Alexander Dugin: “El Rasputín de Putin”que inquieta a Occidente
El filósofo ruso sería uno de los principales asesores del mandatario. Es conocido por fundar un movimiento que promueve la idea de una Gran Rusia que se extendería desde Medio Oriente hasta el Pacífico. Por otro lado, posee vínculos con el peronismo argentino y ha visitado ese país en varias ocasiones.
Aunque no tiene un puesto oficial en el gobierno ruso, es un influyente de los asesores político y militar del Presidente Vladimir Putin, al punto que muchos lo han denominado como su “Rasputín”, en alusión al místico y consejero del último zar de Rusia, Nicolás II. Se trata de Alexander Dugin, el filósofo de 60 años que presume de ser un ideólogo geopolítico muy importante en su país y que defiende la vuelta de una Rusia imperial a través del eurasianismo.
Dugin es conocido por haber fundado Eurasia en 2000. Un movimiento que promueve “la idea de una Gran Rusia que se extendería desde Medio Oriente hasta el Pacífico”. Eurasia apoya la política exterior de Putin.
En una columna del periodista Manuel Florentín, publicada en 2014 por el diario El País, se señala que Dugin es “difusor de las ideas de la Nueva Derecha, llama al eurasianismo Cuarta Teoría Política”. Su libro Los fundamentos de la geopolítica, considerado biblia del eurasianismo, dice el periódico español, “es muy leído entre políticos y militares”. Esto debido a que plantea una alianza estratégica con Irán, Turquía y los países árabes de Medio Oriente, pueblos a los que imputa un modelo social más solidario que el capitalismo y la globalización que identifica con el mundo anglosajón, las “islas periféricas”.
“Dugin vio en Putin al llegar al poder la materialización del eurasianismo. En las movilizaciones de 2008, los militantes del Movimiento Eurasiático se lanzaron a la calle contra los opositores a Putin. Según éstos, el movimiento de Dugin tiene al apoyo del gobierno. No hay pruebas, pero lo que sí parece evidente es que, por los artículos que publica Dugin -incluso en Financial Times-, hay sintonía con Putin”, añade.
El filósofo, dice el portal Impakter, también ha estado bien posicionado para influir en Putin a través de su relación como exasesor de Sergei Naryshkin, un miembro clave del oficialista partido Rusia Unida. Naryshkin fue nombrado jefe de la inteligencia exterior rusa en 2016. Como la mayoría de los hombres poderosos de Rusia, Naryshkin tiene vínculos directos con Putin desde su juventud, cuando eran compañeros de estudios en un grupo de la Escuela Superior del KGB.
Sin embargo, la influencia de Dugin no se basa solo en una amistad con Naryshkin. Dugin, un escritor prolífico, estableció su propia presencia en la radio, la televisión y en internet con el sitio web “geopolitica.ru”. Ha creado muchas revistas, una editorial, Arktogaia, y fundó en 1998 el proyecto New University para difundir sus ideas por todas partes.
Dugin aboga por la creación de un imperio ruso antioccidental y considera que Estados Unidos y Rusia son los centros de dos bloques que eternamente estarán enfrentados, algo que se ha visto acrecentado debido a la globalización. Es por ello que el mediático filósofo ruso propone alianzas para que Moscú recupere su posición de liderazgo internacional, algo que perdió al desaparecer la Unión Soviética en 1991. Es más, Putin, en abril de 2005, en el Kremlin, lo dijo claramente: “El fin de la URSS fue la catástrofe geopolítica más grande del siglo XX”.
“Dugin es más que otro polémico ultranacionalista ruso. Durante la última década, ha ejercido una profunda influencia sobre las políticas del Kremlin. Mientras escribo, ahora podemos hablar de una renovada Guerra Fría contra Occidente iniciada por Putin”, destacó el portal Impakter.
Alexander Gelievich Dugin nació el 7 de enero de 1962 en Moscú. Su padre fue teniente general de la Dirección Principal de Inteligencia del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de la Unión Soviética. A partir de 1980, se familiariza con un grupo de tradicionalistas: Gejdar Dzhemal, Evgenij Golovin, Yurij Mamleev, Vladimir Stepanov y Sergej Zhigalkin.
Desde 1990 a 1992, trabajó con los archivos desclasificados del KGB, a partir de los cuales preparó una serie de artículos para periódicos y revistas, libros y el programa de televisión “Secretos del siglo”, transmitido por Canal Uno.
En 2007, Dugin fue expulsado de Ucrania por hacer campaña entre los rusos a favor de la secesión, indicó el diario El País. Al año siguiente, anunció en Osetia que los blindados rusos intervendrían en Georgia, lo que luego ocurrió. En julio de 2013 manifestó en Moldavia -país con un conflicto latente en la región de Transnitria de mayoría rusa- que Estados Unidos no tenía capacidad para defender a los países postsoviéticos y que si alguien encendía la mecha “el poderío militar de Rusia sería suficiente para zanjar el asunto”.
A nivel latinoamericano, Dugin tiene contactos con el peronismo argentino y ha visitado en varias ocasiones Argentina. “Me gusta muchísimo su país, la cultura argentina, la filosofía argentina, (el filósofo) Carlos Astrada, la cultura del gaucho, esta identidad, esta identidad profunda que se siente en Argentina a pesar de la modernización”, dijo al presentarse en una conferencia en noviembre de 2017 en la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas.
Previamente, en abril de 2016, dictó otra serie de conferencias sobre el 70° aniversario del Congreso Nacional de Filosofía de Mendoza.
“Los puntos de contacto entre el putinismo ruso y el peronismo argentino pueden sonar insólitos, incluso descabellados. Pero es contra esta percepción que Dugin ha trabajado para explicar que el eurasismo, el modelo de expansión continental rusa basado en los vínculos de distintas sociedades tradicionales asentadas en Europa del Este y Asia pero con intereses estratégicos comunes, puede dialogar con una potencial alianza del continente latinoamericano como la que, en su momento, Perón proyectó entre Argentina, Brasil y Chile”, escribió en octubre de 2020 el novelista Nicolás Mavrakis en Infobae.
Pese a los titulares que lo han definido como “el cerebro de Putin”, “el Rasputín de Putin” o “el enemigo número uno de Occidente”, Dugin dijo en 2019 al diario español El Confidencial que “todo eso son caricaturas”. “Soy el enemigo de la hegemonía liberal occidental porque critico sus tesis (...) En ese sentido, sí que puedo ser peligroso para Occidente y sus élites globalistas”, comentó.
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