10 episodios del caso contra el exalcalde Raúl Torrealba

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Raúl Torrealba. Foto: Mario Tellez / La Tercera.

Aquejado por problemas de salud y cuestionado laboralmente por quien fuera su jefe y amigo por años, Domingo Prieto decidió confesar y abrió una caja de Pandora. A más de un año y con dos querellas presentadas, la fiscalía suma más de 1.400 documentos que ponen en entredicho la administración del histórico jefe comunal de Vitacura. Estos son los puntos esenciales de la causa.


La pelea y confesión que sellaron el inicio de la indagación

La última vez que Raúl Torrealba y su amigo Domingo Prieto conversaron, el exalcalde seguía en el puesto y acusó a su colaborador de tener desorden contable en las organizaciones que este tenía a su cargo: VitaSalud, VitaEmprende y VitaDeportes. No conforme con el reproche, Prieto le aseguró que si lo despedían revelaría las irregularidades que estaban detrás de dichas corporaciones. Y como finalmente fue desvinculado, cumplió con su amenaza.

En julio de 2021, el ya exdirector llamó a la asesora financiera municipal, Ximena Núñez, y en una reunión en su casa le reveló una serie de anomalías que estaban ocurriendo desde hacía años.

Prieto confesó que, a través de VitaDeportes y del Consejo Local de Deporte, entre 2001 y diciembre de 2020, “todos los meses se le entregaban $ 6 millones en efectivo al exalcalde y $ 2 millones a Antonia Larraín, quien era directora (S) de Desarrollo Comunitario.

Junto con eso, le contó cómo se obtenían estos dineros y otros hechos irregulares, lo que desencadenó que Núñez le sincerara todo a la alcaldesa Camila Merino, sucesora de Torrealba, quien decidió denunciar ante la fiscalía.

Las fórmulas para obtener fondos

Considerando las confesiones que le había hecho Domingo Prieto, Ximena Núñez expuso en su declaración ante la fiscalía detalles del mecanismo que tenía Torrealba y su círculo para obtener de manera irregular recursos.

Como indicó el 31 de agosto de 2021, una de las fórmulas era a través de los dineros que se generaban por los espacios públicos para publicidad que la municipalidad transfería a la Corporación Cultural y a VitaDeportes, entidades que los concesionaban. Ambas entidades no debían informar de esos pagos, por lo que “no estaban obligados a rendirlos en la subvención. Eran ingresos de libre disposición”, señaló en su declaración Núñez.

Junto con eso, la asesora declaró que Prieto le aseguró que, además, parte de los dineros que ingresaban por arriendo y otros servicios vinculados a la piscina municipal “no iban a la contabilidad, ya que quedaban para pagar al alcalde Torrealba y a Antonia Larraín”.

Adicionalmente, también se habría conseguido recursos a través de la contratación de una empresa para la mantención de la piscina, la que “se adjudicaba a través de una licitación arreglada”, afirmó Núñez.

El rol del círculo de hierro del exalcalde

Según se establece en distintos documentos que ha obtenido la fiscalía, Raúl Torrealba tenía una serie de colaboradores que le habrían facilitado las irregularidades por las que se le indaga. Estos, de hecho, son individualizados tanto en la querella interpuesta por el CDE como en la de la Municipalidad de Vitacura.

Domingo Prieto era uno de los más cercanos, su amigo. Él se desempeñó en distintas organizaciones comunitarias del municipio entre 1998 y 2021; Renato Sepúlveda (RN) es otro de ellos, y quien ejerció como director de Desarrollo Comunitario entre 2008 y 2010, y entre 2014 y 2018.

Se suma Antonia Larraín, amiga de una de las hijas de Torrealba y quien trabajó entre 2005 y 2021 en el municipio, ocupando distintos cargos; Augusto Silva y Arnaldo Cañas, ambos contadores, son otras dos piezas clave, pues ambos se desempeñaron en el Consejo Local de Deportes y en otros Vita.

Como se ha podido develar hasta ahora, los imputados desarrollaron una serie de procedimientos para apropiarse de dineros desde entidades vinculadas a la municipalidad que, según han señalado, llegaban a manos del entonces alcalde.

¿Viajes a Colico auspiciados por el municipio?

