Columna de Andrea Huneeus: Consentimiento y competencia

Consentimiento
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Por Andrea Huneeus Vergara. Ginecóloga Infanto Juvenil de Clínica Alemana y Magíster de Salud Pública Materno- Infantil.

Los casos de abuso sexual que han remecido a nuestro país han relevado la importancia de manejar adecuadamente el concepto de consentimiento cuando las personas tienen relaciones sexuales. Es muy importante que en este tema no haya dudas ni interpretaciones, no sólo por las consecuencias legales que esto puede tener, sino ante todo por la relevancia que tiene para la construcción de relaciones sanas.

El consentimiento es la exteriorización de la voluntad entre personas para aceptar participar en un acto sexual. Es un requisito imprescindible para tener un encuentro sexual, porque sin consentimiento, un acto sexual es abuso sexual.

El consentimiento sólo es posible entre individuos competentes, es decir, en condiciones mentales adecuadas para tomar la decisión, sin ser víctimas de coerción. Por lo tanto, cuando la persona no es competente, el consentimiento no es válido. Esto significa que cuando las personas están bajo los efectos del alcohol y/o drogas no pueden consentir. Aunque una persona intoxicada muestre interés por participar en conductas sexuales, su consentimiento no debe considerarse válidamente emitido. Lo mismo ocurre con niños y niñas. En Chile la edad legal para consentir comportamientos sexuales son los 14 años, ya que antes no se cuenta con la madurez moral y no se consideran competentes para tomar decisiones sexuales.

¿Como saber si la persona desea o no participar en un acto sexual? La forma más fácil es preguntar. ¿Quieres que te dé un beso? ¿Quieres tener sexo? Lo más específico posible para cada práctica sexual. La respuesta debe ser un sí claro y entusiasta. Además, si la pareja cambia de opinión durante el sexo, el acto debe detenerse inmediatamente. Decir “no” nunca debe considerarse como un juego. “No” significa “no” en cualquier encuentro sexual.

Una persona también podría dar su consentimiento de forma no verbal, participando activamente en el acto sexual. Sin embargo, este consentimiento implícito es más difícil de interpretar. Por ejemplo, si un miembro de la pareja le toma la mano a otro puede ser una manera de indicar que le gusta lo que están haciendo o una forma de señalar que desea que se detenga. Si la pareja parece insegura, el acto sexual también debe detenerse inmediatamente.

Es importante desechar la idea de que la comunicación verbal puede interrumpir o afectar negativamente una relación sexual. Es justo al revés, el consentimiento entre personas competentes no sólo promueve la prevención de abusos, si no además aumenta la pasión, porque demuestra el necesario cuidado por la pareja fortaleciendo la calidad de las relaciones interpersonales.