis, directora del Programa de Seguridad Internacional del centro de estudios Chatham House, con sede en Londres, indicó a The Associated Press que atribuir la culpa es complicado, pero “hay múltiples motivos por los que Rusia haría eso”.

“Hubo reportes (el otoño pasado) de que los rusos habían minado el embalse. La pregunta que deberíamos plantearnos es por qué los ucranianos se harían esto a sí mismos, dado que es territorio ucraniano”, agregó.

Los expertos ya habían indicado que la estructura estaba en mal estado. David Helms, un científico estadounidense retirado que monitorea el embalse desde el inicio de la guerra, dijo a la agencia en un correo electrónico que no estaba claro si los daños eran deliberados o una simple negligencia de las fuerzas rusas que ocupan las instalaciones. Pero Helms se reservó su opinión apuntando también al historial ruso de ataques a represas.

Una imagen satelital muestra la presa Nova Kakhovka dañada, en medio del ataque de Rusia a Ucrania, en la región de Kherson, Ucrania, el 6 de junio de 2023. Foto: Reuters

En medio de la indignación institucional, el Presidente Zelensky dijo que convocó una reunión urgente del Consejo de Seguridad Nacional. Según afirmó, las fuerzas rusas provocaron una explosión dentro de la estructura de la represa a las 02:50 de la madrugada y unos 80 asentamientos estaban en peligro.

El Centro Mundial de Datos para Geoinformática y Desarrollo Sostenible, una ONG ucraniana, estimó que casi 100 poblados y ciudades quedarían anegados y calculó que el nivel del agua no comenzaría a bajar hasta pasados entre cinco y siete días.

Un colapso total de la represa arrasaría gran parte de la orilla izquierda del río, según el grupo de trabajo Consecuencias Ambientales de la Guerra en Ucrania, una organización de activistas y expertos que documentan los efectos ambientales del conflicto.

Mykhailo Podolyak, asesor de Zelensky, dijo que “en este momento se está produciendo un desastre ecológico global, online, y miles de animales y ecosistemas se destruirán en las próximas horas”.

El exministro de Ecología de Ucrania, Ostap Semerak, comentó a The Guardian que, en su opinión, el enfriamiento de la planta nuclear era la mayor amenaza que representa actualmente el daño a la represa, pero que podrían surgir otros peligros en los próximos días y semanas a medida que las aguas de las inundaciones engullen ciudades, gasolineras y granjas, contaminadas por agroquímicos y productos derivados del petróleo y luego desembocan en el mar Negro.

“Esto tendrá un impacto en Rumanía, Georgia, Turquía y Bulgaria. Será perjudicial para toda la región”, dijo. “Nuestro gobierno ha anunciado que esta es la mayor catástrofe ambiental en Europa en los últimos 10 años, y creo que puede ser la peor en Ucrania desde Chernobyl en 1986″, aseguró.

Videos publicados en internet ofrecieron las primeras pruebas del derrame: uno mostró cómo el agua anegaba una larga carretera mientras que en otro un castor trataba de escapar de la crecida corriendo a zonas altas.

El incidente generó indignación a nivel internacional, incluyendo la del canciller de Alemania, Olaf Scholz, y la del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien dijo que el “intolerable acto (...) demuestra una vez más la brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania”.

John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, señaló que Estados Unidos está “evaluando” el ataque a la presa de Nova Kakhovka. “Todavía estamos tratando de evaluar lo que sucedió aquí, pero los rusos se habían apoderado ilegalmente de esa presa en el embalse hace muchos meses y la estaban ocupando cuando ocurrió esta explosión”, comentó.

“Está muy claro que la destrucción deliberada de infraestructura civil no está permitida por las leyes de la guerra, y en el protocolo adicional a la Convención de Ginebra que los propios rusos firmaron, la destrucción de infraestructura civil, como represas, están claramente articulados en sus violaciones de ese código”, agregó.

La represa de Nova Kakhovka estaba completamente destruida, indicó la empresa hidroeléctrica ucraniana, que explicó en un comunicado que “no puede ser restaurada”. Ukrhydroenergo afirmó también que Rusia voló la planta desde dentro de la sala de motores.

El alcalde nombrado por Rusia para Nova Kakhovka, Vladimir Leontyev, dijo que el agua estaba empezando a llegar a la ciudad, que estaba siendo evacuada. Indicó que los numerosos ataques sobre la planta hidroeléctrica de Nova Kakhovka destruyeron sus válvulas y el “agua del embalse ha comenzado a fluir de forma descontrolada río abajo”.

Las autoridades, los expertos y los residentes llevan meses expresando su preocupación por el flujo de agua en la infraestructura. En febrero, el nivel del agua era tan bajo que muchos temían que se produjese una fusión en la central nuclear de Zaporiyia, cuyos sistemas de refrigeración se abastecen del agua procedente del embalse contenido por la represa.

A mediados de mayo, tras las intensas precipitaciones y el deshielo, el nivel del agua subió por encima de lo normal y anegó localidades más cercanas. Las imágenes satelitales mostraron cómo el agua rebasaba las dañadas compuertas de la presa.

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