En la carpeta del caso se incluye la declaración de uno de los conductores de Torrealba: Ulises Quintana. Y ahí da cuenta de la modalidad que tenía el ex RN para viajar a su casa en Colico, en La Araucanía, habitualmente dos veces al año y en supuesta comisión de servicio.

En algunas oportunidades, según sostuvo Quintana, Torrealba realizaba estos trayectos acompañado de otros funcionarios municipales, pues justificaban que iban a entregar ayuda a comunas de La Araucanía. Durante estos recorridos, que generalmente comenzaban un día jueves y se extendían hasta el domingo, la estadía y comidas las realizaban en la casa del exalcalde en Colico. Pero a pesar de ello, tanto a Torrealba como a los funcionarios se les pagaba el viático.

A fines de año, como dijo el mismo personero, el entonces alcalde también acostumbraba invitar a su círculo de confianza a su casa del sur, bajo la misma modalidad.

Quintana explicó que su trabajo consistía en movilizar a Torrealba, pero él como chofer se iba en auto desde Santiago a las cuatro de la madrugada para coincidir con la hora en que el exalcalde llegaba al aeropuerto en el sur.

El contrato, los pasajes y el viático de $100 mil diarios para una hija de Torrealba

En la misma conversación que tuvieron Domingo Prieto y Ximena Núñez en junio de 2021, el hoy testigo clave también confidenció que se habrían usado recursos de las “Vita” para una de las hijas de Torrealba. “Me contó que le hicieron un contrato a la hija del alcalde, parece que se llama María José, le dicen Coté Torrealba, para traerla desde España con pasajes y viáticos pagados por VitaDeportes”, contó Núñez ante la fiscalía.

Cuando los investigadores interrogaron a Domingo Prieto sobre este punto, el hombre declaró que “aproximadamente el año 2000 me solicitó directamente Raúl Torrealba realizar un estudio de las instalaciones y actividades deportivas de la comuna para lo que debía contratar a su hija María José”.

El exdirector de las “Vita” continuó confesando que “se le tuvo que pagar de viático $ 100 mil diarios, en un viaje que esta realizó a Santiago por alrededor de 10 días, ya que residía en Barcelona. Respecto de los servicios que ella habría realizado, tengo que indicar que esta contratación no se justificaba (...) Asimismo, nunca se entregó un informe por el supuesto servicio prestado, y si existió yo nunca lo vi”, sentenció.

La falsificación de firmas para recibir subvenciones y dineros por publicidad

Carolina Valiente, directora de operaciones de VitaSalud, reaccionó con sorpresa ante un correo electrónico que recibió en julio de 2021. “Me invitaban a participar de la junta de socios de VitaDeportes, hecho que me pareció extraño, debido a que nunca había firmado ni participado en esa organización”, expresó ante la fiscalía. Tras revisar el libro de socios de la corporación, la mujer se percató de que su firma aparecía registrada en siete asambleas diferentes. “Falsificaron mi firma”, fue la conclusión de Valiente al ver los documentos.

Esta práctica fue confirmada por Cecilia Sanhueza, secretaria del Consejo Local de Deportes de la comuna. “En varias oportunidades, César Silva y Domingo Prieto me presionaron para falsificar firmas de las personas que ellos decidían registrar (...) Esto con la finalidad de obtener los certificados de vigencia otorgados por la municipalidad, para poder optar a las subvenciones municipales o los beneficios monetarios”. Entre esos ingresos estaban los dineros por el arriendo de las paletas publicitarias, lo que, según declaraciones de testigos, sería una de las fuentes del dinero que luego se haría llegar en sobres a las manos de Torrealba.

El “apoyo” financiero a los concejales afines

En medio de su declaración del 18 de noviembre de 2021, Domingo Prieto reveló que fondos municipales se utilizaron para financiar arriendos de sedes políticas para concejales.

“Entre los años 2002 al 2016, aproximadamente, por solicitud personal de Raúl Torrealba, VitaDeportes debió asumir los pagos de los arriendos de las sedes políticas y sus arreglos por remodelaciones, utilizadas por el alcalde y sus concejales afines”, sinceró en ese entonces.

