Vigilias, ceremonias y protestas: a un año del ataque de Hamas en Israel
Mientras en Israel se realizan actos conmemorativos del letal ataque de Hamas el 7 de octubre de hace un año, Israel envía más tropas al Líbano para combatir a Hezbolá y amplía los bombardeos en Gaza.
Israel celebró el lunes solemnes vigilias, ceremonias y actos conmemorativos en el primer aniversario del día más mortífero en su historia, los ataques liderados por Hamas del 7 de octubre de 2023, en los que murieron unas 1.200 personas y otras 250 fueron secuestradas.
El ataque gatilló una respuesta de Israel contra Gaza que ha dejado más de 40 mil muertos y una crisis humanitaria en el enclave sin precedentes. El Ministerio de Salud también informó de que al menos 97.166 personas han resultado heridas. Es probable que miles más se hayan perdido entre los escombros del territorio.
En Israel se registraron numerosas ceremonias, conmemoraciones e incluso protestas en las afueras de la casa del primer ministro, Benjamin Netanyahu, pidiendo el regreso de los rehenes que aún permanecen secuestrados por Hamas. Mientras que las Fuerzas de Defensa de Israel ampliaron las operaciones enviando más tropas hacia el Líbano, hogar de Hezbolá, haciendo crecer el temor de un mayor conflicto regional.
A los palestinos del norte de Gaza se les pidió que huyan a Al-Mawasi, en la costa sur, una denominada “zona humanitaria” donde se refugian aproximadamente un millón de desplazados. Mawasi, que ha sido blanco de mortíferos ataques aéreos israelíes, está gravemente sobrepoblada y las agencias de ayuda tienen dificultades para proporcionar incluso los servicios más básicos.
Hamas lanzó la mañana del lunes una andanada de misiles, encendiendo las alarmas de Tel Aviv. Los servicios de emergencia reportaron dos heridos de leve intensidad.
Israel avanzó con tanques hacia Jabalia, el mayor de los ocho campos históricos de refugiados urbanos de la Franja de Gaza, reportó la agencia de noticias Reuters. El ataque al centro de refugio se realizó vía terrestre y aérea, dejando un saldo de cinco palestinos muertos, dijeron médicos locales al citado medio.
Conmemoraciones y reflexión
Aquella mañana del 7 de octubre de 2023 ni siquiera la poderosa inteligencia israelí esperaba un ataque de tal magnitud. Menos lo hacían las 1.139 víctimas del ataque o los 254 rehenes tomados ese día. En el detalle, 695 civiles israelíes, incluidos 36 niños, fueron asesinados un año atrás, mientras que 373 miembros de las fuerzas de seguridad y 71 extranjeros se sumaron a la trágica lista entregada por la seguridad social del país.
Yohanan Tzoreff, investigador del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv, dijo a La Tercera que “por supuesto que Israel no sabía ni esperaba el ataque. Fue un gran error de la inteligencia israelí. Todos los detalles estaban sobre la mesa, pero las interpretaciones eran erróneas. No es algo radical, puesto que así es el Ejército israelí, en cada crisis tarda algún tiempo hasta que llega a la conclusión correcta y empieza a trabajar bien. Hay otra regla en el caso de las guerras en Israel: no se inicia una guerra, se está obligado a luchar porque hay un montón de enemigos que están comprometidos en empujarlo fuera de la zona”.
La respuesta de Netanyahu fue dura, y poco ha cambiado en un año de conflicto: quiere “eliminar” a Hamas de la faz de la tierra, y recuperar a los 101 rehenes de los que todavía no se sabe su paradero. Y es ese último punto el que más críticas ha suscitado al interior de Israel.
Este lunes, cerca de las 06:29 a.m. hora local, momento en que se estima que puso en marcha el ataque de Hamas, diversas ceremonias y manifestaciones se realizaron en la nación. Cerca de 300 personas llegaron a las afueras de la casa del primer ministro para demostrar su descontento por la ausencia de sus familiares secuestrados.
“Seguimos atrapados en el 7 de octubre de 2023, en un día interminable de terror, miedo, ira y desesperación”, dijo a Reuters Yuval Baron, cuyo suegro Keith Siegel está en manos de Hamas, en Gaza. Junto a él, familiares mostraban pancartas de sus seres queridos y guardaban un minuto de silencio por los muertos de la guerra.
“Queríamos comenzar este día juntos para recordarnos a nosotros mismos, a nuestro primer ministro y al público de Israel que, aunque es un día de duelo, todavía existe una misión sagrada para traer de regreso a los rehenes”, añadió.
Liora Eilon, mujer de 71 años cuyo hijo vivía en el kibutz Kfar Aza, uno de los puntos en que el ataque de Hamas cayó con mayor fuerza, lamentó el abandono del Estado para con las víctimas del atentado.
