Cómo Qatar es el mediador de Medio Oriente
El pequeño país del Golfo Pérsico fue clave en el acuerdo para la liberación de rehenes en el que participó Egipto, EE.UU. e Israel.
Cuando el pasado 7 de octubre, militantes de las brigadas Al Qassam de Hamas ingresaron en el sur de Israel matando a 1.200 personas y tomando como rehenes a cerca de 240, el gobierno de Qatar no tardó en reaccionar y contactó a la Casa Blanca para pedirle que formara un pequeño equipo de asesores para ayudar a conseguir la cautivos liberados.
Ese esfuerzo diplomático de semanas, dio sus frutos ayer cuando se liberaron los primeros rehenes como parte de un pacto de intercambio de prisioneros mediado por Qatar, Egipto y acordado por Israel, Hamas y Estados Unidos.
¿Cómo es que este pequeño país del Golfo Pérsico se ha transformado en clave en esta negociación? Según la revista Foreign Policy, la respuesta se encuentra en el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, de 43 años, quien asumió el poder hace 10 años y desde entonces ha estado empeñado en posicionar a su pequeño país, uno de los más ricos del mundo, con la tercera mayor reserva de gas y el sexto ingreso per cápita más alto, como actor en la geopolítica global.
Qatar se destaca porque ha albergado la oficina política de Hamas desde 2012, ha invertido cientos de millones de dólares en ayuda a Gaza y es uno de los pocos Estados que tiene buenas relaciones con Estados Unidos e Irán.
De hecho, tras el ataque de Hamas, el país recibió la visita del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, para asegurar el apoyo de Doha para liberar a los rehenes y también la del canciller iraní, Hossein Amir-Abdollahian, quien advirtió que el bombardeo israelí a Gaza amenazaba con ampliar el conflicto.
Foreign Policy señaló que la guerra entre Israel y Hamas (un grupo endeudado con Qatar) le ha dado a Al Thani la oportunidad de alcanzar un perfil más alto que el de cualquier otro líder árabe en mucho tiempo. “A diferencia de sus vecinos de la región, a él no le preocupa un levantamiento o un desafío a su gobierno por parte de los islamistas políticos. En cambio, alberga a grupos militantes islamistas, incluido Hamas, junto con una oficina comercial para Israel y miles de tropas estadounidenses en la Base Aérea de Al Udeid, desde donde Estados Unidos lleva a cabo operaciones rutinarias en la región”, indicó.
No hay duda de que las simpatías de Al Thani están con los palestinos, dijo la revista. “Su Ministerio de Asuntos Exteriores ‘únicamente’ culpó a Israel por el ataque de Hamas y ni una sola vez condenó la brutalidad. Y, sin embargo, el dominio de Doha sobre Hamas podría ser la única esperanza para las familias desesperadas por reunirse con sus hijos, hijas, abuelos y otros seres queridos secuestrados”, añadió.
Thomas Juneau, experto en política de Medio Oriente de la Universidad de Ottawa, dijo al portal de la cadena canadiense CBC que “toda la política exterior de Qatar. Además de su marca, su identidad, se basa en la idea de que habla con todos. Habla con los talibanes, habla con Hamas, habla con los rebeldes libios, etc.”.
“Y su lógica es que, como pequeño Estado vulnerable, al ser indispensable, al tener todas estas redes, todos estos contactos, Estados Unidos lo necesita y trabaja para ello. Regularmente, Estados Unidos se siente frustrado por eso, y si tuviera que adivinar, diría que Estados Unidos está frustrado por el hecho de que parte del liderazgo político de Hamas esté en Qatar en estos momentos. Eso es cierto. Pero cuando Estados Unidos necesita hablar con Hamas, cuando Estados Unidos necesita hablar con los talibanes, entonces Qatar se vuelve extremadamente útil”, añadió.
