El impacto de la crisis en la educación y la salud en Argentina

Escuela de Argentina
Durante la última década, las inscripciones en escuelas públicas han aumentado sistemáticamente en Argentina, según estudios. Fotografía de archivo.

Expertos consultados por La Tercera coinciden en que es innegable que lo económico se ha inmiscuido en la decisión de los argentinos a la hora de elegir el colegio de sus hijos, o el sistema al que optar en salud.


El panorama se veía oscuro incluso en 2022, cuando apoderados de colegios privados de Córdoba notaron, sorprendidos que, entre las alternativas para cancelar la matrícula de ese año, les dieron la opción de pagar en dos, tres y hasta cuatro cuotas sin interés, cual compra de tienda de retail, detalló entonces el diario La Voz.

Las facilidades de pago, explicó el presidente de la Cámara Cordobesa de Instituciones Educativas Privadas, Javier Basanta, se debían al aumento de hasta el 100% en las matrículas.

La pandemia más el proceso inflacionario que atraviesa Argentina, dijeron expertos consultados por La Tercera, son una de las razones que explicaría un éxodo importante desde la educación privada hacia la pública en ese país.

Un informe sobre la situación de la infancia del Observatorio de la Deuda Social Argentina revela que, durante la última década, las inscripciones en escuelas públicas han aumentado sistemáticamente. Tanto en primarias y secundarias estatales, en los últimos tres años se registró un crecimiento en el total de matrículas desde el 76,3% al 83,5%.

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Enfermera de la UCI, reflejada en una ventana, observa a un paciente con COVID-19 en el Hospital El Cruce Dr. Néstor Carlos Kirchner, en Buenos Aires. Archivo de septiembre de 2020. Foto: AP.

No sería el único rubro. Otro pilar social, el de la salud, ha experimentado un cambio similar, pero no al nivel del observado en la educación, cree Carlos Candiano, presidente de la Cámara de Entidades de Medicina Privada de Argentina (CEMPRA), quien aseguró a este diario que las cifras están regresando lentamente al nivel prepandemia.

Un dato que no necesariamente es vinculante, pero aporta para entender la magnitud del escenario argentino, es el de la inflación. A modo de ejemplo, la cifra acumulada en Chile entre enero y mayo de 2023 era del 2,3%, según el INE. En Argentina llegó al 32% hasta abril, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

Apoderados en fuga

“En la pandemia perdimos trabajo, se me acumularon muchas cuotas y no me quedó otra que cambiarla a una escuela pública. Uno se siente en una encrucijada, porque hay mucha distancia entre lo estatal y lo privado”, dijo a La Nación a principios de mayo Maximiliano, un hombre de 44 años que debió retirar a su hija de 14 años del instituto al que asistía por la dificultad que tenía para pagar la cuota mensual.

La relación entre los argentinos y la educación se remonta a Perón, la inclusión de ésta en la Constitución y la Ley Federal de Educación, entre otros. Esto catapultó a la educación pública a altos niveles de inscripción durante las últimas décadas. Sin embargo, poco a poco la privada comenzó a abrirse espacio.

En una razón de 70 a 30, entre la pública y la privada, durante los últimos 20 años la última “ha estado creciendo un punto porcentual a nivel nación por sobre la estatal”, explicó a La Tercera Verónica Gottau, doctora en Educación y miembro referente en Argentinos por la Educación.

Para 2016, Buenos Aires llegó a tener la mitad de sus alumnos en escuelas privadas, pero no duraría mucho. ¿Por qué? El creciente estrés financiero en las familias producto de la crisis económica que desde hace varios años agobia al país aumentaría una vez que apareció el Covid-19.

Ser taxativo, advirtió Nancy Montes, socióloga especialista en estadísticas sociales y educativas, es reducir un problema complejo y con numerosas variables. Pero ambas expertas coinciden en que, sin duda, lo económico es un factor clave.

“En pandemia fue difícil que las familias encontraran sentido a sostener el esfuerzo del pago de matrícula, porque buena parte de la atención (del estudio) recaía sobre las familias. En el nivel inicial, en el total país hubo una caída del 17,4% entre los años 2019 y 2021″, explicó Montes.

Y agregó: “También ha pasado que, en algunos niveles, hay ofertas más precarizadas en lo público por la disminución del gasto educativo en general en los últimos años. En ese escenario, algunas familias, las que pueden pagar, eligen lo privado”.

Colegio del Salvador
Fachada del Colegio del Salvador, escuela privada de corte católico en Buenos Aires, Argentina. Archivo.

Gottau, en tanto, complementó aseverando que “hay algunos estudios que prueban que los padres trabajan horas extras para poder pagar la educación de sus hijos”, pero hay que tener en cuenta que, actualmente, el valor de una escuela con aportes, que suelen ser católicos, son “60.000 pesos argentinos como mínimo (245 dólares), y hay salarios mínimos de 80.000″, detalló. En la privada “estamos hablando de 200.000″, casi 820 dólares.

Apretando el cinturón en salud

Argentina, país con una alta tasa de usuarios del sistema privado, donde prepandemia cerca de un 70% de la ciudadanía se atendía allí, explicó a este medio Carlos Candiano, también vio cambios.

Según el líder del gremio de entidades privadas de salud, cuando toca apretarse el cinturón, los argentinos optan por dejar la educación antes que la salud. “Al momento de perder su poder adquisitivo en función de esta crisis económica, el ciudadano empieza a priorizar, y en principio se resigna del colegio privado antes que la cobertura médica”.

Lo cierto es que, entre 2018 y 2020, cerca de tres millones de personas pasaron a tener solo cobertura en el sistema público, proyectó en 2021 el INDEC.

En salud, la interpretación de los datos se hace más borrosa. Pablo Vaca, editor del diario Clarín, aseguró en una columna que “las (cuotas de las) prepagas (prestadoras de salud privada) aumentarán 52,8% en los primeros siete meses del año”, mientras “pierden afiliados de a miles que, cuando ya no pueden bajar de plan, abandonan el sistema”.

Candiano, por otro lado, afirma que si bien no se ha llegado a los niveles de afiliados a la salud privada de la prepandemia, sí se están recuperando. “En cuanto a las prepagas, no ha caído la cantidad de afiliados, pero sí ha variado el mix, donde muchos han bajado el alcance de sus planes de cobertura”, concedió.

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