Detalló que en ese grupo estarían Max del Real, Macarena Bezanilla, Cristián Araya, Aldo Sabat, María José Domínguez y Catalina Recordón. Agregó, asimismo, que este correspondía a un apoyo a fin de que resultaran reelectos en los cargos, lo que concretó en varios casos. “Las instrucciones eran ‘necesito una sede (política) para mí y mis concejales’”, sostuvo Prieto, agregando que en la última elección se gastó en arriendo mensual la cantidad aproximada de $ 2.800.000.

Prieto, además, aseguró que también hubo desvíos de fondos para apoyar la candidatura a diputado del sobrino del exalcalde, Sebastián Torrealba, en 2016.

Araya y Torrealba han desmentido haber recibido aportes.

$7 millones en un cosmetiquero

El 23 de agosto de 2021, a las 10.05 horas, llegaron hasta la residencia de Raúl Torrealba, en Vitacura, funcionarios de la PDI con una orden de entrada y registro, procedimiento en medio del cual se incautarían una serie de pruebas que forman parte de la investigación.

Una vez dentro del inmueble del exalcalde, los funcionarios de la policía civil registraron una sala de estar en la que estaba el escritorio del exjefe comunal, y al abrir el cajón del mueble se encontraron diferentes elementos, entre papeles, libretas, mascarillas, audífonos, etc.

Pero al final del cajón había un bolso que fue destacado por la policía. Se trataba de un cosmetiquero de color naranja, donde había 350 billetes de $ 20.000, los que sumaban siete millones de pesos.

En el mismo mueble, la PDI encontró dólares enrollados con un elástico. Los funcionarios contabilizaron US$ 1.101, más de 900 mil pesos.

Durante esa misma diligencia, los detectives también incautaron una serie de documentos, además de libretas, pendrives y dos computadores que estaban sobre el escritorio de Torrealba. La operación se extendió por dos horas, concluyendo a las 12.15 horas.

Los papeles y evidencias triturados del Consejo Local de Deportes

Como se ha mencionado, la confesión de Domingo Prieto a Ximena Núñez, asesora financiera de la Municipalidad de Vitacura, es clave en esta causa. De hecho, buena parte de lo que hoy se conoce de la indagación es fruto de ella.

Y es que en esa conversación, el examigo de Torrealba parece no haber ocultado nada: “Me contó que la gente de varios ‘Vita’ se había dedicado a triturar papeles y destruir evidencias, nombrando a César Silva, Arnaldo Cañas y Carlos Galleguillos”, declaró Núñez ante la fiscalía. Silva y Cañas eran los contadores de las corporaciones y hoy son testigos en la causa.

Esa versión tuvo respaldo en el testimonio del encargado de supervisión y aseo del Consejo Local de Deportes. “En enero de 2021 vinieron al consejo el director de la piscina, Carlos Galleguillos, junto a la secretaria del mismo consejo, Cecilia Sanhueza (...) Llegaron a la oficina a revisar y destruir documentación que no servía, separando documentación que posteriormente vino a retirar el ayudante del contador, don Arnaldo Cañas”, reveló Meneses en su declaración judicial.

¿Qué documentación fue la que se destruyó? Aún es un misterio.

La desesperación de un exalcalde bajo lupa

Presentada la denuncia por parte de la nueva alcaldesa Camila Merino en el Ministerio Público, tras evidenciar posibles irregularidades de la antigua administración, se desencadenaron una serie de diligencias por parte de la PDI. Hubo allanamientos, toma de declaraciones y también se interceptaron teléfonos, incluido el de Torrealba.

Producto de esas escuchas quedó registrado en la carpeta investigativa cómo el exjefe comunal enfrentó las primeras semanas bajo la lupa de la fiscalía, o al menos cómo se lo comunicó a parte de sus cercanos.

Así, según consta en las transcripciones telefónicas, fue un duro golpe para él.

“Me crucificaron al día uno po’ hue..., si durante dos semanas no he soltado ningún diario... me allanaron la casa en Santiago”, le comentó a una persona que no aparece individualizada, mientras que al arquitecto Felipe Assadi, entonces director de la Corporación Cultural de Vitacura, le dijo: “Desterrado al sur po’ hue... Despojado de todo el mundo”.

Producto de la investigación en curso, además, Torrealba reconoce en una conversación con su hijo que se vio forzado a borrar cientos de mensajes de WhatsApp.

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