¿El ocaso de Valparaíso?
En las últimas semanas distintos actores han puesto sobre la mesa la idea de que la Ciudad Patrimonio está en un ocaso o, incluso, encaminada a la destrucción. Los datos muestran que la ciudad alcanza un desempleo del 10%, con un quinto de sus locales cerrados desde el estallido. Según cifras de la Corporación Comercio Unido de Valparaíso, el comercio ambulante, que se ha disparado, mermó en un 30% las ventas de los negocios establecidos. ¿Cómo está Valparaíso hoy? Distintas personalidades entregan su opinión y propuestas para el futuro. Aunque consultado, el alcalde Jorge Sharp no quiso dar su respuesta.
Darcy Fuenzalida, rector Universidad Técnica Federico Santa María
“Valparaíso hoy muestra un alto nivel de desempleo, deterioro de la infraestructura, daño del patrimonio y una significativa caída de los diferentes rubros. Valparaíso se ve en un estado de abandono que entristece y evidencia cuan urgente es acudir en su ayuda. Para mejorar su estado, debemos aunar esfuerzos para levantar y configurar un nuevo Valparaíso. Sabemos que no será fácil, pues se requiere voluntad y participación de todos los actores involucrados. Las universidades sin duda podemos realizar un gran aporte mediante su quehacer en la academia, la investigación, la innovación y la extensión. ¿Cómo puede cambiar? Estableciendo las condiciones básicas para el desarrollo de actividades culturales, de desarrollo y de emprendimiento, como seguridad, incentivos tributarios y espacios competitivos. Y promover iniciativas en áreas emergentes como: tecnología, ciberseguridad, actividades culturales, creatividad e innovación”.
Franco Gandolfo, gerente general de Empresa Portuaria de Valparaíso
“La ciudad tiene problemas objetivos que la ponen ante el desafío de superarlos. Lo primero es el adecuado diagnóstico para construir soluciones. En el proceso ‘Valparaíso Dialoga’, que organiza EPV, ha surgido un amplio consenso entre los porteños de que deben armonizarse proyectos que relevan los valores de la ciudad: el patrimonial, turístico, universitario y, especialmente, el portuario. Valparaíso requiere definiciones, desterrar las incertezas y las discusiones sin fin. Las iniciativas deben ser consensuadas en un marco regulatorio compartido, que permita realizar proyectos en plazos que le den plausibilidad económica. Aspiramos a consensuar un plan maestro del borde costero que nos ilumine sobre qué se puede hacer, dónde y en qué términos. Es la hora de los liderazgos comprometidos con la creación de esas condiciones que permitan pavimentar un progreso sustentable donde todos ganemos”.
Diego del Barrio, economista y director de la Escuela de Administración Pública de la Universidad de Valparaíso
“Durante los últimos años el nivel de desempleo se ha trasformado en uno de los mayores dolores de cabeza para los gobiernos locales, regionales y nacionales. Existe un problema estructural con la actividad portuaria, quien le dio vida a esta ciudad. Cualquier intento de mejorar la economía local necesita, necesariamente, una coordinación del sector público con el privado, el cual debe apuntar a diversificar la matriz productiva e industrial de Valparaíso. La reactivación de la economía debe ser prioridad; generar las acciones propuestas para reavivar el alicaído comercio. Sin embargo, si no es posible por parte del sector público atraer inversión, el flujo de caja seguirá mermando, sin crear riqueza para la ciudad. En los últimos años no solo ha disminuido la actividad portuaria, sino también la inmobiliaria, que es una importante fuente de empleo e ingresos para el municipio”.
Carolina Peñaloza, presidenta del Colegio de Arquitectos de Valparaíso
“Indiscutiblemente, Valparaíso enfrenta un proceso de obsolescencia sostenida, que se ha agudizado en los últimos años, especialmente en materia de habitabilidad e infraestructura urbana, y que impacta en la calidad de vida y oportunidades de sus habitantes. Esto es visible hoy en la pérdida de población, el casi nulo dinamismo en proyectos de recuperación urbana y en la falta de mantención de edificaciones y del espacio público. Para mejorar el estado en que se encuentra la ciudad, propondría dejar atrás los discursos. En Valparaíso hace falta voluntad para decidir y trabajar concretamente en la recuperación de todos los ámbitos que están en crisis. Para ello es fundamental asumir la responsabilidad en la planificación, articular los esfuerzos de quienes tienen la posibilidad de incidir en su recuperación y re-generar las condiciones para una armónica y positiva convivencia social y cultural”.
Patricio Carvajal, presidente del Sindicato Corporación Aseo Valparaíso
“Los últimos siete años la ciudad se ha estancado en lo que es el aseo. No contamos con las herramientas adecuadas. Carecemos de material logístico acorde a la necesidad del trabajo para el desmalezado, como escobas y palas. Los chiquillos están trabajando al 1000%, con escobas a las que no les queda vida útil. La administración sí ha comprado, pero no ha sido constante. Muchas veces no nos escucha. En el sector del Mercado Cardonal nadie ha querido hacerse cargo. Las pilastras tienen un metraje que no se respeta. En las calles tampoco debería existir comercio ambulante, pero entendemos la necesidad de las personas. En Valparaíso va a ser muy difícil erradicar el comercio informal, que también produce suciedad y no apoya mucho en mantener limpio. El otro día pintaron la fachada de la plaza Aníbal Pinto, pero ¿de qué sirve si no tenemos seguridad, no tenemos Carabineros e inspectores para poder fiscalizar?”.
Paz Undurraga, arquitecta y directora del Centro de Estudios para el Desarrollo Urbano Contemporáneo
“Valparaíso está un poco a la deriva, sin conducción, con mucha falta de gestión y mala administración. No hay una estrategia de prevención a las distintas amenazas que existen, como terremotos o incendios. La ciudad está en una vulnerabilidad multidimensional, cada vez más deteriorada y sin una planificación urbana sostenible. Se podría mejorar si el municipio hiciera un uso eficiente de los instrumentos legales que dispone, como la facultad que le otorga la Ley General de Urbanismo y Construcciones para declarar propiedades abandonadas o inhabitables. Si el plan está deteriorado, se da una señal de que es mejor no invertir allí. Lo otro es gestionar el comercio ambulante, que reproduce una competencia desleal con los locales establecidos, que paulatinamente empiezan a quedar desocupados. Hay una mirada poco sistémica de todas las decisiones que se toman. De las implicancias que producen las políticas comunales”.
Agustín Squella, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2009)
“El Gitano Rodríguez, desde el exilio, cantaba que a Valparaíso ‘no se lo puede dejar sin que nos falte’, y lo malo es que desde hace ya su buen tiempo Valparaíso nos empieza a faltar sin que lo hayamos dejado. Se nos cae a pedazos y los porteños seguimos dividiéndonos en las absurdas discusiones de siempre sobre el presente y futuro de la ciudad. Ningún proyecto, ningún liderazgo, y lo peor parece ser la mediocridad en que hemos caído. ¿Cómo mejorar la ciudad? Armonizando los distintos Valparaísos - Valparaíso ciudad habitada, ciudad puerto, ciudad turística, ciudad patrimonial, ciudad universitaria-, pero ¿dónde están los que podrían hacer algo así? En Valparaíso habemos muchos porteños, pero muy pocos porteñistas”.
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