“¿Cómo puedo confiar en el gobierno que me abandonó aquí, que me traicionó y que me prometió que mi familia estaría a salvo aquí?”, dijo a AP. Su hijo Tal, de 46 años y comandante de la defensa civil de Kfar Aza, murió en los primeros instantes del ataque, cuando corría a buscar su arma. “El gobierno quiere que regresemos a Kfar Aza, pero necesito más para sentirme segura”, añadió.
Las conmemoraciones también llegaron a uno de los puntos insignes del ataque de hace un año: la fiesta de música Nova en la que al menos 364 jóvenes murieron cerca de la frontera con el enclave. Allí asistieron cientos de familiares de las víctimas junto con el presidente israelí, Isaac Herzog.
“Cuando estamos aquí, estamos cerca de nuestros seres queridos”, dijo a The Associated Press Sigal Bar-On, cuya sobrina, Yuval Bar-On, de 25 años, y su prometido Moshe Shuva, de 34, murieron en el ataque a dos meses de haberse casado.
Yohanan Tzoreff señaló a este periódico que “hay mucha tensión entre Israel y sus vecinos, porque están comprometidos con la cuestión palestina y no pueden ignorar a los civiles que perdieron la vida durante los bombardeos de la aviación israelí. Pero al mismo tiempo aceptaron y comprendieron la reacción israelí por el bárbaro ataque contra Hamas el 7 de octubre de 23. Ahora, después de un año desde el comienzo de esta guerra, estos países tienen que hacer frente también a la presión interna de su público, que apoya a Hamas”.
Si bien Netanyahu aún no logra completar su objetivo de eliminar a Hamas, gran parte de su atención en las últimas semanas se ha centrado en su otro rival, al norte del país. Se trata de Hezbolá, la otra milicia islamista apoyada por Irán que opera desde el Líbano. La reciente escalada, que incluyó asesinatos a la cúpula del partido político y un ataque masivo e indiscriminado con beepers o localizadores, ha tenido una serie de consecuencias bélicas.
Tras una serie de bombardeos -con uno especialmente grande, liderado por Irán mismo-, la situación creció hasta una invasión terrestre a territorio libanés, el que se amplió a un año del ataque de Hamas, afirmaron autoridades israelíes este lunes.
También hubo respuesta de la milicia del Líbano, relataron medios internacionales. Haifa, la tercera ciudad más grande de Israel, fue el objetivo de misiles de Hezbolá durante el lunes, mientras el país de mayoría judía anunciaba bombardeos contra objetivos en el sur del Líbano, pero también contra los suburbios de Beirut, donde parte de la cúpula del grupo islamista se refugia. Al mismo tiempo, informaron de la muerte de dos soldados israelíes en combate en la zona fronteriza, lo que eleva a 11 las bajas en el conflicto terrestre.
Gaza, Hamas y destrucción
En Gaza no solo hay más de 41.000 palestinos en este año de guerra, sino que también han sido desplazados forzadamente de sus hogares la mayoría de los 2,3 millones de habitantes del enclave. Junto a ello, un bloqueo en el acceso a la ayuda humanitaria ha provocado una dramática hambruna en una población que no puede acceder a trabajo, dinero, hogar y, por ende, a comida.
“Perdimos todo lo que teníamos”, se lamentó Liyala al-Shanar con AP, quien huyó de su ciudad natal en Gaza. “Vivimos en una tienda de campaña que no nos protege del frío del invierno ni del calor del verano”.
La crisis en Gaza a un año del ataque de Hamas es también de infraestructura. Una comparación entre los peores momentos de los conflictos más importantes de los últimos años realizada por El País es clarificadora. Entre febrero y marzo de 2022 la guerra en Ucrania contabilizó 100 bombardeos diarios; Afganistán, en todo 2019, recibió 20 al día; en agosto de 2017, Irak y Siria vieron la caída de 164 bombas diarias, y luego está Gaza. Entre el 7 de octubre y el 2 de noviembre de 2023, es decir, en un pazo de menos de un mes, se registraron 846 bombardeos contra su territorio.
Un análisis de Reuters concluyó que la ofensiva israelí ha dejado aproximadamente 42 millones de toneladas de escombros apilados en lugares donde antes solía haber casas, mezquitas y escuelas.
Pero pese a la destrucción del territorio, del sufrimiento de los palestinos en Gaza y lo diezmado de sus fuerzas, Hamas, que gobierna de facto el enclave desde 2007, no afloja en sus intenciones de atacar a Israel, como quedó en claro durante la conmemoración.
Cuando el calendario marca un año desde el inicio de las hostilidades, los dos primeros grupos en entrar en conflicto se acusan de presentar propuestas imposibles de cumplir en las negociaciones para una tregua, alargando una guerra que semana a semana amenaza con escalar a nivel regional.
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