En un artículo del bloguero qatarí Sultan Khlaifa al-Khulaifi, publicado por la casa de estudios británica London School of Economics, se señala que la relación de Qatar con Hamas se basa en tres pilares. Primero, el apoyo de Qatar a la causa palestina y el objetivo de alcanzar una solución de dos Estados. En segundo lugar, el papel de Qatar como mediador, que le da el espacio para hablar con diferentes actores de la región, independientemente de sus posiciones, para facilitar el diálogo y preservar la estabilidad del orden regional.
En tercer lugar, la catástrofe humanitaria que enfrenta el pueblo de Gaza, que lleva a Qatar a desempeñar un papel de liderazgo para ponerle fin. Estos tres fundamentos explican las acciones de Doha hacia Gaza y sus relaciones con Hamas y, por lo tanto, según Al-Khulaifi, “refutan cualquier conexión entre Qatar y el financiamiento del terrorismo y ponen en perspectiva la política de Qatar”.
Qatar ha acogido la oficina política de Hamas en su capital, Doha, durante más de una década. Entre los funcionarios radicados allí se encuentra Khaled Mashal, un miembro exiliado de Hamas que sobrevivió a un intento de asesinato israelí en Jordania, en 1997, que amenazó con descarrilar el acuerdo de paz de ese país con Israel. También está Ismail Haniyeh, el líder supremo de Hamas.
Estados Unidos sancionó a Mashal en 2003 por ser “responsable de supervisar las operaciones de asesinato, los bombardeos y la matanza de colonos israelíes”. Lo mismo hizo Washington con Haniyeh en 2018, diciendo que tenía “estrechos vínculos con el ala militar de Hamas y había sido un defensor de la lucha armada, incluso contra civiles”.
Doha ha apoyado durante mucho tiempo la causa palestina, indicó Financial Times. Pero también ha sido acusada por sus vecinos en el pasado de patrocinar y financiar a grupos islamistas en toda la región. Esto fue parte de la justificación utilizada por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos en 2017 cuando lideraron un embargo regional de más de tres años contra Qatar, que negó las acusaciones.
El diario indicó que los funcionarios qataríes dicen que el Estado no patrocina ni financia a Hamas, pero aceptó albergar la oficina política después de que Estados Unidos le solicitara que abriera un canal con el grupo hace más de una década. Los líderes políticos de Hamas tenían su base anteriormente en Damasco, pero se fueron cuando comenzó la guerra en el país.
Doha también ha sido uno de los principales donantes a Gaza durante la última década, gastando 10 millones de dólares al mes para brindar apoyo a las 100.000 familias más pobres de la Franja aislada y para pagar a funcionarios públicos, como profesores y médicos. También proporciona financiamiento para suministrar electricidad a la Franja, indicó el Financial Times.
Israel y muchos de sus aliados occidentales creen que Al Thani ejerce mucha más influencia sobre el grupo de lo que probablemente deja ver. Podría decirse que podría ejercer más presión sobre sus líderes para que liberen a los rehenes. “La comunidad internacional debería pedir a Qatar, que financia a Hamas, que permita la liberación inmediata de los rehenes retenidos por los terroristas”, dijo el Ministro de Asuntos Exteriores israelí, Eli Cohen, en la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas esta semana. “Sabemos que Qatar puede ejercer influencia sobre Hamas y no tenemos motivos para creer que no lo hará”, dijo a Foreign Policy, Peter Stano, portavoz principal para Asuntos Exteriores de la Unión Europea.
De hecho, el 7 de octubre pasado, el líder de la organización, Ismail Haniyeh, junto con otros miembros, se reunieron en una suite de lujo en un hotel en Doha para ver las noticias que mostraban lo que estaba ocurriendo en Israel.
Fue así como se grabaron mostrándose sorprendidos mientras veían los ataques en las noticias en una gran pantalla de televisión, y luego se arrodillaron para dar gracias a Alá por el éxito de la operación.
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